Chupetones

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Dante llevó su hermosa cara hasta la mía y me miró directamente a los ojos.

- ¿Tan malo seria que te besara?

No, sería la leche, pero en voz alta no se yo si admitirlo...

Me perdí en su iris azul.

- Nunca he besado a nadie- confesé en su lugar

Si me besa, o me quiere besar tiene que saber que soy una inexperta.

El chico abrió mucho los ojos, sorprendido y sin poder creerlo, luego llevó una de sus manos a mi mejilla para acariciarla. Sin embargo, la bajó hasta el contorno de mis finos labios, donde se quedó recorriendolos dulcemente.

- ¿Cómo una chica tan guapa como tu no ha sido besada nunca por nadie?- preguntó embobado con mis ojos verdes

- Supongo que Cupido se enamoró de mi y no me quiso ver con nadie más- Dante echó una carcajada y yo casi me la tragué por su cercanía.

Podía sentir su aliento en mi boca y sus ojos clavados en los míos.

Me encanta tener tu atención...

- Pues entonces a Cupido se le ha escapado una flecha, por que se me ha clavado aquí- cogió mi mano y la puso en su pecho, pero no la soltó ya que una especie de calor nos recorría a ambos.

Me sonrojé y el lo notó ya que besó cada una de mis mejillas y yo cerré los ojos para sentirlo más.

- Eres adorable

- Eres sexy- se me escapó

- Si me dices otra vez eso te voy a besar- dejó su cabeza en mi cuello y yo le abracé por la espalda.

Amo su espalda, es tan calentita... Me gustaría que no llevara camiseta...

Kristal, deja de mal pensar.

Autocontrol por favor, autocontrol

De repente, sentí sus suaves labios en mi cuello y ahogué un grito. Fue dejando pequeños besos que se convirtieron en mordisquitos y lametones. Mientras, acariciaba con su mano la otra parte del cuello que no estaba besando, provocando que se me erizaran los vellos de la nuca y me estremeciera.

- Me encantas- susurró

A mi también me encantas...

Sin embargo, se detuvo debajo de la mandíbula y me empezó a besar más lento pero más fuerte. Cuando ya llevaba así un tiempo, me di cuenta de lo que quería hacer y estaba haciendo.

- Chupetones no, Dante- medio gemí

El rubio gruñó y unos segundos más tarde levantó la cabeza y chocó su frente con la mía.

- Au- me quejé

- Lo siento, es que podría pasarme horas en tu cuello- confesó

- Dante... No me habrás dejado chupetón ¿verdad?- busque en sus ojos la verdad, pero sólo encontré una mirada pervertida.

Toqué mi cuello medio dudosa y me quejé un poco por el dolor

- No te preocupes, dejará de doler dentro de poco

Lo observé culpable

- te dije que no me dejarás chupetón- advertí y seguí tocando mi cuello para encontrarme con otra zona que también dolía.

- Me cago en la madre que te parió

Sin embargo, Dante se empezó a reír como loco

- ¿Qué haces? ¿Te estoy echando la bronca y tu te ríes? Muy bonito- ironicé y salí de donde me tenía metida

Miré el reloj y descubrí alarmada que estaba apunto de tocar

- Dulce- me llamó- Dulce, coño espera

Me paré y le miré cabreada

- ¿tu te crees que esto es normal?- pregunté con el ceño fruncido y refiriéndome a los chupetones- ¿y qué luego encima te rías...?

- Es que eres muy graciosa cuando estas enfadada- dio un toque a mi nariz

Refunfuñe

- Tienes que ayudarme a tapar esto, como me lo vean me van a preguntar

- Bueno, si te preguntan no pasa nada

Le miré con cara de póquer

- Claro, y les digo sin más: es que me lo ha echo Dante mientras besaba mi cuello, que por cierto, le encanta; y me arrinconaba contra la pared- dije con sarcasmo

Justo en ese momento el timbre sonó

- Vamos anda, si me preguntan me inventaré algo

¿Me dejas besarte?Où les histoires vivent. Découvrez maintenant