No llores (final 1/2)

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"Love everything you do, when you call me fucking dumb for the stupid shit I do"

Abrió los ojos lentamente, los párpados le pesaban, como dos yunques instalados en sus ojos.

Se encontraba en una habitación aromatizada con perfume de fresa artificial, las paredes tenían la pintura azul pastel desgastada, estaba llena de armarios llenos de utensilios médicos desperdigados por todos lados.

Volvía a ser raro, ya no veía por los dos ojos, solo por el lado izquierdo. Hizo el amago de levantar el brazo derecho, pero, este era inexistente, más bien, estaba enterrado a cinco metros de profundidad, donde enterrarían el resto del cuerpo (algún día), por suerte, hoy no se iba a realizar tal acción.

Movió el brazo izquierdo y lo deslizó suavemente por su faz, notó el tacto de una venda de suave que recorría la mitad de su cara, justo como aquel día, ¿Podría ser? ¿Podría ser que nada de lo que había hecho pasado fuese real?


-¿Podría ser que Tom estuviese sano y salvo? -Se dijo a si mismo en voz alta, esperando a que algo le diese una respuesta.
Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se percató de que tenía un acompañante en la sala.

-Buenas tardes - Dirigió su mirada hacia el lugar del cual provenía la voz. Era Paul, tenía cara de no haber dormido en días, sus ojeras le delataban, se veía especialmente tranquilo, posiblemente al ver que Tord había despertado.

Otro silencio incómodo.

Tord se quedó mirando fijamente a Paul durante un largo minuto, ninguno de los dos habló, hasta que, Tord, lentamente cerró los ojos y se decidió a preguntar, realmente, el quería que la respuesta fuera "Te has caído de un robot gigante" o "casi te atraviesa un arpón", pero, lamentablemente, no iba a ser así.

- ¿Que me ha pasado, Paul? -Preguntó el líder, su cara no representaba ningún tipo de expresión, parecía estar roto.

Paul fue dando pequeños pasos hacia delante, poco a poco, se aproximó a Tord, desplegó una silla de plástico que se encontraba apoyada en la pared y se sentó en ella. La silla crujió. Paul le miró directamente al ojo, la mirada de el soldado desprendía pena y resentimiento, "debería haberlo impedido" se repetía a si mismo.

La mirada de Paul le dio una respuesta a Tord, una respuesta silenciosa y tajante. Pero el no quería esa respuesta, el quería una que todo el mundo oyera.
Algo le dio esa respuesta.

Pitidos

Pitidos

Y más pitidos

Los pitidos de la pulsación  de aquel corazón azul que había atormentado al líder desde el día en que se reencontraron.
Esa era su respuesta.
Tord abrió el ojo de par en par al escucharlo, Paul se percató de esta reacción, quería consolarle, pero, no se atrevió a hablar.

El líder reaccionó al instante, se levantó de un salto de la camilla y se puso en pie. Las piernas le pesaban, de notaba que no había caminado en días.

Paul se apartó de la silla y le dirigió una mirada confusa a Tord, no sabía que reacción esperar.

Tord localizó su "brazo", estaba posicionado cuidadosamente encima de un mueble cercano a la camilla, junto a él, se encontraba su parche. Tord se aproximó a ellos, se guardó el parche, acto seguido se colocó el brazo en su sitio, el cual, al notar la circulación de Tord, reaccionó, encendiendo unas lentes azules que recorrían todo el aparato, después de esto la chaqueta y acto seguido se dio la vuelta y se dirigió a Paul.

Desearía que estuvieras ahí Where stories live. Discover now