Capítulo 44

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La puerta de la casa de la vecina está cerrada y Gianluca da golpes a la puerta con inquietud. A los pocos segundos, un policía abre la puerta. Gianluca, al principio, se queda cortado porque no esperaba que abriera un policía, pero tarda poco en reaccionar.

―¡Buenas noches! Soy Gianluca, el vecino de Anastasia -Gianluca señala su casa -. Acabo de llegar a casa y mi novia no está y no sé si lo que ha sucedido tiene algo que ver con ella -explica un poco nervioso.

―¿Su novia se llama Isabella?

―Sí. ¿Está ahí dentro? ¿Está bien?

―Sí. Y, tranquilo, ella está bien. Anastasia ha sufrido un robo con ella dentro.

Gianluca suspira aliviado cuando escucha que su novia, pero, enseguida, se preocupa por su amable vecina. 

―¡No puede ser! -dice Gianluca sin creérselo -¿Puedo pasar?  

―Sí. Nosotros terminamos enseguida -responde Paolo.

Isabella se levanta al ver a su pareja entrar al salón. Anastasia sigue hablando con Francesco.

―Le he ofrecido pasar la noche con nosotros -le comunica Isabella y le besa.

―Has hecho bien. Es mejor que en estos días no esté sola. Tendrá miedo y es comprensible.  

Francesco termina de hablar con Anastasia y él y su compañero se despiden para después abandonar el lugar. La pareja se sienta a un lado de su vecina, para animarla, quedando ella en medio.

―Anastasia, sabemos que este momento es duro, pero queremos que sepas que nos tendrás para todo lo que necesites -dice Gianluca, cogiéndole de la mano. 

―Me apuntaron con una pistola -recuerda atemorizada Anastasia -. Me podrían haber matado.

―Pero no lo hicieron, Anastasia. Solo querían el dinero.

―La pistola solo era para intimidar y que no te atrevieras a detenerles -añade Gianluca. 

―Si hubieran querido matarte, lo hubieran hecho. Y eso no ha sucedido porque no era su objetivo.

―Ya... Sea como sea, me va a costar asimilarlo y superarlo -dice Anastasia -. Tengo miedo de que regresen -esconde la cabeza entre sus manos. Gianluca e Isabella hacen una mueca de lástima. No les gusta verla así.

―No van a volver -le asegura Gianluca -. Ya se han llevado todo lo que necesitaban.

―Y hay que confiar en que la policía los va a capturar. Tienen muchas pistas para encontrarlos. 

―¿Y cómo volveré a sentirme segura en casa?

―No tengo la respuesta, pero te voy a decir una cosa que te servirá de ayuda, espero. Hace unos meses, unas chicas me pegaron en un centro comercial y podía haber cogido miedo a volver a salir de casa, pero no lo hice -Isabella omite la parte de que a partir de esa agresión volvió a escuchar esa voz interior que le afectó durante tiempo porque no es relevante en esta conversación -. No dejé que ese hecho puntual me sobrepasara y me encerrara en casa. No puedes permitir que tu miedo se apodere de ti. Tienes que actuar con normalidad cuanto antes, como si nada hubiera pasado, porque esto ha sucedido, sí, pero se puede evitar que te afecte.

―Isabella tiene razón. El miedo hay que afrontarlo y cuanto antes, mejor. 

―Lo intentaré -promete Anastasia.

―Ahora vamos a casa, así que coge lo que necesites llevar -dice Isabella -. Está la cena hecha.  

Cuando Anastasia entra de nuevo con una maleta pequeña, los tres van a la otra casa. La cena se ha enfriado, pero solo tienen que calentarla para poder cenar. Nada más terminar, Anastasia pide ir ya a dormir porque está muy agotada e Isabella le guía a la habitación de invitados, en la planta baja.

¿Tornerà l'amore? || Gianluca Ginoble || Il Volo || Terminada ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora