Game is Over »Armin CDM [Liars #1]

POV LYSANDRO

Tomé un poco de aire, respirando profundamente, estaba a punto de hacer un acto de valentía... hacerle frente a Castiel. Siempre en los lapsos en que comenzaba a actúar tan gruñón, era mejor idea dejarlo solo porque si no estaba de humor, se desquitaba con la primera persona que veía.

Pero yo estaba comenzando a preocuparme, especialmente con una noticia de la que me enteré y que no estaba bastante seguro de poder contarle, debido a su estado actual. Noté el cambio tan evidente en su actitud, todo había ocurrido después de su fiesta de cumpleaños.

Y yo no podía darle la desastroza noticia mientras él tuviera los pensamientos hechos un caos, o quizá ya la sabía y era la causa de su actitud. Por eso mismo tenía que hablar con él.

-¿Castiel? -abrí ligeramente la puerta de su habitación.

Él me respondió arrojando una vieja lámpara de cerámica contra la pared, la cual se rompió en un montón de pedazos esparcidos en la alfombra.

-Largo.

Yo negué con la cabeza y con un suspiro ingresé de todas formas. Castiel abandonó la atención de su guitarra para lanzarme una mirada de advertencia, pero yo hice caso omiso.

-Tienes que decirme que te pasa -le dije.

-¿Tú también quieres saber? -rasgueó las notas de la tabla de alguna canción-. Lo único que tengo son ganas de estar solo.

-¿Crees que no te conozco? Soy tu amigo -repliqué-. Me lastima que no confíes en mi para esto.

Él se detuvo, cabizbajo más sin aún voltear a verme. Ví como sus manos temblaron sobre el cuerpo de la guitarra.

-Yo confío en ti, Lysan -susurró-. Pero es que no puedo decírtelo.

-¿Por qué? -hice una leve mueca de confusión.

-Se supone que es... un secreto, un trato -dijo en voz baja.

-Sea lo que sea, te está consumiendo -fruncí el ceño-. Te hace mal. Y no puedes guardar todo eso para tí solo, lo empeorarás.

El me miró de pronto, todavía con una expresión vacilante. Indeciso si debería contármelo o no. Sin embargo, sentí un peso quitarse de encima en cuanto suspiró y accedió a contarme.

-Es... es una chica que me roba el aliento -murmuró apenado-. Ella alegra mis días, me hace sentir felíz. Bueno... al menos hasta hace unos días.

-Es Kate, ¿Cierto? -pregunté con una sonrisa triste.

Castiel me miró un poco sorprendido, pero al instante su semblante se volvió neutro y asintió.

-Sabes que haría cualquier cosa por su seguridad, ¿cierto? -preguntó. Yo respondí que sí-. Pues, tenía que borrar a Kentin del mapa, él estaba hiriéndola. Fueron... fueron medidas drásticas.

Después de unos segundos añadió: "Drásticas y estúpidas"

-¿Qué hiciste? -pregunté nervioso.

-La verdad es que Armin me ayudó -me explicó-. Le hicimos una propuesta.

Entonces me contó de principio a fin que habían ido a casa de Kate, me habló sobre el trato que hicieron, las promesas y las únicas dos reglas.

-Y ella aceptó... -supuse.

-Sí. Pero... no me esperaba que lo eligiera a él -admitió-. Al principio lo entendí, ya que si el plan no funcionaba nuestra relación sería la más vulnerable. Pero luego... la ví tan emocionada por la "declaración" en la fiesta... su rostro era tan felíz al abrazarlo, al tomarlo de la mano, todo en los sentimientos de ella parecía sincero. Y... me dolió.