Dos, 31 de octubre de 2008

906 102 58
                                    

Querida Lydia:

No me puedo creer lo que ha pasado esta tarde. Imagina si estoy emocionado, que no puedo esperar a mañana para escribirte esta carta.

Hoy ha sido Halloween y, como cada año, todos los niños en Beacon Hills nos hemos disfrazado para salir a la calle y pedir caramelos. Yo al principio no quería ir porque mamá no se encuentra muy bien últimamente y quería quedarme con ella, pero finalmente ha sido ella misma quien me ha convencido para que saliera a la calle con Scott.

Así que eso he hecho: me he puesto el disfraz que ya había acordado con Scott desde hace tiempo y he ido a buscarlo a su casa. Yo era Batman y él, Robin. Siempre jugamos a ser ellos, ¿sabes?

Hemos empezado a pedir caramelos por las casas junto a los demás niños y niñas. Todo iba estupendamente, porque a todo el mundo le ha encantado la combinación de personajes que formábamos Scott y yo, y creo que por eso nos han dado más caramelos que a nadie. Estaba supercontento. Pero, de repente, al salir de casa del entrenador Finstock, hemos visto cómo un grupo de chicos estaba robándole los caramelos a un niño mucho más pequeño que ellos. Y el jefe del grupo era Jackson.

No me ha sorprendido verlo ahí delante, amenazando a alguien más pequeño para que le diera sus caramelos. Creo que solo se atreve a hacerlo con gente de menor tamaño, como si supiera que no tendría ni una oportunidad si se enfrentara a alguien de su misma estatura. Es ridículo, pero bueno.

El caso es que he mirado a Scott y no ha hecho falta decirnos nada para saber que los dos estábamos pensando lo mismo. Así que nos hemos acercado al grupo de matones y les hemos llamado la atención. Pero íbamos más confiados de lo que deberíamos haber ido, ya que perdíamos en número y, también es verdad, en fuerza.

Lo primero que ha hecho Jackson ha sido reírse y burlarse de nosotros. He llegado a dudar de si estaba haciendo lo correcto al plantarle cara, pero enseguida he visto al niño con sus caramelos y me he dado cuenta de que sí; nadie debería tener el derecho que se ha apropiado Jackson para hacerle algo así a los demás. No es justo.

Como llevábamos máscaras, no estoy seguro de que Jackson nos haya reconocido a Scott y a mí, así que ha empezado a soltar insultos y a demostrar que él es más que cualquiera de los demás quitándole los caramelos al niño delante de nuestras narices. Como si eso fuera forma de demostrar nada... Y ahí he explotado.

Me he acercado y le he empujado cuando me estaba dando la espalda. Le he preguntado que qué derecho se creía que tenía para hacer algo así, que si era tan cobarde como para tener que molestar a los demás para divertirse. Obviamente, en cuanto le he encarado, se ha olvidado del niño pequeño y se ha centrado en mí, como si en ese momento solo existiéramos él y yo.

Me ha empujado y me ha tirado al suelo. Yo me he levantado, porque estaba harto de que gente como Jackson se metiera con gente como yo, y quería demostrárselo. Sabía muy bien que no iba a ganar nada con mi fuerza, así que he intentado acusarle con palabras. Le he dicho que no entendía cómo era posible que tuviese amigos, que me daba pena que más de la mitad de los niños con los que va le tiene miedo y por eso no se atreve a alejarse de él.

Jackson se ha quedado paralizado, como si lo hubiese bloqueado con mi comentario. He aprovechado la situación para darle un pequeño empujón y marcharme de ahí con Scott y el otro niño, el de los caramelos. Este me ha dado las gracias por defenderlo y me ha regalado algunas chocolatinas. No me podía creer nada de lo que estaba pasando. Yo, Stiles Stilinski, le había plantado cara el estúpido de Jackson Whittemore y había salido vencedor.

Pero lo mejor estaba por llegar, porque justo en el momento en que estaba comentando con Scott lo increíble que había sido ganarle a Jackson, has aparecido tú y te has acercado a donde estábamos. También ibas vestida de superheroína y, Lydia, te juro que no me lo podía creer al verte. Si ya me parecías increíble antes, eso no ha hecho más que confirmármelo.

Nos has preguntado si habíamos sido nosotros quienes habían ridiculizado a Jackson. A mí no me salía contestar, así que ha sido Scott quien ha dicho que no, que no habíamos sido nosotros, sino yo solo. Y entonces tú has sonreído. Me has sonreído a mí, Lydia, esa sonrisa que me encanta y que me gustaría que fuera para mí más a menudo.

Ni siquiera sé si he llegado a responderte con mi propia sonrisa (creo que estaba tan paralizado que ni siquiera eso). Tú simplemente has asentido y te has dado la vuelta sin añadir nada más, ¡pero estabas contenta! Estoy seguro de ello.

Me gustaría pensar que, a pesar de que Jackson está en tu grupo de amigos, en el fondo sabes que no es una gran persona. Que te ha gustado que alguien lo haya ganado en algo de una vez, aunque no creo que nos hayas reconocido debido a las máscaras. Pero no importa, porque igualmente has conseguido que este haya sido el mejor Halloween desde hace años, y eso que al principio yo ni siquiera quería salir de casa.

Y mírame, ahora estoy escribiéndote esta carta, emocionado porque me has sonreído y contento por ello. Es un gran paso, Lydia, yo lo sé. De momento, es algo que guardaré como un tesoro.

Con cariño,

Stiles

Para Lydia || StydiaWhere stories live. Discover now