Capítulo 5: El juego del año

536K 34K 10K
                                    

Estuve bastante tiempo a solas en la cabaña mientras los demás seguían en la piscina, no me apetecía seguir interactuando con Bruno ahí, no me sentía cómoda a su lado ni tampoco siendo parte tanto tiempo de su círculo.

Sin embargo, cuando la tarde se acercó, Ethan entró corriendo a la cabaña y recordé que lo escuché decir que hoy jugaban contra otro equipo de futbol americano.

—Ethan ¿a qué hora juegan? —pregunté observándolo.

—En una hora —contestó sonriente.

—¿Contra quién?

—Unos chicos de otro campamento... Harmonycamp creo que es su nombre.

—Ni idea quienes son.

Por supuesto que no sabía, si con suerte sabía el nombre del equipo de nuestro campamento.

—Dicen que son bastante buenos —contestó Thomas integrándose a la conversación, buscó unas cosas en su mochila y luego se sentó a nuestro lado.

—¿Sí? Pero de seguro ganan —sonreí apoyándolos.

—Todo depende de la determinación que tenga Bruno hoy.

—¿Por qué él? —rodé los ojos. Ese idiota no tenía determinación ni para caminar.

—Porque él es el capitán del equipo, si nos vas a ver no lo reconocerás.

—¿Se transforma?

—No —respondió Ethan —Bruno se concentra más que todos y siempre nos hace estar atentos al balón, grita tan fuerte el maldito idiota.

—¿Cómo me llamaste? —lo sorprendió Bruno sentándose en el sofá al costado de Thomas.

—Sabes que te amo —le sonrió Ethan.

—Tan idiota para ser de mi equipo —contestó Bruno de manera burlesca.

—Bueno y como te decía... —continuó Ethan —Bruno y sus gritos en la cancha que se escuchan de aquí a China consiguen que te metas al juego de inmediato.

Guardé silencio mientras le daba atención. No quería opinar acerca de Bruno, menos si él se encontraba frente a nosotros. De seguro todo terminaba en pelea y ya me dolía la cabeza solo de tenerlo frente a mí.

Pasaron unos cuantos minutos y Renato entró a la cabaña.

—Todo listo, en veinte minutos más en camarines, las gradas ya se están llenando —habló emocionado.

Los tres se pusieron de pie siguiendo a Renato hacia sus habitaciones y no pasaron más de diez minutos cuando los cuatro salieron en plan Beyoncé al pasillo con su ropa de futbol americano puesta y un bolso deportivo.

La cabaña quedó completamente silenciosa cuando se largaron, hasta que Valery y Emilia entraron eufóricas para decirme que fuéramos a ver el juego. Acepté porque quería ver jugar a Ethan, así que rápidamente nos pusimos en marcha hacia las gradas.

Nunca había ido al campo de futbol a ver un partido —ignoremos el hecho de que fui cuando pequeña a espiar a cierto imbécil—, así que me sorprendí de lo inmensamente grande que era. Había un sector en las gradas en donde se situaba el otro campamento y nosotros al otro frente. Todo el mundo parecía estar ahí, de los más pequeños a los más grandes, incluso muchos de los coordinadores se encontraban en el lugar.

De pronto, un altoparlante comenzó a sonar y luego se oyó una voz masculina.

—¡Bienvenidos todos al juego del año! ¡Harmonycamp versus Carpe diem club! Esto es emocionante ¿no lo creen? Los dos campeones de los últimos años juntos.

¡Eres mio! ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora