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Siempre recuerdo la primera vez en la que nos conocimos.

Él sigue siendo un cascarrabias hasta el día de hoy, y yo intento no perder la paciencia cuando me habla, con su mal genio, sobre algo, lo que sea. Pero esto me supera. Esto nos supera a los dos.

Parpadeo incontables veces, sin poder quitar los ojos de los suyos y trago saliva amarga. ¿Me está pidiendo que sea su novia?

— ¿Qué? — mi garganta se seca y siento que debería pellizcarme para despertar.

Yoongi bufa, enojado, pero no me suelta. Muevo mi mano y de todos modos él entrelaza sus dedos a los míos, apretándola con más fuerza de la que debería.

— Pues eso. — dice, de mala gana.

Una risa nerviosa sale de mi boca, inundando el café en el que nos encontramos. Todos nos miran como si estuviéramos locos, pero no me interesa.

— Buena broma. — murmuro, limpiando mis ojos de las lágrimas provocadas por  la risa con mano libre.

Lo observo, esperando que ría en cualquier momento, pero sólo veo como sus mejillas se encienden y su piel pálida es reemplazada por una muy rosa. Poco a poco guardo silencio y lo miro con la única expresión que tengo para esta ocasión, un claro: ¿Qué carajos?

— Sabía que terminarías riéndote. — dice notoriamente ofendido.

— Pero... Yoongi... Tú me odias.

Él suelta mi mano y guarda las suyas en los bolsillos de su chaqueta. ¿Acaso he dicho algo que no sea cierto? Desde el día uno él ha dejado muy en claro, con sus acciones y palabras, que yo soy una extraña en su grupo de amigos, que no debería estar allí... Que debería dejarlo solo.

Estoy tan confundida que creo que si golpeo mi cabeza contra la mesa, esto podría terminar siendo un mal sueño.

— No, en realidad no te odio. — dice, agachando la mirada. — Eres una de las chicas con las que he estado más tiempo sin quejarme.

— Sí, eso dijo Seokjin. — murmuro, sintiendo el sudor frío en mi frente. — Pero...

— No te molestes en pensar otra cosa.

— No te sigo. — niego con la cabeza y él rueda los ojos.

— Es más complicado de lo que parece. — se muerde una uña y se lo piensa por unos segundos que parecen una maldita eternidad. — La compañía con la que firmamos contrato nos ha propuesto algo.

— Bien. — me cruzo de brazos, esperando que siga con la conversación. — Te escucho.

— Nosotros... — suspira, inclinándose en la mesa. — Ya tenemos unos años trabajando con ellos, para ser exactos desde que tengo diecinueve años. — cruza sus brazos, imitando mi postura. — Hace un par de años todo estaba bien, nosotros estábamos cómodos sin tener una relación, ya sabes...

— No lo sé. — digo, y él me fulmina con la mirada.

— Yo sugerí que nos distraeríamos y no pondríamos todo de nosotros si salíamos con chicas. — se encoje de hombros y yo asiento. — Pero todo se vino abajo hace unos meses.

<< Nuestro CEO, el señor Bang, se ausentó por problemas familiares, así que nosotros tuvimos que seguir trabajando con la empresa a pesar de no tener más ayuda que la de nuestro mánager.

<< Hace unos meses nos llamaron a las oficinas porque querían hablarnos sobre el cambio de nuestro contrato. El nuevo CEO, Choi Seung, dijo que ahora que todos éramos legales podríamos vivir como verdaderos hombres y, pues, todo se fue al demonio.

| Lies → Suga - Min Yoon Gi |Where stories live. Discover now