La vida de Barry Allen cambia cuando, en un momento de desesperación, viaja en el tiempo para salvar a sus padres.
La visión de lo que pudo ser de su vida le produce sensaciones diversas.
Es tarde para traer a sus padres de vuelta. Pero no es demasi...
Oliver prepara entonces una cena ligera, pero deliciosa. Barry sospecha que el rubio podría haber sido chef alguna vez. Escucha a Barr soltar maldiciones de tanto en tanto. El sonido de cosas cayéndose y siendo arregladas. Oliver sonríe por lo bajo sin dejar de preparar la comida. Escucha algo parecido a un golpe. -¡Maldición!-escucha que brama Barry. -¿Problemas en el paraíso?-dice, y escucha al menor soltar un "Cállate, Oliver" Sonríe con más ganas. Termina de servir tras unos minutos. Toma los platos y se dirige a la sala, donde encuentra a Barry dando los toques finales. Le ve prender el fuego, luego de batallar con esto, y soltar un suspiro satisfecho. Voltea a ver al rubio con orgullo mientras limpia sus manos sobre la tela de su camisa, tratando de ocultar el polvo. -Ve a cambiarte-ordena con simpleza Queen, a lo que el menor hace una mueca -Tienes que estar bromeando... -ante la mirada seria de Ollie agrega- No traigo nada más que esta-dice tomando la camisa. Oliver suspira. -Busca en mis cosas. Alguna habrá de más... -Barry asiente a regañadientes y mientras entra a la habitación Oliver agrega- ¡Y lavate las manos! Barry se habría reido de no ser porque era su novio el que le estaba diciendo aquello. Hace un puchero mientras abre la mochila de Oliver. -Si. Si... Encuentra unas playeras más, y ahi aprende que Oliver no es de los que deja todo al azar. "Bastante precavido" piensa Barr, tomando una camisa al azar. Se cambia en minutos y nota lo repentinamente larga de la camisa. Por no mencionar lo grande que queda en sus brazos. Frunce el ceño. "Debo empezar a hacer repeticiones" piensa con cierto pesar. Regresa a la sala tras lavarse bien y ve a Oliver vigilar la flama, sonrie discretamente mientras se acerca. El fuego luce simplemente espectacular.
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Se sienta a un lado del mayor y este le rodea con un brazo. Observan el fuego en silencio unos segundos. Se dedican a aprovechar cada segundo. Disfrutan la compañía del otro mientras el sonido de la lluvia va llenando el silencio. Se miran antes de besarse. Se rien mientras lo hacen. Ese día se dedican solo a conocerse más. A disfrutarse más. Regresan a la habitación luego de un rato. Barry bromea en algún punto con que aquello es como una Luna de Miel, Oliver admite que no se quejaría de serlo. El sonrojo en el menor no tiene precio. No se dicen "te amo" aunque sospechan que llegarán a hacerlo pronto. Oliver encuentra particularmente placentero que Barry le diga "Ollie" y Barry, aunque no lo admita, siente algo de calidez al oír al otro decirle "bebé". Aunque siguen siendo Arrow y Flash, por esa noche dejan de lado sus responsabilidades y se dedican solo a vivir ese momento. Barry agradece su velocidad, puesto que, luego de un rato, comienza a seguirle el ritmo al mayor. Dentro de algunos meses será Oliver quien no logre respirar en momentos como aquellos. Pasan la noche juntos, acomodados sobre la cama con solo las sábanas cubriéndolos. Estan abrazados, manteniendo el calor mientras Barry continúa preguntándose cómo es que el rubio resiste tan bajas temperaturas. Este no responde y solo le abraza con más fuerza. El castaño no se queja. Está demasiado cansado como para hacerlo. Va cerrando sus ojos mientras Oliver acaricia su cabello. El menor es el primero en dormirse, y Oliver le sigue luego de algunos minutos.
Por primera vez en mucho tiempo, Oliver descansa verdaderamente. Sueña.
