She's Just A Kid || Standa

Capítulo 10.

Mis sentidos se sentían abatidos mis músculos entumecidos acompañaban la acción de inmovilizarme bajó sus pies. Mi respiración entrecortada disminuía el ritmo hasta dejarme sin respiración. Su pié presionaba mi pecho con fuerza. En ese momento liberó el último, pero el alivio no duró mucho. La silueta oscura que me arrinconaba contra la esquina del sillón, sobre el frío suelo, no parecía desistir en torturarme. Con fuerza golpeó mi tórax, una patada tan rápida y certera que mi mente no era capaz de hacerme reaccionar. ¿Por qué no estaba usando mis poderes?

Otra vez el alivio hizo su presencia apenas me liberó del agarre. La risa que emitió la oscura silueta me hizo pensar en esa sombra como algo“humano”.
   La oscuridad adornaba cada parte de la habitación que yo desconocía. No me puse a analizarlo. Tenía que salir con vida y encontrar a Pietro.

¿También me había abandonado? Había desaparecido de mi vista de un instante a otro,y yo sufría las consecuencias de algo que no había provocado.
    Me arrastré por el suelo intento ignorar el punzante dolor, los quejidos eran algo que no podía ocultar. Dolía mucho. Steve, ven por mi. Lo llamé a gritos en mi mente, como si el fuera a responder a mis suplicas. Por favor.

—Aborta el simulacro. —¿De quién era esa voz que oía a lo lejos?

De pronto el escenario se desvaneció ante mi vista. La oscuridad fue reemplazada por una luz intenta, mi mano se alzó como reflejo para cubrir mi frente. Mi vista mejoró de cierta forma y pude distinguir un hermoso paisaje. El césped perfectamente cortado era cómodo bajo mis pies descalzos. ¿Y ahora qué había pasado? Mi mente confusa intentaba sin éxito encontrar respuestas a todo ello.

—¡Pietro!Detente ahora... O le diré a mamá. —La niña hablaba con cierta autoridad, su voz conocida por mi, hizo que me girara. Allí estaba una versión pequeña de mi, acusando con el dedo índice a mi hermano. Él también era niño. En ese mismo instante entendí que sucedía, estaba soñando.

—¡Ve y dile! Trepare igual.

Testarudo el niño. Pensé conteniendo una risa, no quería que mi pecho doliera. Mi pecho no duele. Estaba tan impactada al respirar hondo y no sentir dolor. Inmersa en ese hermoso recuerdo había olvidado lo que momentos antes había ocurrido.
Hydra. Eso era. Ese momento aterrador de algún modo había logrado alterarme nuevamente. Esa vez habían probado los resultados de sus sustancias. Mis poderes no se habían desarrollado en ese entonces. Obviamente recibí una paliza. A Pietro le resultó diferente. Él obtuvo sus habilidades antes que yo. Cuando nos encontramos en la celda, enloqueció. Tuve que contenerlo para que no matara al sujeto. Yo todavía necesitaba poderes.

Moví mi cabeza alejando esos recuerdos para centrarme en uno de los momentos más preciados para mi. En ese parque bajo la sombra de un enorme roble, mis padres nos regañaban por haber corrido lejos de ellos. La preocupación latente en su rostro me perturbo. Esa misma reacción había tenido al verlos morir.

Un grito se escapó de mi, la angustia había regresado.

—Wanda, Wanda. Despierta.

La sorpresa que tenía al oír la voz la madura de Pietro, me hizo pensar que al girarme lo encontraría frente a mi. No fue así. Mi respiración comenzó a alterarse sin explicación alguna. Cerré mis ojos asustada y cuando los abrí, ya no estaba en ese lugar. Estaba en mi “casa”.

—Menos mal estás bien. —Dijo pietro a mi lado mientras sostenía mi mano con preocupación.—¿Qué sucedió?—Cuestioné con la voz algo ronca.

—Te desmayaste y te trajé aquí.—Explicó con lentitud, como si yo no fuera a entenderle. Al ver que no respondí, sacó un móvil y me mostró una página de Internet. Allí salía una foto de Steve, lo habían visto en Paris. Todos querían arrestar lo, y una parte de mi también deseaba arrestar lo pero bajo mis términos.

—Si las autoridades no lo encuentran. Yo lo haré. Él no debió dejarte sola. Haré que pagué. Te ilusionó. —¿De dónde había sacado Pietro tanta información?mi rostro confundido hizo que él previniera mi pregunta. —Los vecinos.

Intentar discutir ese asunto no me era importante en ese instante, aún cuando me dolía. Había algo más importante. ¿Cómo era qué Pietro había llegado aquí?¿Cómo estaba vivo?
   Empecé a plantearme si leía mi mente cuando respondió a mi pregunta.—Lo averiguaremos luego. —Ordenó con firmeza, su rostro se había tensado, como si se hubiera encontrado con el mismo diablo.

—Cámbiate y empaca. —Su voz sonó más amable esta vez, aún así estaba desconcertada, tan así que era incapaz de moverme. —No podemos irnos, tienes familia ahora.

—Lo arreglaré, pero ve y empaca.

Su amabilidad me hizo sentir calmada. Salió tan rápido por la puerta que ni siquiera pude respirar hondo antes de que se fuera. Pietro estaba muy alterado.

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¡Nuevo capítulo!
Gracias por su apoyo. Espero les guste.
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—¿?