Los Sakamaki Son Reales?!!

No puedo mirar

Estaba en el gimnasio y la tutora se dispuso a hablar:

-La prueba de hoy será de evaluar cómo mordéis- comunicó.

-¿Qué?!!- grité al oírla.

Sabía que eso iba ha acabar mal. Pero eso no era lo peor, lo peor era que yo no era un vampiro y no podía morder, así que si no podía hacer la actividad me iban a pillar y todo se iba a ir al garete.

Mientras que yo estaba preocupada, las demás personas de  clase parecían felices y no paraban de relamerse dejando ver así sus colmillos.

(yo...no puedo hacer esto...¿ qué hago?...)

Estaba mal, pero me puse peor cuando vi entrar a unas chicas maniatadas y con vendajes en los ojos. Estaban maltratadas, llorando, agonizando, se notaba que lo estaban pasando realmente mal

No entendía por qué estaban allí, pero no sería para nada bueno.

-Ahh...parecen dulces!- dijo una compañera emocionada.

-Así es. Hoy, estas serán nuestros sujetos de prueba. Con ellas realizaremos la actividad- dijo la profesora señalando a las pobres chicas.

No me lo podía creer. No quería ver cómo le hacían algo tan malo a esas pobres chicas, no se lo merecían, no tenían por qué estar pasando por algo tan horrible, me daban mucha pena, a penas podía mirarlas.

Necesitaba inventarme alguna excusa para escapar de aquella situación
Levanté la mano:

-Profesora, no me encuentro bien. Puedo ir a la enfermería?- pregunté poniendo cara de angustia.

-Akari, si, claro, la verdad es que no te veo buena cara. Ayato, acompañala- le pidió.

-Claro profesora. Vamos, chichinashi - me dijo acompañandome.

-Cla..ro- respondí fingiendo de nuevo la angustia.

-Bueno, nosotros seguiremos con la prueba- les comunicó la tutora.

A medida que me iba podía oír los gritos de las pobres chicas a las que no paraban de morder tras de mí. Me ponía el estomago malo, no podía con todo aquello.

-Jajaj, menos mal que dijiste eso porque si te llagan a pillar te echan- me dijo Ayato con alivio.

-Pues si-  le confesé.

Había mentido sobre lo de estar mala, pero me estaba poniendo mala de verdad al pensar lo que harían con esas chicas.
Por fin llegamos a la enfermería pero no había nadie.

-¿y ahora qué hacemos? - le pregunté a Ayato.

-Una cosa- me respondió él- ya que por tu culpa me estoy perdiendo la prueba, podría hacerla contigo...- me dijo con deseo.