~Chapter twenty-two~

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ABRIENDO LOS OJOS A LA VERDAD (1/2)


Park Haeyeon presionó sus dedos fríos sobre sus párpados cansados. Inhaló hondo antes de expulsar el UuU flujo de aire, despacio. Aún pensaba en lo que su hija le había dicho hacia unas horas, cuando se iba a casa para cuidar a sus gemelas.

"No importa si entendemos su relación. Lo que importa es saber si tú estás dispuesta a perderlo por algo como esto. Piensa en lo que pasó con el tío. ¿Quieres que suceda de nuevo?" Suhee había dicho mientras cepillaba suavemente el cabello de su madre. Habían terminado el arduo proceso de limpiar el cuerpo del esposo de Haeyeon, asistidas por una ayuda que habían contratado una vez pospusieron el regreso de su hijo.

"No quiero perderlo así como perdí a mi hermano. Pero sé que tú no vas a aprobarlo." Haeyeon suspiró ante el retrato que puso frente al ataúd de su esposo.

Su hijo menor regresaría en cualquier instante después de tanto tiempo. Ella le había extrañado profundamente pero nunca se imaginó las circunstancias que rodearían su reencuentro. Su esposo y padre de sus hijos falleció repentinamente, dejándole sola en la casa que ambos compartieron durante dos décadas. Y ahora, su único hijo regresaría acompañado del hombre que amaba.

Se incorporó de su estado cuando escuchó que alguien abría la puerta principal. Lentamente se levantó y caminó hacia la puerta que daba hacia el corredor. Titubeó por un momento antes de comprender que era el silencio lo que realmente le molestaba. Su hijo aún no anunciaba su llegada con su "Estoy en casa." habitual. Un escalofrío le recorrió la espalda al sopesar las distintas opciones.

Haeyeon trato de disfrazar el terror en su cara por algo que ella esperaba, se asemejara a una mueca de calma antes de salir por completo al pasillo. Se detuvo de repente cuando divisó la figura de su hijo parado en el portón. Todo en su aspecto le indicaba que él aún no estaba seguro si era bienvenido ó no. Antes de que ella pudiese sonreírle, un movimiento detrás de él captó su atención.

Un hombre de la misma altura que su hijo, la observaba cuidadosamente. Aunque no lo aceptara, ella si se había preguntado cómo sería aquella persona, pero el hombre que estaba ahora en frente suyo era algo diferente. Sus rasgos fuertes sin duda atractivos, pero extraños e intimidantes a sus ojos. Por más que quisiera no podía sonreír y darle la bienvenida a su hijo como lo había planeado. Simplemente se mantuvo ahí, congelada, lejos de la pareja.

El dolor en el rostro de Chanyeol le oprimió el pecho pero no podía evitar estudiar al extraño que se acercaba cada vez más a su hijo y la veía. Casi como si quisiera protegerle de ella. Chanyeol se dio vuelta para darle una sonrisa tranquilizadora pero triste al hombre que era aparentemente mayor y Haeyeon sostuvo fuertemente sus manos a la altura de su estomago.

"Hola... madre". Chanyeol dijo y su valiente sonrisa se quebró.

"Bienvenido a casa." Haeyeon respondió en voz baja e hizo una mueca en su interior a su tono involuntariamente frío. Chanyeol se estremeció y se rozó la frente con los nudillos. Se veía como si estuviera a punto de llorar. Sintió algo tironeando de su alma y estuvo a punto de correr a abrazar y consolar a su hijo, pero el extraño le ganó de nuevo. La mano del hombre se deslizó en la de su hijo y pudo ver cómo el apretón reconfortante, era correspondido.

"Umm, él es Kris. Kris Wu. La persona de la cual te dije por teléfono." Anunció Chanyeol y cada palabra fue un incentivo para permanecer erguido bajo la mirada acusatoria de su madre. "Mi novio, con quien vivo". Chanyeol remató la declaración levantando su barbilla con orgullo.

"Encantado de conocerle. Gracias por dejar que me quede y me gustaría ofrecerle mis condolencias por su pérdida." El hombre, Kris Wu, dijo e hizo una reverencia profunda.

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