Lo echaba de menos. Echaba de menos esa sonrisa de lado que tanta alegría y seguridad en si misma le aportaba. Tan solo una mirada de él le hacia sentir la reina del mundo, le hacia sentir que podía hacer cualquier cosa, que nada le impediría conseguir todo lo que quería o lo que se proponía; le hacía sentir que era invencible. Tan solo el fugaz pensamiento de que ya no estaba junto a ella, de que ya no volvería a ver esa sonrisa, le mataba por dentro. Desde que se fue le dolía pero últimamente lo necesitaba a su lado más que nunca, necesitaba sus abrazos y sus discusiones, su graciosa manera de ignorarla o la hermosa mirada que tenía diciéndole que no estaría sola y que siempre la querría; lo necesitaba a él. Cada noche se sentía de algún modo vacía y soñaba con que le clavaban una puñalada por las espalda, también echaba de menos eso: su habilidad para calmarla... lo echaba de menos todo de él y le dolía el saber que jamás podría volver a sentir nada eso de nuevo.
