¿Me dejas besarte?

Tensión y celos en el ambiente

El profesor nos miró con ojos bien abiertos pasando de uno a otro. Dante tenía una sonrisa gigante y sexy en su rostro mientras que yo intentaba tapar mi cara roja con el jersey.

- ¿Qué ha dicho señor Dante?

Despegó su vista de mis ojos (no sin antes guiñarme un ojo) para mirar al profesor de biología inocentemente.

- ¿Qué?

- Has dicho que...

- Pero si no he dicho nada- interrumpió el rubio dejando desconcertado al adulto. Parecía tan realista...

Juan parpadeó un par de veces.

- Bien, es igual, tiene que sentarse...- cogió la lista y paseó su mirada por todos los pupitres- detrás de la señorita Kristal

¡Tiene que ser una broma...!

Abro los ojos a más no poder mientras Dante sonreía triunfante.

Giré mi cabeza a mi alrededor y todas las chicas parecían estar lanzándome miradas asesinas, menos Miranda quien me dedicaba una sonrisa traicionera, Gala que intentaba no descojonarse delante de toda la clase y...

¿¡Marcos?!

Si, el chico le miraba con recelo y odio. Pero Dante no se quedaba atrás, también le estaba matando con la mirada.

¿Qué demonios...?

- Marcos, Dante, agradecería que dejarais el duelo de miradas para el recreo y ahora prestarais atención a mi clase

- Lo siento- dijo Dante poniendo sus cosas en la mesa ahora libre

La hora transcurrió lenta e incómoda. Entre qué sentía la mirada de Dante quemando mi espalda, las chicas que no dejaban de girarse para verle y Marcos que estaba más tenso que un alambre, no pude prestar atención a la clase de bioquímica.

Cuando el timbre sonó suspire aliviada y Gala se volvió hacia mi rápidamente.

- ¿De donde vienes?- preguntó una chica a Dante.

Seguía sintiendo su mirada sobre mi

- De Madrid- contestó seco

- ¿Y por que te has transferido a este colegio?- cuestionó otra chica

Me volví hacia él sin saber muy bien por que y rápidamente sus ojos me buscaron.

- Dulce, al fin te dignas a mirarme- las cuatro chicas que lo rodeaban me miraron con rabia y yo quise desaparecer al instante.

- Hola Dante- no supe que más decir

- Hola Dante, ¿te acuerdas de mi?- preguntó Gala levantándose de su asiento y ocupando el único hueco que quedaba rodeando al chico.

- Pues claro, tu eres la amiga de mi dulce- sonrió

- Perdona chico, pero para que puedas llamar a Kristal de esa manera, tienes que pedirme premiso antes- dijo convencida.

¡Oye! ¡¿Y yo que?!

- No soy un objeto Galita, además, ¡pregúntame a mi! ¡No a mi amiga!- medio grité indignada

- No te preocupes Dulce, yo te protejo

Hay por favor...

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Después de la siguiente hora con la profesora de filosofía, sonó el deseado timbre y yo me levanté de mi asiento impaciente por salir de la agobiante tensión que se había creado entre Marcos y Dante.

¿Por qué ese odio?

- Quieta pequeña Dulce- cada vez me añade más apodos...

Me giré antes de salir del aula

- ¿Si?- pregunté dudativa

Se acercó a mi

- Enséñame el colegio- enroscó su desnudo brazo con el mío y nuestras pieles se juntaron provocando que una extraña sensación nos recorriera a ambos.

- ¿lo has notado?- dijo mirándome de frente pero con nuestros brazos todavía unidos.

Se siente tan bien...

Asentí

- Bueno, es igual, vamos a ver mi nuevo colegio- dijo con entusiasmo fingido mientas me arrastraba por el pasillo.

- Dante- lo llamó una voz dura y fría

Marcos.

Nos giramos hacia él y el chico se tensó a mi lado.

- Que quieres- su voz me petrificó, lo había dicho tan frío, indiferente y malvado...

- Yo te enseño el centro, ven

¿Me está intentando separar de Dante?

No lo creo

- Voy a ir con Kristal y tu ni nadie me lo va a impedir- nos dio la vuelta y caminamos por el vacío pasillo dejando a Marcos atrás.

Dante paró cuando ya llevábamos recorrido un buen tramo y me rodeo la cintura con los brazos mientras me pegaba a la pared.

Mi corazón empezó a latir fuertemente, tan fuerte que creo que él podría escucharlo.

Besó mi mejilla lentamente y acariciando mi piel, haciendo que el calor y una corriente nos recorriera más ferozmente para luego llevar sus labios a mi oído.

- Tú me debes algo...