¿Me dejas besarte?

¿Para siempre?

- No puede ser... Esto es de puta coña... ¿estás segura de que es él?- los ojos de mis amigas estaban tan abiertos que parecían bolas de ping-pong

- Es el, yo... Hablé con él bueno, más bien le grité y le dije que no se acercara a mi- respondí mientras dejaba mis cosas en la mesa de la entrada y me dirigía hacia el sofá

- Ostras puta...- Gala se sentó a mi lado- ¿Y que vas a hacer?

La miré confundida

- Nada, ¿que quieres que haga?

- Se refiere a si le vas a perdonar o no- habló Miranda

Perdonarle... Pues no se me había pasado por la cabeza antes, la verdad

- Ni puta idea, pero, hay algo que me sorprendió bastante en el- mis amigas aguardaron pacientes a que continuara- lloró

- ¿Que?

- Si, cuando me fui le vi llorar- no quise decirles que me partió el alma verle así, quise volver con él y besarle y decirle cuanto le seguía amando. Pero todavía no. No es el momento de perdonarle.

- Joder, un tío llorando, eso sí que es digno de ver- rió Gala

Gruñí

- No tiene gracia. Ya se lo que haré. Al final le perdonaré, pero todavía quiero que sufra un poco más, no le puedo poner las cosas tan fáciles, tiene que currárselo más, si lo hace le perdonaré, si no- aunque me duela- no lo haré y, se acabará todo

- ¿Para siempre?- preguntó Miranda

Asentí

- Si, para siempre

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Después de la conversación mis amigas se fueron a dar una vuelta (seguramente no vuelvan hasta la mañana siguiente) y yo vi una peli de miedo llamada Insidiuos y me cago en la puta por el miedo que pasé. Y mira que me he visto millones de películas de miedo, pero ninguna me ha dado tanto pavor como esa.
Sin embargo, en medio de la película, cuando más miedo estaba empezando a tener recibí una llamada.

Agradeciendo para mis adentros a la persona cogí el móvil, apagué el televisor y me encerré en mi cuarto, entonces descolgué el teléfono.

- ¿Si?- dije en francés

El número que me aparecía en pantalla no lo tenía guardado.

- Kristal, soy Dante- habló en español

Creo que me va a dar un soponcio

- Ah- articule como pude

- ¿Estás bien?- su voz sonaba preocupada

- De puta madre- contesté con el corazón en la mano

- ¿De verdad? Pues parece que te ha dado un infarto- rió 

Me encanta su risa... ¿EH? ¿En que estoy pensando?

En su polla- contestó una voz en mi cabeza

Los colores subieron a mis mejillas

Yo no pienso eso

No que va, lo hace Pepito- respondió

- ¿Dulce? Eo, ¿sigues ahí?

- Si, sigo aquí, Dante, ¿como tienes mi número?

- Elliot y Ángel me lo pasaron

- ¿Ángel también?- pregunté extrañada

¿¡PARA QUE COÑO PREGUNTAS?! SE SUPONE QUE ESO NO TE TIENE QUE IMPORTAR

- Eh, si, él también ¿por qué?

- No, por nada- hice un pequeño silencio- y dime, ¿para que me llamas?

- Estoy en el portal de tu casa

Abrí los ojos a las no poder

No, es imposible, me está troleando

Fui a la ventana de mi cuarto que daba con el portal y en el observé una figura masculina sentada en el banco. Era Dante. Él alzó la vista y sonrío al verme

- ¿Se puede saber qué haces aquí?- miré el reloj de mi muñeca- ¡es la una!

- ¿y que?- pude sentir que estaba sonriendo

- Tengo sueño

- Entonces deja que suba y duermo contigo

Me puse nerviosa

- ¿Qué? No, es que ni de coña- me acomodé en el poyete

- Se que en el fondo lo estás deseando

- Y tú- intenté replicar

- No, yo deseo mucho más que eso, pero me puedo conformar

- Déjate de bromas Dante- mi semblante se volvió serio- ¿que quieres?

Vi cómo se levantaba y caminaba hacia la puerta

- pasar la noche contigo

Cerré los ojos imaginándonos dormidos juntos

Tengo que resistir

- Es tarde, márchate

- Pero...

- ¡Pero nada! Vete por favor- estaba intentando mantenerme a raya y no dejar que pasara

- Voy a llamar al telefonillo

¡Hijo de puta!

- No te voy a abrir- mi voz sonó firme

- ¿me vas a dejar tirado en la calle en la madrugada?

- No veo por qué no, tú me dejaste colgada en España hace casi dos años

Escuché sus suspiró por la línea

- No tiene nada que ver   

Que desgraciado

- Piensa lo que quieras, yo me voy a dormir

- ¡Venga ya Dulce! Ábreme la puerta por favor, así lo solucionamos

Escuché como sonaba el timbre del portal y negué con la cabeza

- Buenas noches Dante- dudé

- Kristal... Kristal no me dejes

Suspiré pesadamente

- Te quiero

Colgué