11. Brasilia

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Es gracioso como, cuando crees que todo va bien, que nada podría pasar o tienes un buen presentimiento sobre el futuro, la realidad te baja de tus sueños con una paliza.

Louis ya lo había supuesto, obviamente, por la forma en la que cruzaban miradas en otros vuelos, pero es distinto suponerlo que verlo frente a tus ojos, y es por eso que prefirió empujar la idea lejos y fingir que él podía tener una oportunidad.

Sin embargo, ningún vértigo de vuelo se compara a las náuseas que siente en su estómago cuando ve a Harry abrazando a Danielle fuertemente y con una sonrisa en la cara mientras ella le susurra algo al oído.

Para ser honestos, le gustaría encerrarse en el baño y vomitar.

Está camino a hacer eso cuando oye la familiar voz de Harry gritar su nombre y se frena en el lugar, deliberando si girarse o no. Se decide por fingir una sonrisa y voltear con expresión sorprendida.

— ¡Harry! Hey, hola. Pensé que salías en otro vuelo.

Harry pasa una mano por su cabello.

— Si, bueno, hubo un pequeño cambio de planes y tuve que tomar este.

— Oh.

Ni siquiera puede pretender estar emocionado cuando lo único que piensa es en la cantidad de vuelos que debió haberse cruzado con Danielle, y en la cantidad de veces que escenas como esa deben haber ocurrido.

Harry parece algo desanimado ante esa respuesta, pero enseguida lo cubre con una sonrisa.

— Y, eh, ¿algo nuevo?

Louis lo considera.

— Mañana empiezan mis días libres.

— ¡Genial! ¿Cuántos tienes?

— Cuatro —miente.

El rostro del rizado se ilumina.

—Vuelvo en tres días, si quieres podemos reunirnos e ir a algún lugar.

Eso es lo que iba a hacer, piensa Louis, iba a invitarte a salir ese día. Iba a intentar que sea un poco como una cita, porque te amo y porque quiero saber si tu sientes lo mismo.

— Si quieres — es lo único que dice.

Harry asiente lentamente, con un gesto de confusión y preocupación en su mirada.

— Lou, ¿está todo bien?

No.

— Sí, solo estoy algo cansado.

— Oh. De acuerdo — parece poco convencido, pero no insiste —. Piensa en que esta noche podrás dormir todo lo que quieras.

Louis niega.

— Tengo una fiesta. Es el cumpleaños de Liam, un amigo de Londres.

— Entonces relájate, ¿sí? —le sonríe, alzando su mano y presionando su bíceps suavemente—. Pasarás tiempo con amigos y te desestresarás.

Al ojiazul le toma un momento devolverle la sonrisa, pero finalmente lo hace.

— Sí. Tienes razón— ladea la cabeza hacia los asientos —. Vamos, cuéntame tus planes para Brasil, querido Harold.

La sonrisa de Harry se amplía, y Louis sabe que eso basta. Basta ser su amigo, ser parte de su vida y el estar ahí para él en cada momento que pueda y lo necesite, es suficiente.

Prefiere querer a Harry en la clandestinidad que perder su cariño y amistad por un estúpido sentimiento. Asi que se conforma con ser su amigo.

No quiere decir que no le duela, cada vez que su risa hace que su corazón dé saltos, saber que él nunca será el motivo de tal reacción en Harry.

***

Louis despierta en el sofá de su departamento vistiendo una bufanda de plumas amarilla, con Zayn en un tapado de leopardo acurrucado en el otro extremo del mueble.

Su cabeza da vueltas mientras trata de recordar qué demonios pasó la noche anterior.

Se ve a sí mismo llegando y contándole todo a Zayn. Él lo escucho pacientemente, diciéndole que seguro lo malinterpretó o algo por el estilo. Louis cree que solo lo dijo porque es un buen amigo.

Recuerda que fueron a la fiesta, que Liam los saludó y que bebió un poco demasiado con los chicos. Después del pastel todo se vuelve borroso y acronológico.

Supone que fue un infierno de fiesta porque no se había sentido tan descargado y despreocupado en meses.

Deja el sofá y a un durmiente Zayn para buscar una aspirina en la cocina. Toma su celular de la mesa en el camino, y solo cuando lo enciende nota que son pasadas la una de la tarde.

Se apoya contra la mesada mientras toma el medicamento con agua y se dispone a ver las notificaciones; la mayoría son mensajes de sus amigos con fotos de la noche anterior que califican como material de chantaje clase A+. Hay un par de textos de su madre, un par de compañeros del trabajo, pero hay sólo uno que le llama la atención.

Es de Harry, enviado hace tres horas, y es preocupantemente determinante para Louis, porque no recuerda haberle dicho nada el día anterior como para que formule esa respuesta.

Se tensa cuando hace click en el chat, abriéndolo y subiendo en la conversación. Su ritmo cardíaco aumenta cuando ve que le envió por lo menos cinco audios anoche, entre las 3:47 y las 5:16, y Dios sabe qué le habrá dicho en su estado de embriaguez.

Presiona reproducir al primer audio a toda velocidad.

—Harreeeeeeeh —

—Hey, Harry, tienes que ver esto, te estás perdiendo a Zayn con una corona de princesa y un saco de leopardo —

El siguiente mensaje es una foto muy borrosa de lo que parece ser Zayn con el cotillón de la fiesta. Louis la ignora y sigue reproduciendo.

—Niall se vería bien con esa corona —

—Hazzaaaah, te extrañooo —

— ¿Por qué no estás aquí? Quiero que estés aquí para- Para emborracharnos y te sacaría a bailar...— su voz suena notablemente más pausada y se ríe entre frases. Definitivamente ebrio. —No, no es una buena idea, te tropezarías con tus malditas piernas de jirafa —

Louis respira hondo tratando de calmarse. No parece tan malo, es manejable. Quizás Harry quería hablar sobre cómo es imprudente beber mucho o por qué el insulto a su coordinación de bebé Bambi en patines, y Louis se está preocupando por nada.

Sin embargo, cuando escucha el siguiente audio, siente la sangre abandonar su rostro.

—Pero te extraño. Mucho, mucho.... Bailaría contigo y podría besarte, como tú me besaste en el hotel, ¿recuerdas? — El Louis borracho hace una pausa, la música del fondo llenando el silencio —Oh, no lo haces. Estabas hablando dormido, no te acuerdas... Pero yo si me acuerdo, Harry, y quiero besarte otra vez. —

Oh no.

—No puedo porque estás en algo con Danielle. Ella no te besaría como yo, ¿sabes? No te amaría como yo. —

Oh, dios, no.

—Zayn dice que estoy diciendo cosas de las que me arrepentiré de decirte así pero yo no le creo. ¿Porque me arrepentiría de quererte?—

Lo siguiente es un forcejeo, donde la música, la voz de Zayn y su propia voz ebria se mezclan antes de que el audio se corte. Louis siente ganas de vomitar, y no por la bebida. Bajo esa nota de voz, está el mensaje de Harry, directo, cortante y aterrador.

Haz

 Tenemos que hablar.

Souvenir || l.sWhere stories live. Discover now