IV

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– Nunca imaginé que Cedric Diggory era un rebelde – Ríe Sophie. Cedric tiraba de su mano, mientras subían las escaleras de la torre de astronomía.

– Shh – Silencia Cedric – Nos van a descubrir – Susurra – Llegamos – Cedric suelta suavemente la mano de Sophie.

– Es hermoso – Murmura Sophie mientras se acerca al gran ventanal – ¿Has visto cuantas estrellas hay en el cielo?, y siempre alguien intenta contarlas.

– Algo tonto en mi opinión – Ríe Cedric y se para justo al lado de la castaña.

– No me parece tonto...– Susurra – Me parece algo valiente.

Cedric se acerca un poco a Sophie, y ella lo imita. El castaño acerca su rostro al de la castaña rozando sus labios con los de ella.

– ¿Para qué me invitaste, Cedric? – Pregunta dulcemente Sophie mientras se separa del castaño.

– Quería estar a solas contigo – Murmura el castaño –...Me gustas, Sophie. 

Las mejillas de la castaña se tiñen de rojo, y se encoge de hombros con una sonrisa. Aunque la mayoría de los chicos gustaban de ella, Cedric era especial.

– Tú...– Tartamudea Sophie – También me gustas, Cedric.

El castaño la estrecha entre sus brazos, y besa su mejilla. Sophie se acomoda entre sus brazos, aspirando su olor, madera y miel. La barbilla de Cedric descansa en el cabello castaño de ella.

– El día del campeonato...– Comienza Cedric– Sabia perfectamente quien eras, solo fingía – Ríe, y Sophie niega con los labios fruncidos – ¿Qué piensas del Torneo de los Tres Magos? – Pregunta Cedric aún rodeándola por la cintura.

– No lo sé – Susurra Sophie mientras acaricia su mejilla – ¿Piensas inscribirte?

– Suena divertido – Admite el castaño – ¿Tú? – La castaña se lo piensa un poco antes de responder.

– Tengo quince – Sonríe dulcemente la chica.

– Si me inscribo, y gano. ¿Serás mi fan número uno? – Pregunta Cedric con una sonrisa pícara.

– Claro – Ríe Sophie.

El sonido de la puerta abriéndose los distrae. Un hombre de largo cabello azabache y túnica negra, los ve sin ninguna expresión en su rostro.

– ¿Qué hacen aquí? – Pregunta Snape. Cedric iba a responder pero Snape se le adelanta – Cinco puntos menos para Hufflepuff – Habla Snape, y posa su mirada en Sophie – Y cinco puntos menos para Ravenclaw. No les bajo más, porque son buenos en posiciones – Aclara – Ahora vayan a sus áreas comunes – Ordena el hombre, Cedric se acerca a Sophie para besar su mejilla, y ella sonríe con los ojos cerrados al sentir el contacto – Y sin demostraciones amorosas.

Sophie sonríe ampliamente y se da la vuelta para irse, Snape da un pequeño asentimiento con la cabeza al verla pasar. Cedric la imita solo que Snape coloca una mano en su hombro.

– Cuídala, muchacho – Murmura Snape – Es una gran chica.

Snape deja la torre, dejando a Cedric confundido. Mientras que Sophie, sube las estrechas escaleras que llevan al área común de Ravenclaw. La castaña resuelve el acertijo, y la puerta se abre; la chica sube las escaleras que dan a los dormitorios, y entra al suyo. Sophie se cambia rápidamente, para luego tirarse en su cama.

Sophie no podía quedarse dormida recordando como Cedric y ella se habían conocido a finales del cuarto año de ella, habían cruzado pocas palabras, pero ambos sabían de la existencia del otro. Luego de un rato de estar pensando en Cedric, Sophie cae profundamente dormida.

Un par de hora después, Sophie abre los ojos y se levanta de su cama. Los rayos del Sol se colaban por la ventana iluminando todo.

– ¿Qué haces, Sophie? – Pregunta una de sus compañeras al oír a Sophie rebuscando entre sus cosas.

– Pienso alistarme – Responde la castaña.

– ¡Genial! – Exclama otra – Ahora déjanos dormir.

Sophie ríe y saca de su bolso su bufanda azul con rayas color bronce. La castaña se hace el mismo peinado del día anterior, el mismo maquillaje y perfume de siempre. Su primera clase del día era Defensa contra las artes oscuras, y Sophie no quería llegar tarde.

– Te guarde un lugar – Comenta Cho al ver a la castaña. Cho era la mejor amiga de Sophie, se habían conocido en su primer año.

– Gracias – Agradece la castaña, y toma asiento. El salón estaba lleno de estudiantes, y todos debatian un mismo tema: Alastor Moody – ¿Dará tanto miedo como dicen? – Le pregunta Sophie a Cho.

– No lo se – Responde Cho – Ayer causó mucho revuelo, además...– Cho no puede seguir ya que Moody entra al aula.

Todos hacen silencio, y se sientan en sus respectivas mesas. El hombre se presenta dando su nombre y trabajo, asustando a todos.

– Alguien podría decirme los tres maleficios imperdonables – Pide Moody y Sophie es la única que levanta su mano – ¿Alguien más que no sea la linda Ravenclaw? – El salón continúa en silencio, y Alastor suspira – Todo tuyo, Weasley.

– Esta el maleficio Imperius, el maleficio manipulador. El maleficio Cruciatus, el de tortura – Sophie traga en seco antes de decir lo último – Y esta el maleficio asesino...Avada Kedavra.

– ¡Bien! – Exclama Alastor – ¡10 puntos para Ravenclaw!

Cho pone una mano en el hombro de Sophie, intentando calmarla – Gracias – Susurra Sophie. La castaña le tenía mucho miedo a el último maleficio, y decirlo fue muy duro para ella.

Alastor saca de su bolso una araña, y demuestra cada uno de los Maleficios. Sophie lleva una mano a su pecho, al ver a la criatura sufrir con el Cruciatus – ¡Avada Kedavra! – Exclama Moody aniquilando a la araña – Sólo una persona a sobrevivido a este maleficio, no está en esta clase, pero seguro lo conocen.

La clase con Moody pasa rápido, al igual del resto de clases. Sophie en cada descanso se juntaba con Cedric, sus amigas la veían pícaramente, y pedían que les contará todo, pero la castaña evadía las preguntas.

– ¡Basta! – Ríe Sophie con voz aguda, y se aleja de sus amigas.

– ¡Sophie! ¡Sophie, espera! – La castaña deja de caminar al oír la voz de Hermione.

– Hermione – Sophie suena sorprendida – Hola.

– Ravenclaw, ¿Eh? – Sonríe Hermione, y Sophie se encoge de hombros.

– No hagas como si no lo supieras – Sonríe Sophie – ¿Y para qué me necesitas?

– Verás...– Suspira la Gryffindor – Creo que me gusta un chico, y quiero que me des consejos.

– ¿Por qué yo? – Pregunta confundida Sophie.

– ¡Porque los chicos gustan de tí! – Exclama Hermione, y Sophie la mira mal indicando que baje la voz – Le gustas a Cedric – Susurra.

– Bueno, si. Pero...– Sophie para de caminar – No soy buena tutora, le gustó a los chicos, ¡No se!, porque soy yo.

– Esta bien – Murmura Hermione algo decepcionada – Gracias de todas formas – La chica da la vuelta y comienza a alejarse.

– ¡Hermione! ¡Lo lamento! – Grita Sophie pero la chica la ignora. Las amigas de Sophie llegan junto a ella, y le recuerdan que debía ir al comedor.

Cedric le había comentado a Sophie que iba a depositar su nombre en el Cáliz. La castaña había intentado persuadirlo para no hacerlo, pero el castaño se negaba. Cedric quería que su padre estuviera orgulloso de él, además de también querer que Hufflepuff recibiera algo de reconocimiento. A Sophie no le quedó más que aceptar, y prometerle a Cedric que lo iba a apoyar si salía elegido.

Gold ; [Cedric Diggory]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora