¿Me dejas besarte?

Puto Dante

Y en efecto, era una chica la que había entrado. Seguramente sería de un año menos.

- Hola- dije sin mirarla

- Hola- me contestó

Cogió su saco de deporte y desapareció del vestuario. Yo mientras terminé de meter los geles y la esponja en las bolsitas de plástico que me había preparado mi madre para no manchar la mochila y tenerlo todo ordenado.
Resulta que soy MUY desordenada y despistada.

Cuando finalicé la puerta del vestuario se volvió a abrir.

Joder, ¿es que acaso una no puede cambiarse tranquilamente?

Suspiré rabiosa y dejé a un lado el uniforme con la ropa interior. Cuando la chica que hubiese entrado esta vez se fuera me cambiaría.

Los pasos de la chica eran ligeros y vacilantes, hasta que se paró delante mío.

Me giré hacia ella sujetándome bien la toalla y juro por mi virginidad que casi se me cae la prenda al descubrir quién era.

Dante

El puto Dante en un vestuario de mujeres

El puto Dante tragando saliva

El puto Dante recorriendo mi cuerpo semi desnudo con la mirada

Y la puta Kristal corriéndose y con las mejillas echando humo.

- ¿D-Dante?- mi voz temblaba por la excitación

Sin embargo él no reaccionaba, parecía que solo tenía ojos para mi cara y concretamente mis... ¿¡labios?!

Tenía el corazón a cien y como Dante no se fuera rápido aquí iba a pasar algo de lo que nos arrepentiríamos los dos.
Me acerqué a él con cautela, pero él retrocedió.

- No te acerques a mí- me dijo con voz ronca

Me quedé quieta y mi corazón se partió otra vez...

- ¿Tanto asco te doy?- susurré con la voz rota.

Me giré impidiendo que pudiera ver mis lágrimas aguantadas.

- No Kristal, tu jamás...- se acercó a mí pero le interrumpí

- Vete- su cuerpo estaba a centímetros del mío- no sé ni qué haces aquí

- Una profesora me pidió que buscara...- esperé su respuesta pero no dijo nada más.

Me volví hacia él y su aliento chocó contra mis labios pues estaba inclinado. Con el ángulo perfecto para besarme.

Cabron, me estás provocando...

Respiré pesadamente

- ¿Me estás diciendo que una profesora te dijo que entraras aquí?- le pregunté sin poder creérmelo- ¿me estás vacilando?

Dante se alejó un poco de mí y se pasó las manos por el pelo frustrado.

- No sé que estoy haciendo Dulce... Se supone que me iba a olvidar de ti... Pero no puedo joder... ¿Qué me has hecho? ¿Por que tengo tantas ganas de estar contigo y no separarte de mí nunca? ¿Por qué cojones te deseo tanto? Y ¿Por que intento inventarme tantas excusas con tal de verte más?

Abrí mi boca sorprendida pero no dije nada. Estaba petrificada.
Dante observó mi cara y al comprobar que no iba a hacer nada gruñó y puso sus manos alrededor de mis brazos.

- ¿Me dejas besarte?- su tono de voz era suplicante

Pero yo no podía responder.
Estaba demasiado aturdida