Max & Suhail ©

82. Suhail

—A ella le correspondía decírtelo —dijo papá.

—¿Entonces... tú ya lo sabías?

Me sentí tan mal.

—Hace mucho.

Papá se veía cansado. Es como si hubiera tenido mucho tiempo para analizar el tema. ¿Desde cuándo sabía lo de mamá?
Mejor no preguntar.

—¿Tú... cómo estás? —quiso saber.

Mal.

Estábamos terminando de lavar los platos de la cena. Y yo no quería hablar de mamá, pero papá insistió en saber cómo me siento respecto a lo que pasará mañana.

—Estoy bien —mentí.

—Te molestarán...

Al igual que Max, la solución de papá era que me quedara en casa. Pero para mí tal cosa no era opción. Tenía experiencia con el acoso. Por lo que sabía que entre más rápido enfrentara esto, mejor.

—Estaré bien, lo prometo.

—Digas lo que digas estaré pendiente.

Que papá dijera eso me inquietó. ¿No les ha pasado que quieren evitar que sus padres sufran a causa de ustedes?
Ese era mi caso con papá y mamá. Para mí, papá ya había sufrido suficiente por culpa de mamá. Y mamá... yo sólo quería que ella me quisiera. Trataba de evitar darle problemas para que me quisiera.

—Mañana cenaremos pizza —prometió papá.

Me mostré animada para no quitarle el impulso de querer hacerme sentir mejor con una pizza.

—Gracias, pa.

Fue difícul pasar por la pubertad contando únicamente con papá.
Cuando mamá y él se separaron y yo quedé a cargo de él, le tocó buscarme ropa y peinarme por las mañanas. Y siendo él hombre, pues... Yo nunca me vi muy femenina. Mi cabello siempre lució feo.
Las demás niñas se reían de mi y decían que también olía como niño.

Algo similar pasó con la ropa y la comida. Cuando papá no pedía hamburguesas o pizza, hacía su mejor intento por cocinar. En general, pan con matequilla de maní o jalea. Y mi ropa... Bueno, a él le costó aprender a no mezclar unas prendas con otras.

Con los años, y con la ayuda de Miranda, papá aprendió a cuidar solo a una niña.

Pero fue difícil sin mamá.

Por eso, cuando estuve a solas en mi habitación, hablé con Dios:

Señor, una vez más gracias por todo lo que tengo, pues tengo más que lo que otros necesitan o desean.

Te pido perdón si peco con mi mente o con mis acciones. Sabes que intento hacer bien las cosas.

En esta oración en particular te quiero pedir tres cosas. Primero... que me des la fuerza necesaria para enfrentar lo que viene mañana. Quiero ser fuerte para no preocupar a papá.

Segundo... Ayúdame a que mamá me quiera.
Por favor. Sé que es difícil porque ella es dura como una roca, pero haz que ya no esté tan ocupada... Que me llame por teléfono de vez en cuando. Pero no por obligación, sino porque ella quiera.

Por último, por favor... Sé que hay guerras, niños con hambre y demás cosas que son prioridad; pero si tienes un poquitin de tiempo, hoy o mañana, ayúdame a olvidar a Max.

Duele que me hable aquí y que después me ignoré en el colegio.

Duele verlo avergonzando de mi.

No te pido que hagas que me quiera porque a él le gusta Jessica. Pero ayúdame a no querer estar cerca de él.

Haz que me deje de gustar su voz, sus ojos, su cabello...

Ayúdame a... no sentir nada.

Es que duele.

Y perdóname por estar llorando por esto más que por mamá. Pero es que al menos sé que mamá no me quiere. Max... me confunde.

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Pobre Suhail </3 :(

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