Parte 2

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*Narra Nagisa*

Temblando, oculte mi rostro en mi bufanda. Han pasado dos semanas desde que empecé a vivir en la calle, no puedo permitir que me hieran más. La buena noticia es que mi madre esta mejorándose pero yo me siento cada vez peor.

El duro suelo debajo de mi se siente casi como el único lugar al que pertenezco. Me pongo de pie, bueno, hora de buscar trabajo otra vez. Camino por los callejones mientras perros y gatos callejeros me gruñían, huyendo de mi.

Como si ellos supieran lo que hice. Yo solo Sonreí y me quede viendo mis manos congeladas, tal vez es mi turno de morir. Seguí caminando con mis piernas sintiéndose cada vez mas inestables con cada paso. Es verdad, ahora lo recuerdo, no eh comido desde el mes pasado.

Me sentí mareado cuando pasaba junto a un viejo que olía a muerte.

-Señor, ¿Esta bien?

Me volví hacia el, el me miro.

-Un buen muchacho ¿Que haces aquí afuera?

-Me salí de mi casa para buscar trabajo para pagar la medicina para la enfermedad de mi madre.

Dejó escapar una débil risa a la vez que metía su mano en su bolsillo.

-Contestando tu pregunta, no lo estoy. Estoy muriendo y me gustaría que alguien se hiciera cargo de mi preciada posesión. Este es mi último deseo para cualquiera que quiera cumplirlo.

No dude en responder a su deseo.

-Yo lo haré, no me queda nada mas que hacer así que lo último que puedo hacer por alguien es encargarme de el último deseo de alguien. El sonrió.

-Te pareces a mi cuando era mas joven, bien, cuidalo.

Saco un cuchillo y lo apuntó hacia mí. Retrocedí un paso, pero un segundó después me di cuenta que no me haría daño con el.

-Tomalo, si deseas terminar contigo usa esto para hacerlo. Si deseas vivir un poco más, cortate  con esto y tus deseos se harán realidad.

Miré el cuchillo de plata en mi mano.

-Señor, espero que esté usted en paz.
Sonrió una ultima vez recostando su cabeza en la pared.

-Lo estoy, gracias, solo deseo saber tu nombre.

-Nagisa, Nagisa Shiota.

El hombre solo susurró una ultima cosa.

-Koroko, Koroko Asagi.

No dijo nada mas a la vez que su cuerpo se quedo quieto. Se había ido. Lo mire mientras cerraba sus ojos.

-Gracias, Asagi.

Mire el cuchillo ¿Era verdad lo que dijo?¿Que esto me ayudaría?

Me encogi de hombros, probablemente no despertaría al día siguiente, así que, ¿Porque no? Moví la hoja a través de mi piel mientras se formaba una delgada linea de sangre en el cuchillo. Instantáneamente, una serie de destellos aparecieron ante mis ojos a la vez que me sentia a mi mismo colapsar en el suelo.

*Narra ???*

Estaba oscuro. A pasado un tiempo desde la ultima vez que mi dueño me llamo. Era un viejo amigable, trataba de tenerme cómodo, pero un día utilizó la mayor parte de su sangre intentando salvarme. Ahora, apenas puedo sentir su presencia.

Soy un demonio, ¿Como es que un demonio se quedo en un cuchillo? Estúpido humano, todos saben que los demonios poseen un objeto para cumplir ordenes. La mayoría de los demonios son sentenciados a servir humanos con almas de mala voluntad.

No es el mejor trabajo lo se, pero es mejor que cumplir la imposible misión de matar ángeles.
No es como si yo hubiera pedido trabajar para alguien. Pero mi maestro era diferente, no tenia mala voluntad pero murió. El siguiente probablemente sera peor y morirá en la primera semana.

Mire de un lado a otro y de repente, por el rabillo del ojo, vi una pequeña llama azúl en la esquina mas alejada de la oscuridad. Caminé hacia ella, mi cola moviéndose de un lado a otro. Toque la llama y se hizo mas pequeña.
Vaya, esta persona debe ser realmente débil, mi viejo maestro debe haber pasado el cuchillo a una persona al azar antes de morir. Probé la llama de todas formas, al instante, una dulce sensación cruzo mis sentidos. ¿Que era esto?

Y la vida de mi nuevo maestro paso frente a mis ojos. ¿Quien era esta persona? Y al instante me encontraba fuera de mi encarcelamiento. Parpadee un par de veces antes de darme cuenta que me encontraba en un callejón. Mire detrás de mi, era un chico con suave cabello azúl atado en dos coletas.

Me agache, ¿Así que este era mi nuevo maestro, eh? Mire mas allá de el, el cuerpo de mi viejo maestro yacía frío y tieso. Así que, el viejo de echo murió y le dio mi objeto a este chico. Sentí mi corazón, el chico aun respiraba.

Suspire y lo cargué. Liviano, debería llevarlo a algún lugar donde pueda descansar. Salte al techo llevando el cuchillo conmigo. Saltando por los tejados, me dirigí a una arboleda, debe haber algo ahí para ayudarlo.

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Hasta aquí la segunda parte perdonen la tardanza ayer no tuve tiempo de actualizar, espero que les guste.

Luna

No tan diferentes después de todo (KarmaxNagisa)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ