Capítulo 19

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Un nuevo día comienza con un sol brillante en el cielo despejado. Gianluca se levanta con los primeros rayos del sol que inciden en las primeras rendijas de la persiana. Se apoya en su brazo izquierdo y observa a Isabella, a quien no le molesta lo más mínimo esa luz. Sonríe y dirige su mano hacia su tierna cara para apartarle un pelo rebelde y colocárselo tras la oreja.

―¿Sabes que te comería a besos? –le pregunta dulcemente mientras Isabella abre los ojos lentamente. Isabella sonríe y se va incorporando.

―¡Buenos días, bambino! –le besa –¡Se está tan a gusto en la cama! –Isabella se vuelve a acurrucar en la cama.

―¿Prefieres estar en la cama antes que con tu sexy, hermoso y precioso novio? –le interroga juguetón.

―Sí, eso mismo –asegura Isabella y se tapa la cara con la manta, indicándole a Gianluca que quiere jugar.

Gianluca capta la indirecta y se lanza a hacerle cosquillas. Isabella se ríe y trata de escaparse mientras ríe locamente feliz. A Gianluca le encanta ese sonido, le gustaría guardarlo en su memoria para escucharlo una y otra vez, a cada instante del día y, sobre todo, cuando más decaído está. En un momento sus labios están a escasos centímetros, sus ojos se conectan y se sonríen mutuamente. Todo en un segundo y comienzan a besarse. La pasión se apodera de ellos y Gianluca quiere ir un paso más adelante e introduce sus manos por la camiseta de Isabella para masajearle los pechos y a besarle por el cuello.

―Gianluca –le frena –. Están tus padres y tu hermano. Nos van a pillar.

―No me niegues que esto no te pone un poco más –Gianluca sigue besándole con deseo –. No quiero estar todo el finde sin sentirte dentro de mí. ¡Te deseo y no aguanto más!

―Me pone –reconoce Isabella –, pero como nos pillen va a ser muy incómodo.

―¿Y por qué tienen que pillarnos? –plantea Gianluca y empieza a descender por el cuerpo de Isabella –La puerta está cerrada con llave, si les escuchamos llegar, paramos. Solo tenemos que controlar nuestros gritos –introduce sus dedos en la parte íntima y empieza a moverlos circularmente –. ¿Qué me dices, princesa? –le provoca Gianluca.

Los primeros gemidos de placer empiezan a salir de la boca de Isabella, que los frena mordiéndose, sin llegar a hacerse daño, el dedo índice.

―Vale, vale –responde con placer.

Gianluca es quien toma el mando. Continúa con sus dedos en la parte íntima y, después, los cambia por su boca. El ambiente empieza a subir de temperatura. Gianluca se pone el preservativo e introduce su miembro en su novia. Empieza a moverse, a sentir y dar placer. Los ritmos de los dos se coordinan y, cada vez, van aumentando la velocidad. Isabella trata de aguantarse los gemidos pero algún ligero chillo le sale sin poder hacer nada. A Gianluca le sucede lo mismo. Se besan y se repiten una y otra vez que se quieren. Una vez que sus fuerzas se agotan, se separan y se tumban en la cama para descansar. Isabella se apoya en el pecho de Gianluca y le coge de la mano, una vez que él se ha deshecho del preservativo.

―Yo también necesitaba hacerlo –confiesa Isabella riendo.

―Y te negabas...

―Ya sabes por qué.

―Si nos han oído, no van a decir nada –le asegura Gianluca –. Así que no te preocupes, princesa –se ríe.

―Vamos a desayunar que tengo hambre.

La pareja se pone el pijama otra vez y baja a la cocina, desprendiendo felicidad, riéndose y sonriéndose. En la cocina están ya todos, desayunando.

¿Tornerà l'amore? || Gianluca Ginoble || Il Volo || Terminada ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora