Capítulo 7

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PIP-PIP. – Connor activa la alarma del coche al tiempo que abre la puerta de su hogar. Están todas la luces apagadas. 

– ¿Emily, estás en casa? – No se escucha respuesta. – Pasa, me parece que estamos solos. – Me dice apretando el botón del contestador automático que con voz robótica anuncia tres mensajes.

Primer mensaje. Recibido a las 10:50, desde "MAMÁ".

– ¡Connor, contesta el teléfono! ¿Estás ahí, Connor? No sé por qué tú y tu hermana no son capaces de llamar a su pobre madre. Se van de casa y creen que se quedan huérfanos. Llámame cuando escuches este mensaje, sino... sino mañana te mandaré a buscar con la policía ¿Me escuchaste? – Creo que nunca había escuchado a nuestra madre tan enojada.

– ¿Tu tampoco has hablado con ella? – Me pregunta Connor y respondo negativamente con un gesto de cabeza y nos miramos cómplices. Estamos en problemas.

Segundo mensaje. Recibido a las 18:05, desde "OFICINA".

– ¿Y ahora qué? – Se pregunta mi hermano, sobrepasado.

– Connor, llamo para recordarte que necesito los planos para este viernes...

– ¡Qué ya sé, coño!

– ... Además, salgo de vacaciones, así que quedarás a cargo de terminar la maqueta de la nueva sucursal del Banco. Mañana te doy los detalles.

– Venga, hombre, ponte los pantalones. – Le digo seriamente.

– No me digas nada.

Tercer mensaje. Recibido a las 19:00, desde "DESCONOCIDO".

– Señor Del Pietro, lo llamo desde el Hospital Central... – Miro a mi hermano que se acaba de quedar de piedra. – La señorita Emily Breslin ha sufrido un accidente de coche y usted es la única persona en su lista de contactos de emergencia. Necesitamos que se presente en el Hospital Central lo antes posible. Gracias.

Apenas terminamos de escuchar el mensaje, agarramos nuestros abrigos y nos dirigimos hacia el hospital.



Llegamos corriendo a la recepción. – Buenas noches, necesito saber cuál es la habitación de la paciente Emily Breslin, por favor. – Pide Connor a la enfermera, aún agitado por la carrera.

La enfermera teclea el nombre de Emily en el ordenador. – Habitación 351.

– ¿Cómo podemos llegar a ahí? – Pregunto.

– En esta planta, siga la línea verde en el suelo y busque la habitación 351. – Me responde maquinalmente.

Mi hermano y yo le agradecemos antes de comenzar a correr nuevamente. En el camino me gana distancia y cuando llega al cuarto en donde tienen a Emily, se encuentra de frente con el doctor que va saliendo de la habitación.

– Supongo que usted es Connor. – Le dice el doctor a mi hermano en el instante en que los alcanzo.

– Sí, ¿cómo está ella, doctor?

– Físicamente, no tan mal. Perdió la conciencia por el dolor cuando venía de camino al hospital y tuvimos que hacerle una pequeña intervención en la pierna derecha, pero en un mes, máximo dos, estará caminando normalmente. – Veo a Connor relajarse. – Lo que me preocupa es su estado de ánimo. Llegó muy asustada y pedía a gritos que lo llamaran. Después de la operación, volvió a preguntar por usted. Se enojó mucho al saber que aún no llegaba y le tuve que dar un calmante.

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