Han pasado seis días exactos desde que llegamos a Londres, un viaje que no esperaba pronto. Sin duda estos días habían sido geniales, disfruté cada minuto como si fuera la última vez que estaría en esta bella ciudad. Mi padre y Anne han oficializado su noviazgo haciéndolo público enfrente a nosotros, aunque ya todos supieran cuánto se amaban. Richard no ha dejado de pedirle el número a chicas que ve y le parecen lindas, es un poco directo y tiene personalidad para hacerlo, para su suerte ninguna chica lo ha rechazado. Mientras que yo simplemente me dedico a tomar fotografías de casi todo para luego tener un álbum y poder hacer de mi vida un poco más "interesante" y no aburrida, Harry se ofreció a regalarme una de sus cámaras, no negaré que al principio le dije que no hasta el cansancio pero ya luego de mucha insistencia de su parte no me quedó otra opción que aceptarlo. Con su ayuda pasamos algunas fotos a la computadora para luego imprimir algunas de ellas.
— Uy, no debería de haber aparecido esa foto. — Harry soltó una risa, sus mejillas se habían tornado de un color carmesí, estaba avergonzado por la foto que acabamos de ver.
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— No te preocupes. Tengo fotos mas vergonzosas. — Intente ocultar mis ganas de burlarme en su cara.
La foto claramente no era actual.
— Está foto tiene más de 13 años, no tienes cómo burlarte ni juzgarme. — Me enseñó la punta de su lengua en forma de burla. Reí y negué.
— No me estoy burlando.
— Pero quieres hacerlo. — Me miró de forma seria.
No aguante y me reí, escondo mi cara entre mis manos para que no me viera.
— Te dije. — Afirmó.
— Es chistoso Harry, no podía aguantarme la risa. Además, es una foto antigua y muy fuera de contexto pero es normal, yo igual tengo algunas que por obvias razones no te mostraré.
— ¿Por qué? — Alzó ambas cejas.
— Porque no, de verdad que eso arruinaría la perspectiva que tienes sobre mí. — Reí.
— No creo que arruine la perspectiva que tengo de ti, ademas, no sabes cuál tengo. — Me miró fijamente haciendo que mis manos comenzaran a sudar.
— Si-sigamos viendo las fotos mejor. — Tartamudee.
De su parte sólo se escuchó una pequeña risita burlona para luego seguir haciendo lo que habíamos dejado a medias.
— ¿Cuántas fotos quieres? Pregunto para así saber el tamaño que le daré a las fotos para que salgan perfectas. — Mantuvo su vista fija en mis ojos por unos segundos.
— Sólo quiero cinco fotos, con esas estará bien. Gracias. — Le sonreí.
— Okay, veamos. ¿Está, o está?
— Está. — Señalé con mi dedo índice.
Así logramos pasar unos 40-45 minutos hasta que la hora de almuerzo había llegado, el olor a crema de espárragos inundó mis fosas nasales, olía de maravillas.
