Once, 17 de octubre de 2014

669 89 29
                                    

Querida Lydia:

No sé ni por dónde empezar. He de decir que ahora estoy bastante más calmado que antes, pero, aun así, me cuesta asimilar lo que ha ocurrido. Y creo que es normal, porque no todos los días puedo decir que me has besado. Ha sido increíble, Lydia, si no fuera porque sé que la vida en Beacon Hills ya suele parecer un sueño (o más bien pesadilla) de por sí, pensaría que ese beso tan solo ha sido producto de mi imaginación.

Pero no, ha sido tan real como tú y como yo, y aunque al principio me he tenido que pellizcar unas cuantas veces para comprobarlo, ahora sé que no me lo he inventado. La mismísima Lydia Martin me ha besado, jamás pensé que llegaría a decir eso. Bueno, miento, sí que lo he pensado alguna vez, pero siempre me he obligado a mantener la idea de un beso tuyo en el cajón de las cosas que nunca me iban a pasar.

Soy perfectamente consciente de que no ha sido un beso de amor, ni de lejos. No me lo has dado porque yo te guste o porque realmente tuvieras el deseo de besarme. Ha sido un intento de detener el ataque de pánico que estaba sufriendo, intento que ha dado resultado, por cierto. Has conseguido calmar la ansiedad que me estaba entrando en el cuerpo por momentos, has hecho que dejara de pensar en mi padre y en el peligro que constantemente nos está acechando. Solo con un beso.

Te he visto, Lydia. He visto la mirada en tus ojos antes de besarme, y puedo asegurar que había un brillo de miedo en ella. Estabas asustada por mí, o al menos preocupada. Querías ayudarme y te estabas quedando sin tiempo, así que has actuado a la desesperada juntando nuestros labios.

En un primer momento me he quedado petrificado; creo que es lógico teniendo en cuenta que, de la nada, me estabas besando. No entendía cómo era posible que hacía un momento estuviera luchando por respirar para que, un segundo después, mi mundo su hubiera detenido de golpe. En realidad, creo que no solo yo estaba paralizado; tú también permanecías inmóvil.

Hasta que has empezado a reaccionar.

De repente, has insistido en el beso, como si estuvieras intentando asegurarte de que centraba mi atención únicamente en él. Créeme, absolutamente todos mis sentidos estaban puestos en ti y en tus manos sobre mis mejillas, tu respiración sobre mi rostro y tus labios sobre los míos. No habría podido ser de otra manera.

Recuerdo cómo toda la sorpresa que he sentido en un principio se ha transformado rápidamente en una sensación mucho más relajada. Me he dejado llevar por la situación, dándote en todo momento la oportunidad de apartarte si así lo querías. No lo has hecho. En cambio, has conseguido que en mi mente solo hubiera espacio para ti. Puedo jurar que incluso se me ha olvidado lo que era respirar. De hecho, luego me has explicado que ese era tu objetivo.

Ojalá pudieras entender cuán agradecido estoy, Lydia. Para mí, el hecho de que me hayas ayudado de esta forma significa mucho más de lo que puedes creer. Ten en cuenta que llevo colado por ti desde el maldito día en que te conocí, y ver que ahora no solo ya no soy invisible para ti, sino que cuentas conmigo, confías en mí e incluso estás dispuesta a besarme para detener mi ataque de pánico es algo que me llena de felicidad.

Todavía nos queda rescatar a mi padre, a Melissa y a Argent. Pero gracias a ti he recuperado una confianza que creía perdida, gracias a ti me he dado cuenta de que hay que mantener las ideas claras y no dejarse llevar por el miedo. Confías en mí y crees que puedo encontrar la forma para salvar a nuestros padres, así que eso haré.

Creo que formamos un gran equipo, Lydia. Tú y yo, juntos, somos buenos detectives. Es como si estuviéramos unidos por una conexión invisible, puedo sentirla en mi interior. Quiero confiar en que tú piensas algo parecido.

De nuevo, muchas gracias por todo.

Con muchísimo cariño,

Stiles

Para Lydia || StydiaKde žijí příběhy. Začni objevovat