Mr. & Mrs. Somerhalder |en pausa|

Capitulo #16

Estaba realmente nerviosa. Me atemorizaba pensar en lo que podría pasar de ahora en más, en la dinámica de la clase. Porque, siendo sincera, el beso era algo que no se podía olvidar. Al menos yo no podría aparentar haberlo olvidado, pero él sí, claro que él podía. Según Ian, todo había sido un gran y espantoso error, algo que no se debería volver a repetir; y eso me dolía en el alma.

El día anterior, me sentí enferma, entonces llame a Nancy para informarle mi estado —puede que haya inventado que tenía un resfriado—. Pero la verdad era que me sentía mal anímicamente. Dedique ese día de descanso a pensar en Ian, en nosotros, en si había un nosotros realmente. Mis conclusiones eran en su mayoría pesimistas.

Cruce el umbral de la puerta, respirando hondo. Vamos Nina, tu puedes. No había indicio alguno de la presencia de mi profesor.

—¡Preciosa!—gritó Maureen antes de envolverme en un gran abrazo de oso— ¡Hoy no has llegado tarde, creo que está por llover!

—No seas absurda—dije entre risas—, sabes que siempre llego a horario, además…

—¿Señoritas? ¿podrían ingresar al salón que deseo comenzar la clase?—pidió Ian a mis espaldas. Pude notar como mi amiga se tensaba. Me revolví en mi lugar, también incómoda. Carraspeé, sacando de su transe a Maureen. Ambas cabizbajas nos dirigimos a nuestros respectivos asientos.

—Como sabrán… en un mes se llevará a cabo la graduación. Esta clase será utilizada para fijar fechas de exámenes. Si mis cálculos no fallan, el ante último día de clases ya sabrán quién se gradúa y quién suspende el año.

La clase entera vitoreó con entusiasmo, a diferencia mía. Yo solo sonreí, no estaba con mis mejores ánimos. Ian carraspeó, con una sonrisa en el rostro también.

—Bien, calma muchachos—hizo un gesto con las manos, intentando apaciguar la ovación—. De momento, la persona con mayor promedio en cuanto a las notas es Nina Dobrev. Felicitaciones Nina, si sigues así podrás obtener un reconocimiento al mérito académico—anunció sin mirarme a los ojos y solo un rastro de sonrisa.

—¿Usted está seguro que esta pobretona obtendrá un reconocimiento? ¡Lo dudo, solo mírela!—bramó Cory desde las profundidades del lugar. Su comentario me cayó como un balde de agua fría ¿dónde estaba el Cory que yo conocía y quería? ¿tan bajo podía caer?

—Dunn, le recomiendo que conserve el buen comportamiento que viene teniendo desde el principio de clases—sentenció el profesor, con el ceño fruncido.

—Pues me importa una mierda el buen comportamiento—dijo él, yo solo pude encogerme en el asiento—. Ella es una zorra y no merece ningún tipo de conmemoración a sus actos.

—¡Suficiente! Usted le está faltando gravemente el respeto a Nina y eso es algo que no le voy a permitir, primero porque ella es una excelente persona, me atrevería a decir que mucho mejor persona que usted. Y segundo, usted se encuentra en una institución prestigiosa por la formación que los alumnos reciben, y hablando de ese modo no hace más que tirar abajo casi diez años de trabajo duro.

—¿Cómo puede saber que ella es una excelente persona, eh?

—Pues parece que la conozco mucho mejor que usted, le exijo que se retire al despacho del director ¡EN ESTE MOMENTO!—gritó, haciendo asustar a, probablemente, más de la mitad del alumnado. El aula se sumió en un silencio que parecía a su vez, gritar preguntas a los cuatro vientos. Nadie dijo nada, ni cuando Cory se marchó haciendo un gran estruendo con la puerta, ni cuando Ian hizo el intento fallido de retomar el hilo de la clase. Por mi parte, me encontraba aún más sorprendida que todos ellos, porque él, entre todas las personas me había defendido.