𝘚𝘸𝘦𝘦𝘵 𝘨𝘪𝘳𝘭 || Harry Styles

Fotos

Con un poco de ansias me baje del auto al llegar al centro de la enorme y famosa ciudad, mis manos sudaban frío haciéndome saber lo ansiosa que estaba, una parte de mi no podía creer que estuviéramos en esta bella ciudad, era un sueño hecho realidad estar presenciando todo esto.

Si, desde que me hice fan de One Direction quise conocer y/o vivir en Londres.

Deseos que tenía a los 14 años, una pequeña con muchos sueños y metas.

— ¿Qué te parece? — Harry sostuvo de mis hombros dándome un leve y pequeño apretón.

Aclare un poco mi garganta para responder.

— Es lindo, no pensé que fuera tan grande. — Sonreí apreciando cada detalle de la hermosa ciudad.

— Esto es estar en el paraíso, mira esta cosa. — Richard llamó nuestra atención. Se encontraba mirando una máquina de videojuegos dentro de una tienda.

— Richard, sal de ahí. — Me cruce de brazos mientras esperaba a que se acercara a nosotros.

— Tengo ganas de conocer el famoso puente en donde grabaste un video. — Mi papá alzó una ceja mirando a Harry.

— Puente de la Torre? — Harry lo miró.

Mi padre no tardo en asentir.

— Está a tres cuadras de aquí, tenemos que irnos por aquí para llegar. Es un lugar que visitan mucho. — Señaló la ruta por donde teníamos que ir.

— Te seguimos, no hay problema. — Mi padre sonrió ansioso. Creo que a él se le notaba más.

Harry nos pidió que lo siguiéramos desde atrás mientras que él y Anne iban adelante, mientras caminábamos me dio tiempo de mirar algunas tiendas de ropa, la ropa se veía de muy buena calidad y sobretodo, de mi gusto. Mi padre, Richard y yo nos detuvimos al ver el interior de una tienda que estaba ambientada en los años dorados, tipo "realeza", se podía apreciar algunas pequeñas decoraciones a base de oro y plata, tenían detalles sumamente hermosos.

— Uy, ya van por allá. — Richard habló en señal de que teníamos que seguir avanzando.

Para nuestra "mala" suerte tuvimos que correr para alcanzarlos nuevamente, por suerte no lo notaron.

— Estaban muy callados, ¿les pasó algo? — Anne preguntó sin mirar hacia atrás.

Los tres nos dedicamos una mirada, intentando aguantar las ganas de reírnos por algo tan tonto que habíamos hecho y eso había sido habernos quedado atrás y sin que ellos lo pudieran notar.

— Estábamos mirando el lugar, cariño. — Mi padre finalmente le respondió, Anne lo miró y ambos se sonrieron.

— No falta mucho, queda aproximadamente una cuadra. — Harry con su dedo señalizó donde estaba el lugar.

— Ya me duelen las piernas, caminan muy rápido. — Richard se quejó.

— Oh vamos, no seas tan aburrido. Hace cuanto no caminabas un par de cuadras? — Lo miré burlona.

— Desde el aeropuerto, esa vez si que caminamos un montón porque no encontrábamos la puerta del avión. — Me miró sin ninguna expresión en su rostro.

— Lo vez, no es tanto. — Le sonreí de modo sarcástico.

...
Estaba encantada con el lugar, no me dio tiempo de apreciar cada uno de sus detalles puesto a que mi padre me agarró la mano para comenzar a caminar por los alrededores del puente.

— Papá espera, déjame hacerle una fotografía. — Me detuve a mitad del camino para sacar mi celular del bolsillo delantero y tomar la foto.

— Por qué le tomas foto a todo lo que ves? — Richard preguntó frunciendo un poco el ceño.

— Porque es una manera en la que más adelante recordaré, me gusta capturar momentos lindos para luego tener un álbum de fotos. Además, le tomo fotos a casi todo porque se me hace lindo. — Lo miré.

— Si es así entonces tendré que comprarte una cámara fotográfica. — Mi padre dijo caminando delante de nosotros.

Alce ambas cejas al percibir lo que había dicho, no era algo que me esperaba.

— ¿Qué te pareció? — Una voz ronca hizo que me distrajera, miré en su dirección para poder notar que tenía una pequeña sonrisa mientras miraba al frente.

— Es hermoso, me gustó mucho. — Respondí mientras seguíamos caminando.

— Escuché que te gusta tomarle fotografía a todo lo que ves. ¿Es así? — Preguntó ahora dándome una mirada rápida.

— Oh no tan así, Richard exagera un poco las cosas.

— Igualmente es genial lo qué haces, yo también lo hago. Es una manera que tengo para recordar las cosas o simplemente crear un álbum de buenos recuerdos. — Sonrió.

— ¿Enserio?

— Si, hasta tengo un par de cámaras fotográficas, en mi habitación tengo algunos álbumes de fotos cuando estaba en mi adolescencia, de alguna manera quería recordar esos momentos.

— Yo solamente tengo conmigo la cámara de mi celular y eso es todo, después creo una carpeta ahí mismo. — Sonreí mirándolo.

— Yo tengo una cámara que no ocupo, si quieres puedes quedártela.

— Estas bromeando? Claro que no.

— Oh vamos, no es para tanto.

— Está bien, pero no te negaré que me ofende muchísimo. — Reímos.

— ¿Quieres tomarte una foto conmigo para mi álbum de buenos recuerdos? — Preguntó alzando una ceja.

Sin responderle nada escanee el lugar, nuestros padres no estaban, tampoco habían rastros de mi hermano, supongo que iban más adelante.

— Okay. — Le respondí.

Harry abrió la cámara de su celular para luego ponerla enfrente de nosotros, tipo selfie.

— Sonríe! — Dijo entre dientes mostrando una linda sonrisa.

— Eso hago. — Dije de igual forma.

Sin más preámbulos tomó unas cuantas fotos.

— Creo que en más de una foto salgo con los ojos cerrados. — Reí.

— No importa, se trata de ser naturales. — Me miró por unos cuantos segundos.

— Pensé que habías traído la cámara. — Lo miré.

— Se me quedó en mi habitación, pero no importa, luego pasaré las fotos al ordenador para luego guardarlas. — Me guiñó el ojo.

— Ahora tomémonos una foto con mi celular. — Dije abriendo la cámara de mi móvil.

— La tomas tú o prefieres que lo haga yo? — Preguntó en un tono burlón.

— Lo dices porque tengo mis brazos cortos? — Levante una ceja. — Hazlo tú. — Me rendí entregándole mi celular.

El sonrió y estiró su brazo para tomar la foto.

— Harry, has tomado como diez fotos en un segundo, de seguro salgo horrible. — Carcajeé.

— Mira, no me di cuenta que también me tome una foto sin querer. — Señaló la pantalla de mi celular.

— Pero no sales mal. ¿Quieres que la borre? — Pregunté mirándolo.

— No, quédatela. Cualquier persona pelearía por tener una foto mía.

— Podría hacerme millonaria si ofrezco esta foto. — Reí.

— Piénsalo. — Carcajeó burlón.