Capítulo 31

2.8K 127 58
                                    

"Un lienzo blanco es lo único que se puede apreciar, la luz cada vez se vuelve más intensa hasta un punto que se convierte cegadora. Al fondo de la imagen, aparece una silueta que no puede verse a simple vista.

Anakin intenta acercarse lo suficiente a aquella imagen, pero su alcance es más imposible. Sin embargo una voz logra captar toda su atención:

-Anakin...lo siento tanto...

¡Es Dallani! Luce un atuendo completamente blanco como el paisaje, pero triste y frágil con una mirada llena de miedo. Anakin intenta alcanzarla pero la silueta de su mujer se empieza a desvanecer dejándolo en las penumbras, mientras que Skywalker se arrodilla en el suelo, sosteniéndose la cabeza tratando de gritar el nombre de su amada...

Ahora todo se vuelve oscuro, ve como el lienzo blanco se transforma en un lugar de llamas como Mustafar, y a lo lejos vuelve a escuchar una voz pero gruesa y rasposa, pronunciando:

-Lord Vader."

De un fuerte sobresalto, Anakin abrió los ojos rápidamente encontrándose con la realidad. Con la respiración descontrolada y el corazón desbordándose cada segundo, empezó a inspeccionar detalladamente el lugar en que ahora yacía. Instantáneamente notó que ya no era en Mustafar, sino que estaba en un centro médico,-"Seguramente había vuelto a Coruscant"- pensó. La habitación era lo suficientemente oscura y fría donde solo se podía apreciar algunas lámparas que apuntaban directamente hacia él, mientras que algunos droides médicos se meneaban de un lado a otro haciendo lo suyo.

Rápidamente sintió una extraña molestia en su brazo izquierdo; era su nueva prótesis metálica que le instalaban los droides. De no ser por las pequeñas heridas ocasionadas por el combate en Mustafar, esa fue la única perdida corporal que sufrió, ¡Todo por el maldito de Kenobi! Se decía constantemente mientras veía su nuevo brazo, sin embargo el simple hecho de recordarlo que aún seguía con vida nuevamente un odio surgió en el joven Skywalker.

En la habitación no era el único que sentía ese sentimiento, lentamente de las penumbras de la sala médica, aparecía una silueta de mediana estatura quien poseía una gran túnica negra; su nuevo maestro, Sidious.

-Lord Vader- pronunció con orgullo- ¿Se encuentra mejor?

-Sí maestro.- meditó unos segundos llegándole a la mente aquel sueño que tuvo con Dallani, la ansiedad lo estaba matando en ese instante.- ¿Dónde está Dallani? ¿Está a salvo? ¿Está bien?

-Los jedi la asesinaron.-espetó frió y sin compasión.-

-¡¿Qué?!- gritó- ¡Eso no puede ser! ¡No había otro jedi más que Kenobi!

-Al parecer no lo proveíste bien, te tenían una emboscada y terminaron matando a quien menos esperabas, a tu mujer.- suspiró.- Te lo dije Lord Vader, los jedi solo buscan sus intereses y no importan las medidas que deban tomar.

-¡No puede ser! ¡Noo!

La impotencia y el odio que sentía en ese momento no se podían compararse como en otros momentos, quería morirse y no saber más de todo ¡La había perdido y esta vez para siempre! Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras que su corazón se incrementaba tan fuerte sus latidos, la sangre le hervía por dentro ¡No logró salvarla y todo fue por los malditos jedi!

Una fuerza inminente empezaba a surgir dentro de él, logrando que todo el recinto temblara anta la ira descontrolada que desbordaba en esos instantes, su fuerza crecía con mayor intensidad mientras que sus ojos se hundían en esa mirada Sith. Tanto fue el odio que resplandecía de él logrando que algunos aparatos electrónicos explotaran, los droides médicos retrocedían mientras que Sidious observaba maravillado la escena, su plan de haber robado el sable de un jedi y hacerle creer la muerte ocasiona por ellos, fue perfecto.

For You (Anakin Skywalker)Where stories live. Discover now