SECRET KISS (MyungJong)

Capítulo 14: Sueños que no son sueños

El sol entraba a raudales por los ventanales de la habitación, unos suaves labios y el susurro de su dulce voz me despertó abriendo lentamente mis párpados. Lo observé fijamente recorriendo sus delicadas facciones con mis ojos, levanté una de mis manos para tocar su delicada piel, para sentir si realmente era él. Cerró sus ojos ante mi contacto con una sonrisa, apoyando su mejilla en la palma de mi mano. Rocé sus labios con el pulgar y lentamente acorté la distancia entre ambos, besándole en un acto de profundo amor...

-¿Sunggyu? ¡Sunggyu despierta!

Abrí mis ojos desorientado y con un leve dolor punzante en la cabeza.

-¿Hoya?

-Hasta que por fin despiertas. - ¿Por que Hoya se encontraba en mi habitación y no Sungjong?

-¿Que haces aquí? - Suspiré. Había sido otro bonito sueño... un sueño donde Sungjong me amaba. Y de repente había caído en la cuenta de que tenía un ensayo y un concierto al que asistir. - ¿Que hora es? ¿Y el ensayo?

-Son las 7:00 de la mañana ¿Recuerdas lo que pasó anoche?

Tomé un vaso de agua dispuesto en la mesita de noche que se encontraba a un lado de la cama con vitaminas y medicamentos apenas consiente de lo que me decía, perdido en mis ensoñaciones. Howon me resumió lo que había sucedido, había recaído debido a un malestar estomacal, Seonho le había informado a él y a Sungjong que me encontraba mal y ambos acudieron en mi ayuda y, debido a mi fiebre alta, se había pospuesto el ensayo...

-¿Sungjong... estuvo aquí?

-Si, te cuidó por unos instantes en lo que buscábamos un médico, se veía preocupado.

Hice una mueca, así que había estado cuidándome, supuse que por eso había tenido aquel sueño tan realista; Generalmente Sungjong aparecía con frecuencia en mis sueños, siendo esta la única manera en la que él y yo estábamos juntos. Sabía que era patético pero estaba resignado a que mi amor por Sungjong siempre sería unilateral. Aunque tampoco era como si Sungjong no me quisiera, pero yo no quería su amor de hermano, quería más, mucho más.

No recordaba a ciencia cierta en que momento me había enamorado de él. Lo había conocido cuando era un adolescente con el sueño de convertirse en una estrella, compartimos sueños, casa, familia, horas y días de entrenamiento hasta que logramos pisar un escenario. Con los años la preocupación de hermano, se había transformado en cariño y el cariño, en amor. Pero tarde decidí ser honesto con mis sentimientos cuando había decidido confesarme. Había repasado todo en mi mente como una canción: daríamos un paseo por el parque, lo llevaría a comer su helado favorito, luego iríamos al cine y en la noche, cenaríamos en algún restaurante exclusivo y privado donde le confesaría mi amor y donde con suerte, nos daríamos nuestro primer beso. Pero todos mis planes se vinieron abajo cuando aquel día que Sungjong había caído enfermo lo había descubierto en la cama con Myungsoo, abrazados de una manera poco natural y desnudos, fue hasta entonces cuando supe que los dos eran pareja. Fue un duro golpe que me costo mucho asimilar, comprendí sus repentinas ausencias y sus miradas cómplices, esa noche pasaron por mi mente mil y un maneras de arrebatárselo a Myungsoo, pensamientos mezquinos que al recordar mi posición de líder descarté por completo avergonzándome de mi mismo. Bastaba con mirar el brillo en los ojos de Sungjong para saber que era feliz con él. Desde entonces decidí guardar bajo llave mi amor y desear su felicidad. Por que comprendí que no sólo mis sentimientos y los de Sungjong estaban de por medio sino también los sueños por los que habíamos luchado, porque ocasionar alguna ruptura en el grupo por un amor no correspondido sería un acto muy egoísta, algo que no me perdonaría nunca. Aunque eso no evitó que cometiera ciertos errores: Le hice saber a Myungsoo lo que sentía por Sungjong. Parecía odiarme desde que motivado por el enojo de ver llorar a mi pequeño, le había confesado mis sentimientos por este seguido de una advertencia vacía para que tuviera cuidado de no hacerle daño algo de lo que sin duda me arrepentía pero, ¿Realmente había sido una advertencia vacía o mi subconsciente que quería una pelea justa por él?