Game is Over »Armin CDM [Liars #1]

35. Fin del juego

Un duelo aproximándose, sólo un ganador. En la mesa, estaba Rosalya jugando póquer con Armin y deduciéndolo por su expresión, él estaba a punto de volverse loco.

En cuanto terminaron las clases, Iris nos invitó a distraernos un rato de lo que había ocurrido con Peggy, los demás chicos se unieron. Estábamos pasándolo bien, pero no sé en que momento de la noche se nos ocurrió a todos jugar una partida de póquer y apostar a que el peor jugador, limpiase el desastre que hicimos en la casa. La mayoría ya nos habíamos salvado, ésta era muerte súbita.

—El peor jugador de póquer del mundo —Alexy reía y negaba con la cabeza, viendo cómo su hermano hacía diversas expresiones faciales.

—¡NO SOY YO, ES ELLA! —gritó Armin bajando su baraja—; ¡Rosalya es una estafadora!

—¡No es verdad! —habló ella ofendida posando las cartas sobre su pecho—. Simplemente no puedes aceptar el hecho de que sea mejor que tú en un juego.

—Lo mío no son los juegos de mesa —Armin arrojó todas sus cartas al aire—. ¡Apuesto a que te ganaría en un versus de Halo Reach!

Yo sabía que Rosa no era fanática de los videojuegos, incluso una vez creí escucharla decir que los detestaba. Pero también sabía que era la chica más testaruda.

—¡BIEN! —dejó un perfecto mazo de cartas sobre la mesa—. ¡Todo o nada! El perdedor limpiará vestido de sirvienta y hará la tarea del otro.

Se miraron mutuamente con furia.

—Todo o nada... —aseguró Armin.

El ambiente era tenso. Lysandro, que estaba sentado en la barra, despegó la vista de su libreta y miró tan desconcertado la discusión como todos. Miré incómoda a Alexy pero él sólo se encogió de hombros, al parecer entendía tan poco como nosotros. Armin le dio la espalda y caminó a la sala de estar, para poner el juego en la consola.

Iris, Lysandro, y por consiguiente, Alexy, se fueron tras él. Castiel se quedó conmigo.

Rosa estuvo a punto de irse también, pero tomé su brazo. No podía a creer que había retado a Armin a una partida, ¡Todo o nada! Es decir, ¡Contra Armin!

—¿Crees ganarle a Armin en Halo? —le susurré molesta.

—Creo que me dejé llevar —dijo dándose cuenta de lo que había hecho y entrando en pánico—. ¿Hay alguna manera de hacer trampa en helio?

Tosí.

—Primero, es Halo —enumeré con mis dedos—. Y segundo, no creo que exista una forma, y si la hay, no la conozco.

Rosalya se encaminó hacia la puerta.

—Trataré de hacer lo que pueda —luego nos miró—. ¿Un consejo?

—Mantente lo más lejos de su ávatar —dijo Castiel sorprendiéndonos a ambas—. Y nunca tomes la estúpida espada. Es inútil.

Las dos lo miramos como si fuera otra persona.

—¡¿Qué...?! —se sonrojó—. ¡Tengo que hacer algo además de tocar la guitarra!

Entonces Rosalya salió. Pero cuando me dispuse a ir tras ella, Castiel me retuvo, tomándome de la muñeca. Cuando me giré a mirarlo, fruncía el ceño y evitaba el contacto visual.

—¿Todo está bien... —habló—, entre Armin y tú?

—Sí, platicamos hace rato —respondí un poco sorprendida—. ¿Pasa algo, Castiel?

—Creí que seguiría molesto —se encogió de hombros, luego cruzó los brazos—. Ayer en la enfermería, le expliqué lo que pasó.

—¿Qué? —mi expresión lo decía todo, incluso creí que me había puesto pálida.