Mis días sin ti.© || Editando

Final.

-Estas bronceado Bill -señalé.

-Si compañero, es lo que pasa cuando vas a la playa -contestó irónicamente.

-Lo siento, uno que no salió de vacaciones no sabe lo que es eso -respondí fingiendo estar triste.

-No saliste porque no quisiste, te ofrecí venir con mi familia -acusó.

Pasó mi brazo por sus hombros y contesté -Lo sé compañero, pero no tenía ganas.

-Eres un amargado.

-Y a mucha honra -bromé -. ¿Hiciste la tarea? -pregunté después de un tiempo.

Bill abrió los ojos de par en par y gritó -¡¿Había tarea?!

Me reí y contesté -Si, la pregunta -me miro confundido y continúe -. Ya sabes "la calificación más fácil que vamos a obtener"

-Maldita sea, sabía que algo se me olvidaba... ¿porque me castigas así Dios? -pregunto extendiendo sus brazos al cielo.

Me reí aún más fuerte por su actitud y Bill me lanzo una mirada intimidante.

-Asumo que tu si la hiciste.

-Por supuesto que si, tuve mucho tiempo extra.

-¿Porque no me diste un cerebro como el de Carter? -pregunto de nuevo -. ¿Por que? ¿por que? ¿por que? -repetía constantemente mientras simulaba golpear su cabeza contra los casilleros y no pude carcajear al ver esa escena.

-No todos son tan afortunados -bromé.

-Ya está, igual sabía que no tenía oportunidad pero mantenía una pequeña esperanza -comentó -. Seguro tu ganarás.

-No lo creo -murmure -. Te recomendaría que al menos escribieras algo o no te dejará entrar.

-No creo si quiera poder llevar algo decente, es la primer clase -dijo algo angustiado -¿Estás listo para el partido? -pregunto.

-Algo nervioso, pero si -admiti.

-Igual yo.

Había estado evitando pensar en el partido que tendría lugar un par de horas después, porque estaba muy nervioso.

Tratando de evitar pensar en ese tema, le pedí a Bill que me acompañará a mi casillero por unos cuantos libros y dejar algunos otros.

Una vez listos nos dirigimos hacia nuestra primer clase. Nos sentamos en nuestros lugares ya habituales y esperamos que los demás fueran llegando.

-Espero que no recuerde la tarea -murmuró Bill.

No le contesté porque en ese momento iba entrando la profesora.

-Muy buenos días, dejen sus ensayos en mi escritorio -comenzó diciendo y Bill dejó caer su cabeza dramáticamente sobre el pupitre.

Me reí y me levante para poder entregar mi trabajo.

-Las personas que no cumplieron con la tarea, no se perderán la clase -continuó diciendo y Bill suspiró aliviado -. Sin embargo tienen falta y es obligatorio entregar esa tarea, por supuesto que ya no tendrá valor.