Capítulo 8.

2.4K 186 53
                                    

¿Y qué si la vida es cruel? ¿Por qué sigo llorando?¿acaso tres días en total depresión no habían sido suficiente? Esos pensamientos eran los únicos que pasaban por su mente.

Cuatro días habían pasado desde ese maldito impulso, todo era tan confuso para la joven. Aunque para Steve había sido mucho peor, no podía juzgarlo ya que probablemente la situación lo había obligado a corresponderle aún sin sentir sentimientos por ella.
   
  Por más que buscara respuesta no las encontraba, todas y cada una de ellas se había ido junto a Steve. Él se había marchado... La había dejado, no perdió su caballerosidad al hacerlo. Sus palabras amables no hacían más que sentenciarla a una tristeza interna, inducida por una buena dosis de malas noticias.

     Habían encontrado a la rubia que robó el corazón de Steve, la tenían presa, Stark no se interpuso. Parecía querer vengarse de Rogers y por eso dejó que la agente fuera encarcelada.

  Cuando se enteró de aquello sabía bien lo que pasaría, pero nunca hay forma de adaptarse a una mala noticia, aún con tiempo de preparación. Realmente sonaba cruel de su parte, la chica no era una mala persona y no podía encontrar defecto alguno en ella. Pero como un acto inmaduro en su mente la culpó de haber alejado a Steve.

    La gotas de lluvia que adornaban su ventana tenían a Wanda inmersa en sus pensamientos. Si alguien percibiera su aura sería bastante oscura, su humor no era bueno, durante esos difíciles días su vecina se encargaba de recordarle una y otra vez la ausencia del capitán.
    
      Wanda no tenía conocimiento del paradero del rubio, no había manera de saber de él. Igual que la sombra se borra en la noche sin luz, Steve se había ido de su vida.
       Intentó sonreír al ver una pareja de niños corretear bajo la lluvia, estaban bastante felices. Por lo que entendía recién habían llegado al lugar, serían sus nuevos vecinos. Los pequeños de no más de 8 años lograron que soltara una risa, uno de ellos había tropezado.
     Quizás era hora de seguir adelante, no iba a seguir torturandose en el día. Encendía la estufa dispuesta a cocinar una rica torta, iría a darle la bienvenida a sus nuevos vecinos.
Tras investigar en internet logró guiarse para obtener una torta decente. Complacida dejó que esta  reposara para que el calor se fuera, mientras ella arreglaba su aspecto en el baño.  De su armario sacó un vestido rojo y con una campera de cuero negra a juego con sus botas de tacones, se dirigió a la cocina. Cubrió la torta con un molde y con un paragüas caminó hacia la casa contigua. Los niños seguían correteando y no había camión de mudanza, quizás habían trasladado los muebles en su época de “depresión”.

   Cada paso que daba era una bocanada de aire, finalmente estaba actuando normal, Wanda había desaparecido dejando que Emily llevara un vida sin problemas.  Antes de que la muchacha tocara la puerta esta se abrió dejando ver a una linda chica de pelo oscuro y ojos grandes y redondos, era un poco más baja que ella y su cuerpo era delgado como para haber tenido dos hijos. ¿Sería ella la madre?

—Hola... Mi nombre es Wan-Emily, Emily. Estaba pensando en una amiga, lo siento. —Se excusó ante aquel error.

—Soy Stefany. Acabamos de mudarnos con mi esposo e hijos, entra eres bienvenida. —Le comentó la dueña de la casa, al deducir que traía una torta para ellos. Seguramente venía a darles la bienvenida. Una sonrisa apareció en el rostro de Wanda al ver la decoración de la casa, no era extravagante como las demás sino que tenía muebles viejos y alguna que otra cosa nueva. Le recordaba a un verdadero hogar, uno de personas humildes y clase media.

—Es una bonita casa. —Mencionó Wanda con total sinceridad. Y fue así como ambas chicas comenzaron a entablar una conversación, su esposo había salido a comprar herramientas y luego pasaría por unas pizzas, cosa que hizo que Emily cayera en cuenta de que se acercaba la noche. Según entendía, Stefany tenía a esos hijos de otro matrimonio y su pareja Emmett quería mucho a esos niños. Así que eran una familia en verdad feliz.
   La hora de la cena se acercaba por lo que Wanda se levantó dispuesta a retirarse, debía cocinar si quería comer. —Emily, quédate mi esposo siempre compra de más. —Dijo su ahora vecina. Dudando mucho la bruja accedió, queriendo recordar que se sentía tener familia.
 
La mesa estaba lista y los niños se molestaban en la mesa,por lo que su madre intentaba calmarlos. La sonrisa que adornaba su rostro era tan sincera, le recordaba a ella cuando era niña.
    Finalmente la llave de la puerta principal se escuchó y los niños salieron corriendo para recibir a su segundo papá. Emily no lo había visto en ningún momento, pero estaba segura de que debía ser un hombre apuesto. Cuando el hombre trapazo el living y fue iluminado por la luz del comedor, Wanda se quedó inmóvil. No podía creer lo que veía.

—Pietro...

*****

¡Regresé!
Espero les guste el capítulo, estoy agradecida por todo el apoyo que me dieron. Fueron demasiado comprensivas y no hay palabras que logren expresar mi gratitud. Los amo

♡♡♡

She's Just A Kid || StandaWhere stories live. Discover now