Mejor es morir

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Una vez que cerraron la compuerta metálica principal y apagaron todas las luces quedamos completamente encerrados y a oscuras, echados a nuestra suerte en un laberinto desconocido de concreto.

¿Qué pasará aquí? ¿Qué nos espera?

No han pasado ni dos horas y ya hubo múltiples peleas, quemaron ya dos colchones en el sector principal para dar una escasa y primitiva iluminación, sacaron fuego a chispazos de piedra y metal como en las películas de sobrevivencia, aunque si siguen haciendo esto el humo será más que el aire y algunos podrían intoxicarse.

El señor Rodrigo y otros adultos se la pasan en reuniones confidenciales alejados de nosotros, planeando una posible salida y algún plan momentáneo para sobrevivir.

...

Siguen pasando las horas horas muy lentamente, y yo sigo con mi madre y mis dos hermanas, todavía no hay noticias de planes, ya hubo varias peleas, la situación es cada vez más tensa.
Decidieron romper todas las cámaras de vigilancia de nuestro sector y dejar sólo una hacia la esquina del patio central.
Todo sigue oscuro, suelen pasar breves minutos de silencio que se interrumpen por voces extrañas que se convierten en conversaciones tensas.

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Ya han pasado supongo más de diez horas, ya empezó a surgir la desesperación, el miedo de que nos dejaran aquí encerrados hasta que murieramos todos, el pánico colectivo se hace presente, la gente ya perdió la calma, las mujeres lloran, los niños se asustan, los hombres adultos discuten y se pasan la pelota de la culpa entre ellos. Se forman disturbios que terminan cuando alguien recibe una herida de gravedad.

Ya intentaron cabar en el jardín central pero solo descubrieron lo que ya sabíamos, la gruesa capa de acero a 1 metro de profundidad.

...

Sigue pasando el tiempo, ya casi medianoche supongo y nadie duerme, no se pueden cerrar los ojos de tanta desconfianza que hay.
Ya han ocurrido violaciones aquí, los criminales encerrados tal vez hace años que no veían una mujer, violaron a 4 chicas, temo por mi madre, son cientos de esos criminales, bueno, esto es el infierno, el sufrimiento psicológico a veces es peor que el físico, estar en constante nerviosismo angustiado por el "¿Qué sucederá?"

Se rumorea que ya cometieron canibalismo con el cuerpo de los guardias que mataron en el motín, por la situación no es algo muy difícil de creer, aquí podría suceder de todo con estos enfermos.

Con el pasar de las horas me es preocupante el hecho de que algunos criminales se acercan a nuestro sector, específicamente a nuestra celda, el ambiente ya es caótico de por si.

Hace calor, se suda mucho, estamos en nuestra celda, en nuestra cama, cubiertos con las sábanas para estar más unidos y seguros, mis dos hermanas abrazadas a mi madre, y yo al lado de ella.
Está todo oscuro, en el pasillo sólo vemos la lejana iluminación de uno de los colchones quemados, que despide un ligero humo con mal olor, es una suerte que sea así, imagínense si esos colchones generaran humo espeso, estamos en un ambiente cerrado, ya estaríamos intoxicados, aunque igual con ese humo ligero en cualquier momento nos quedaremos sin oxígeno de todas maneras.

Hay llantos por todas partes, gritos de violaciones y discusiones acaloradas, golpes, gritos desgarradores de gente que observa impotente el daño que se les hace a sus seres queridos.

...

Entran 5 hombres grandes a nuestra celda, mi madre abraza fuerte a mis hermanas, los hombres se dirigen a nosotros y mi madre comienza a llorar sin emitir sonido, como mordiéndose los labios.

Ellos se acercan entre bromas y riendo burlonamente. No cabe en mi mente lo que podrían llegar a hacernos.

Me echan de la cama y toman a mi madre entre gritos desesperados, yo estoy tirado en el piso impotente ante la situación, dos de los hombres toman a mis hermanas mientras ellas gritan que las suelten. Mi madre desesperada grita más por mis hermanas que por ella misma, no sé qué hacer.
¿Qué podría hacer un niño inútil como yo ante una escena como esta?

Despojan a mi madre de su camisa y comienzan a apretar sus pechos, no quiero seguir viendo, cuando le arrancan el pantalón grito y grito, me acerco al hombre y le pateo en su pierna, pero de una patada en la cara me rompe la nariz.

Miro desde el piso que mis hermanas están siendo obligadas a sexo oral hasta que al parecer uno de ellos recibe una mordida en su pene y como reacción estrella la cabeza de mi hermanita Débora contra la pared, rompiéndole el cráneo como una sandía, dejando la mancha de sangre en la pared como si de un mosquito aplastado se tratase. Dalila, mi otra hermana que vio esto pegó el grito al ciel.

Algo bueno supongo, mi madre no vio esto.

Por mi parte ya no aguanto más, y entre gritos y llantos amargos me levanto y corro de allí, corro por todo el pasillo, corro hasta salir del jardín central, corro hasta que dejo de recibir la luz de esas improvisadas fogatas, me pierdo en la oscuridad golpeándome y llorando amargamente el destino que sufrieron mi madre y mis hermanas, y el por qué soy tan cobarde.

Y si, aquí estoy, en esta oscuridad total, de lejos el barullo del caos, tal vez estoy perdido, pero podré volver.
No puedo dejar de pensar en lo que podrían estar haciendo con ellas, pero de algo estoy seguro. Yo no quiero verlo...

...

CleanShit: Brasil 2014Where stories live. Discover now