3. No lo intentes.

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Ahora, mientras Asher y yo cenamos en un restaurante al que me invitó para pagarme el haberlo dejado pasar todas esas noches en mi caso, se presenta una situación donde mi moral está siendo puesta a prueba.

Él ha ido al baño y de repente su celular ha sonado con una llamada. Lo correcto sería que le avisara en cuanto volviera e ignorar el hecho de que su celular ha sonado en frente de mí pero puedo ver claramente el nombre de Caleb brillando en la pantalla rodeando de emoticones de corazón ―porque Asher es ese tipo de chico―. Sé que en cuanto Asher se dé cuenta de que la llamada era de Caleb lo llamará de vuelta y Caleb solo lo llama cuando necesita sexo o ayuda con algo, lo que requiere que Asher deje lo que está haciendo para correr a su lado. Pero estamos divirtiéndonos, él está conmigo en este momento y Caleb no le hace nada bien a Asher por muy amigos de la infancia que sean así que levanto mi dedo, en contra de mis principios, y cuelgo la llamada y aprovechándome de que Asher no tiene contraseña en su celular, la borro.

Pero Caleb insiste enviando mensajes que dicen "¿Dónde estás?", "Quiero verte", "Salgamos ahora, tengo ganas de verte" y lo más hipócrita que tal vez jamás dirá; "Te necesito". Estoy consciente de que violo la privacidad de ambos pero no podría importarme eso para entonces. Contesto "Estoy ocupado, no me molestes por favor" y borro todos los mensajes recientes, devolviendo a tiempo el celular a su sitio antes de que Asher vuelva.

Solo espera que a Caleb no se le ocurra contestar.

―Bien, ya volví ―él me sonríe antes de sentarte en frente de mí―. ¿Qué te está pareciendo todo? ¿Te gusta?

―Es genial, muchas gracias por invitarme ―le digo sonriente―. Jamás comí sushi de tan buena calidad.

―Lo sé ¿Verdad? El chef es un genio ―él se ríe y toma su celular, mi corazón salta un poco―. ¿Mi celular sonó? ―pregunta frunciendo el ceño.

―Nop, no que yo sepa ―me encojo de hombros―. ¿No lo tenías en silencio?

―Ah, no ―él hace una mueca y me mira luego―. Pero lo pondré en silencio ahora, supongo que es grosero tenerlo así cuando ceno con alguien ¿No?

―No te preocupes ―sonrío satisfecho.

―Entonces, antes de que me fuera, hablábamos de lo que escribes ¿No? ―él coloca su barbilla sobre su mano y me mira seductoramente, un gesto un poco femenino que nunca me atrajo tanto en ninguna mujer como me atrae si se trata de él, supongo que porque se supone que las chicas deben verse así pero en él es casi una sorpresa―. ¿Escribes sobre mí? ―interroga.

―Digamos que tengo un personaje que se parece mucho a ti ―confieso―. Incluso lo llamé Ash.

―Oh, seré famoso ―él aplasta sus mejillas con sus manos y suspira―. ¡Eso es genial! ¿Y qué papel juega en la historia?

―Pues, como sabrás, escribo misterios policiales así que básicamente Ash es este chico misterioso y seductor que el detective conoce mientras intenta averiguar quién mató a la chica. Él es una clave importante en el caso porque era el único que estaba presenta la noche que la mataron pero desafortunadamente este chico no vio del todo al asesino y se sospecha de él pero está comprobado que no fue él quien la mató ―le explico―. Luego, se descubre que de hecho este chico era un estafador que engatusaba a mujeres con tal de sacarles su dinero y debido a ese tipo de astucia, el detective lo adopta como su acompañante, un acompañante peculiar, sigiloso e inteligente que tratará de seducirlo, por supuesto, pero al final de todo le servirá de mucho. Tal vez termine en un romance gay, debido a los últimos acontecimientos de mi vida ―levanto mi vaso para tomar agua y escudarme detrás de él.

Gato callejero |BL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora