Descripción: La llegada de una hermosa chica a Alexandria, la cual muestra un gran interés por Daryl, te hace tomar una drástica decisión.
A veces alejarse es lo mejor - Parte 1
Desde que Alexandría y Hilltop se habían unido para destruir a los Salvadores, Rick decidió que lo mejor era reclutar más gente. Mientras más mejor, pensó, así que Daryl y Aaron emprendían largos viajes y volvían con grandes cantidades de sobrevivientes dispuestos a luchar para seguir con vida.
Todos los que habían llegado parecían gente buena, y te alegraba que la comunidad creciera, pero el día en el que Daryl llegó junto con una muchacha en su motocicleta, sentiste que la idea de Rick había sido la más estúpida del mundo.
La muchacha se veía inofensiva, pero la manera en la que miraba al cazador te hacía sentir miserable. No estuviste segura si estabas en lo correcto, hasta que la oíste. Estaban recolectando las manzanas de la cosecha que tenían en el lugar. Las mujeres se encargaban de coger las manzanas y dejarlas en las canastas, mientras que los hombres llevaban estas canastas a las bodegas. Daryl llegó en busca de una canasta donde, Jessica, sus amigas y tú estaban trabajando. El arquero te dirigió un pequeño saludo, tomó la canasta, y se fue. Fue ahí cuando lo notaste.
-Dios, es tan guapo—Jessica le comentó a sus amigas y se mordió el labio al mismo tiempo que jugaba con un rubio mechón de su cabello-Creo que le gusto—Levantaste la mirada, y no pudiste evitar escuchar atenta a lo que diría-, pero es algo tímido... tengo que darle un poco de tiempo.
Nerviosa terminaste de recolectar las manzanas de tu árbol y caminaste hacia otro lugar, queriendo escapar de ahí.
Tus sentimientos por Daryl eran grandes, al punto que se podía decir que nunca habías sentido algo así. De todos modos, sabías que el cazador nunca te vería como algo más que una amiga—si es que te consideraba su amiga—, y estabas conforme con eso, porque sabías que si bien no tenías una posibilidad con él estabas segura de que tampoco alguien más la tenía.
Pero todo cambió el día en el que viste a Daryl sonreírle de vuelta. Sentiste una angustia adueñarse de tu pecho y llorar. Daryl—quien nunca sonreía—, le había sonreído a la preciosa chica rubia. Y no sólo era eso, desde entonces, la chica seguía al hombre a todos lados, le había pedido que le enseñase a disparar e incluso le insinuó a Deanna que le gustaría trabajar reclutando gente con él.
Podías predecir perfectamente lo que seguiría, incluso podías reproducirlo en tu cabeza como una película. Daryl y Jessica se hacen novios, se casan, tienen hijos y bla bla bla felices para siempre. Si bien entendías que el arquero tenía derecho a ser feliz, también sabías que la situación no sería sana para ti. Necesitabas alejarte de Daryl, al menos por un tiempo, para poder de dejar atrás tus sentimientos hacia él.
***
-Yo ya me voy—Susurraste mientras bajabas la escalera y llevaste tu mochila al hombro. Michonne y Rick asintieron y antes de acercarte a la puerta desordenaste el pelo de Carl, en modo de despedida.
-¿A dónde vas con esa mochila tan grande?—Daryl, quien venía recién llegando, te miró tentado a reírse, pero al ver tu expresión seria y triste arrugó la frente.
-Aaron y yo vamos a Hilltop. Me quedaré allá unas semanas y...
-¡¿Qué?!—Daryl se acercó a Rick y te apuntó con su brazo—¡No puedes dejar que vaya!
-Daryl, ________ quiere hacer esto, no le veo nada peligroso.
-¡¿Estás loca?!—Daryl ahora se acercó a ti y sus ojos destellaban furia—¡De ninguna manera irás!
Lo miraste resignada y soltaste un sonoro suspiro. Abriste la puerta y simplemente te marchaste.
Al llegar a la entrada de Alexandria, Aaron te esperaba mientras guardaba cosas en el maletero del auto. Metiste tu mochila ahí y te dio una mirada de confusión.
-¿Daryl viene con nosotros?
Volteaste sin entender y pudiste ver que Daryl te había seguido todo el tiempo. Pusiste los ojos en blanco y negaste.
-No, no viene con nosotros.
-No irás a ninguna parte, ________—El menor de los Dixon estaba molesto, muy molesto.
-¿Entonces no irás?—Aaron preguntó confundido.
-Sí iré, Aaron—Aclaraste.
-No irá—Daryl volvió a repetir secamente. Le diste una mirada fulminante y Aaron aclaró su garganta, incómodo.
-Creo que te esperaré dentro del auto.
Ambos lo miraron entrar al auto, y cuando ya cerró la puerta de este, volviste a mirar al hombre que te había robado el corazón. Suspiraste, sintiendo que no tenías por qué estar enojada con él y trataste de explicarle.
-Necesito hacer esto Daryl, ¿Sí?—Lo miraste a la defensiva, y él se quedó quieto, sintiendo que si se acercaba un paso más a ti, te subirías a ese auto y te marcharías-Yo... necesito estar lejos un tiempo.
-¿Qué?—El arquero mostraba un rostro de confusión total, pero a su vez sentía que se volvería loco. Tenerte cerca era lo único que le hacía sentir vivo y el hecho de saber que por alguna razón tú no querías estar en Alexandría, con él, le rompía el corazón
De pronto, se escuchó una dulce voz llamar al cazador. Daryl y tú se voltearon para ver a Jessica, con un hermoso vestido rosado, caminar hacia ustedes. Suspiraste incómoda, mientras en tu cabeza te comparabas con ella y avergonzada miraste al suelo.
-Creo que ya entiendo por qué te gusta, es preciosa.
El arquero frunció el ceño e iba a decir algo, pero fue interrumpido por la rubia.
-Hey, te invité a cenar hoy y al parecer lo olvidaste—La muchacha te dio una mirada de pocos amigos-A menos de que estés ocupado...
-Yo ya me iba—Susurraste alzando los brazos-, tengan una linda noche.
Apenas les diste la espalda, sentiste lágrimas rodar por tus mejillas y ganas de morir.
-¿Está todo bien?—Aaron preguntó preocupado.
-Sí, sí... yo sólo necesitaba hacer esto.
