XVI. "Desde Siempre" - Parte 2

12.5K 782 95
                                    




Desde Siempre - Parte 2

-Te amo, siempre lo haré.

Esas palabras no salían de la mente de Daryl. Se repetían una y otra vez como un disco en mal estado.

Sacudió su cabeza y trató de aclarar la mente mientras miraba a su alrededor. La verdad era que el arquero no tenía intenciones de salir a cazar hoy, pero como la gente de Alexandria necesitaba comer, debía hacerlo.

Cuando ya la frustración era mucha, pensó que lo mejor sería volver a casa. Caminó con los conejos y ardillas que había cazado y si bien debería haber estado atento en caso de que hubieran caminantes cerca, su mente no pensaba en otra cosa que no fueras tú.

Cuando Eugene le abrió el portón le sonrió ampliamente, lo cual él respondió asintiendo toscamente.

-________ ha despertado, Daryl.

El rostro del arquero se iluminó y corrió, dejando inclusive su ballesta en el frio suelo. Sentía que el corazón se le iba a salir del pecho, sentía que le volvía el alma al cuerpo.

En la entrada de la casa que se ocupaba como enfermería, Rick y Michonne lo saludaron sonriente.

-Preguntó por ti–Grimes le dijo y Daryl no pudo evitar sonreír-, no la hagas esperar más.

Entró y cuando te vio con esos hermosos ojos abiertos, sintió que todo iba a estar bien.

-Hey–Daryl entró a la enfermería y se acercó a ti lo más rápido que pudo, con una gran sonrisa en sus labios. Tomó tu cabeza entre sus manos y suspiró–, ¿Cómo te sientes?

Sonreíste débilmente, pero aun así muy feliz de verlo. Querías sentarte un poco en la cama, pero al parecer tu cuerpo aún estaba bastante resentido.

-Ouch–Te quejaste mientras tratabas de acomodarte, pero el arquero te lo prohibió-, me-me duele todo.

Daryl suavemente te acomodó y te reíste, ya que, no entendías por qué lucía tan feliz. Te abrazó fuertemente y sentías su respiración agitada en tu cuello. Cerraste los ojos, disfrutando la sensación, hasta que sentiste lágrimas empapando la tela de tu polera. El arquero daba suaves sollozos, cual niño pequeño.

-Hey, Daryl–Dulcemente tomaste su rostro para verlo y acariciaste su mejilla-, no hay por qué estar triste.

La vista del cazador se dirigió al suelo mientras sus mejillas se encendían de rojo. Sus manos, que estaban jugueteando con las tuyas, pasaron a tus mejillas para luego, por fin, volverte a mirar.

-Es que... pensé que te había perdido. Y estás aquí, viva... conmigo.

Subiste tus manos para tomar las de él, otra vez, y aclaraste la garganta.

-Yo recuerdo lo que dijiste, Daryl–Susurraste y él simplemente asintió-, y entiendo si es que estás arrepentido...

-¿Por qué debería estar arrepentido?–Sus cejas te mostraban incomprensión y nerviosa, evitaste su mirada. Un leve puchero se formó en tus labios, lo que para el arquero simplemente era lo más tierno del mundo.

La idea de que Daryl te hubiera dicho todas esas cosas, justo cuando estabas a punto de morir, te hacía pensar que solo lo había hecho por lástima. Y definitivamente no querías que él fingiera amor sólo por eso.

-Hey, mírame–El arquero sujetó tu mentón para que lo vieras y suspiró consternado.

Para él también era complicado. Desde que habías llegado al campamento en Atlanta, él se había sentido estúpidamente enamorado de ti como un adolescente. Tú personalidad y manera de ser lo cautivaron tanto, que aunque él no quisiera, terminó acercándose a ti esa primera noche que pasaste junto al grupo que se convertiría en tu familia.

-Te amo. Sé que te dije que no me interesaba lo que sentías, y también sé que mereces algo mucho mejor que yo... te prometo que lo intenté–Soltó una carcajada ahogada–, mierda, de verdad intenté mantenerme alejado de ti... pero no puedo, realmente, no puedo. Y luego pasó esto y... diablos, no quiero estar ni un día más sin ti.

-Yo tampoco quiero estar sin ti, nunca más–Balbuceaste y ahora eras tú quien estaba llorando. Daryl limpiaba tus lágrimas con su pulgar y su vista se fijó en tus labios.

-¿Puedo besarte?–Preguntó tímido, pero con cierta confianza en su expresión. Asentiste hipnotizada, y cuando finalmente sus labios se unieron a los tuyos sentiste fuegos artificiales en tu corazón.

Definitivamente ustedes habían nacido para estar juntos.

***

-Cuidado–Dixon te sujetó del brazo para que bajaras los pequeños escalones de la entrada, pero tú te soltaste y bajaste enérgicamente.

Daryl y tú salieron de la enfermería y diste un pequeño saltito al sentir el sol sobre tu piel. Después de dos semanas y media acostada en esa cama, por fin ya estabas recuperada y fuiste dada de alta.

-Ya estoy bien, Daryl–Le mostraste la lengua y él se rió.

Tomó tu mano y no pudiste evitar ese estúpido cosquilleo. Si bien ya estaban juntos desde hace esas casi tres semanas, tú aún te sentías nerviosa cada vez que lo tenía cerca.

Entraron a la casa y apenas cerraron la puerta, Daryl te pegó contra la pared para besar tus labios, un poco más apasionado de lo normal.

-Te amo tanto–Susurró entre tus labios.

Rodeaste su cuello con tus brazos y lo detuviste. Te miró sin entender y gritaste.

-¡Rick, Michonne, Carl!

No hubo respuesta de nadie y sonreíste.

-Creo que estamos solos–Murmuraste y sin dejar que respondiera, retomaste el beso.

Daryl te apegaba fuerte contra él e incluso te llegaba a levantar un poco.

-Te necesito demasiado–Dijo entre besos-, demasiado, demasiado...

Entre torpes risitas, el arquero y tú llegaron a tu habitación, en la cual se encerraron con llave. Te recostó en la cama y sus labios se trasladaron de tu boca a tu cuello. Arqueaste la espalda, aferrándolo fuerte a ti mientras le susurrabas lo mucho que lo amabas. De a poco, la ropa fue sobrando, y la necesidad de sentirse más aún se hacía cada vez más inmensa.

Lo que sucedió ahí, fue mágico, fue maravilloso y único. Daryl te había hecho sentir más amada que nunca y ya eras completamente de él.

No decían nada, pero no era necesario. Sólo se miraban a los ojos, mientras entrelazaban sus dedos una y otra vez. Tu cabeza permanecía recostada en su pecho, donde podías sentir cómo se aceleraba su corazón cada vez que se besaban.

-Traeré mis cosas para acá, ¿Está bien?

-Sí–Soltaste cortos besitos en su pecho y lo abrazaste fuerte-, no voy a poder dormir sola después de esto–Te ruborizaste al decir eso y él besó tu mejilla.

Daryl te acurrucó y acarició tu cabello hasta que te quedaste dormida, e inclusive después de esto. Maravillado por la oportunidad de estar contigo que la vida le había dado, se dedicó a admirarte un buen rato antes de caer en el profundo sueño. Recién era el comienzo de su vida juntos, su nueva vida. Ya no huiría nunca más de ti, su corazón ya era tuyo.

Así es como siempre debió haber sido. Él y tú juntos. Y así iba a ser. Desde siempre y para siempre.

____________

Final Feliz (Justo y necesario) ❤️💖🙌🏻😍

Gracias por leer, son las mejores !❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️😍😍😍😍😍😍😍😍

Daryl Dixon One ShotsWhere stories live. Discover now