Extra

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—Lily, cariño, tienes que dejarlo ir.

Ella me miro angustiada y con los ojos llenos de lágrimas. —¿Cómo puedes estar tan tranquilo? ¡Nuestro hijo se va!

Suspire alzando las manos al aire en un claro gesto de exasperación.

—Amor, eso sucede. Es hora de que Bill vaya al prescolar.

Lily seguía manteniendo en sus brazos a nuestro pequeño hijo.

—Creo... —empezó a decir mientras llenaba de besos a Bill. — Creo que lo mejor es que pospongamos el prescolar un año o dos.

Tomo la pequeña manita de Bill y empezó a caminar hacia la salida. Corrí para alcanzar y librar a nuestro pequeño de su sobreprotectora mamá oso.

—Si hacemos eso, el irá atrasado y cuando sea mayor, nos odiará.

Lily pareció considerarlo y al parecer decidió que valía la pena correr ese riesgo si eso garantizaba que tendría a su bebé con ella.

—Mami. —Bill jaloneo su blusa tratando de llamar su atención. —Yo quiero ir.

Al escuchar eso, fue como si hubiésemos presionado el detonador de una bomba y Lily volvió a soltar algunas lágrimas.

—Lo sé pequeñajo. —contesto mientras lo envolvía en un gran abrazo (otra vez). —Carter y si, ¿los demás diablillos le hacen algo? Me necesita, es muy pequeño.

—Amor, es un jardín de niños, el máximo daño que le pueden hacer es... quitarle sus galletas. —respondí.

Eso pareció alarmarla más y con un gran suspiro, intente de nuevo.

—Venga, campeón, ¿estás listo?

Bill asintió emocionado y se soltó completamente del agarre de su madre. Lo tome de la mano y ambos caminamos hacia la entrada de su salón.

—Papá, ¿mamá estará bien?

Suspire y conteste. —Ella solo está un poco asustada, has estado con ella todo el tiempo y ahora que tienes que ir a la escuela...

El solamente soltó una pequeña risa e hizo del nuevo el camino hacia Lily que se encontraba en un estado de llanto total.

—Ma... voy a volver, la escuela no es para siempre.

Lily lo miro con orgullo desprendiendo de todo su rostro.

—Lo sé, pero te voy a extrañar.

—Siempre pueden darme un hermanito. —dijo Bill, como quien no quiere la cosa.

Ambos lo miramos totalmente sorprendidos. Sonó el timbre que indicaba el inicio del dia escolar y Bill corrió. Justo en la puerta giro y lanzo un beso en nuestra dirección, los dos fingimos atraparlo y el entro a su salón radiante.

Suspiré y me sacudí el cabello.

—Un hermanito, ¿eh?

Lily me lanzo su ya patentada mirada de "ni lo pienses" y dijo. —Cállate.

—¡No es mala idea!

—Ya veremos.

"Ojalá sean gemelos" pensé al mismo que le lanzaba mi más encantadora sonrisa.

Mis días sin ti.© || Editando Where stories live. Discover now