Capítulo 23

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FUGA EN MASA DE AZKABAN EL MINISTERIO TEME QUE BLACK SEA EL «PUNTO DE REUNIÓN» DE ANTIGUOS MORTÍFAGOS

El Ministerio de Magia anunció ayer entrada la noche que se había producido una fuga en masa de Azkaban. Cornelius Fudge, ministro de Magia, fue entrevistado en su despacho y confirmó que diez prisioneros de la sección de alta seguridad escaparon a primera hora de la noche pasada, y que ya ha informado al Primer Ministro muggle del carácter peligroso de esos individuos.

«Desgraciadamente, nos encontramos en la misma situación en que estábamos hace dos años y medio, cuando huyó el asesino Sirius Black —declaró Fudge ayer por la noche—. Y creemos que las dos fugas están relacionadas. Una huida de esta magnitud sugiere que los fugitivos contaron con ayuda del exterior, y hemos de recordar que Black, el primer preso que logró huir de Azkaban, sería la persona idónea para ayudar a otros a seguir sus pasos. Creemos también que esos individuos, entre los que se encuentra la prima de Black, Bellatrix Lestrange, han acudido a ofrecer apoyo a Black, al que han erigido líder. Sin embargo, estamos haciendo todo lo posible para capturar a los delincuentes, y pedimos a la comunidad mágica que permanezca alerta y actúe con prudencia. No hay que abordar a ninguno de estos individuos bajo ningún concepto.»

Diez fotografías en blanco y negro ocupaban la primera plana; eran las caras de nueve magos y una bruja. Algunas de las personas fotografiadas se burlaban en silencio; otras tamborileaban con los dedos en el borde inferior de la fotografía, con aire insolente. Cada fotografía llevaba un pie de foto con el nombre de la persona y el delito por el que había sido enviada a Azkaban.

«Antonin Dolohov, condenado por el brutal asesinato de Gideon y Fabian Prewett», rezaba el pie de foto de un mago con la cara larga, pálida y contrahecha, que miraba sonriendo burlonamente a Harry.

«Augustus Rookwood, condenado por filtrar secretos del Ministerio de Magia a Aquel-que-no-debe-ser-nombrado», rezaba el pie de foto de un individuo con la cara picada de viruela y el cabello grasiento, que estaba apoyado en el borde de su fotografía con pinta de aburrido.

Y estaba ella. Aunque no parecía ella. Su cabello castaño y largo estaba desgreñado y sucio, no parecía ser aquella mujer de aspecto elegante. Una sonrisa desdeñosa se ocultaba tras sus labios resecos.

«Bellatrix Lestrange, condenada por torturar a Frank y Alice Longbottom hasta causarles una incapacidad permanente.»

Arrugué el diario y lo lancé, limpiamente, hacia la chimenea de la sala común. Scorpius se movió inquieto, incapaz de mantenerse callado por más tiempo.

Se está poniendo peor –. Siseó con parsimonia, deslizándose por el sillón de cuero. Nadie se había sentado conmigo.

Tengo miedo – susurré levemente, abrazando mis piernas con fuerza. – Tengo tanto...tanto miedo.

Ya no estamos seguros, Arts. Ni siquiera en Hogwarts. No tenemos un escondite. La seguridad es una simple ilusión – siseó él, mirando con grandes ojos amarillos.

No quiero perder a nadie. Tengo miedo de perder a todos los que amo. Tengo miedo de perderte. Miedo de perder a Remus, Sirius, Harry, Dora...no quiero que les pase nada. No quiero – siseé sintiendo mis ojos cristalizarse. – No quiero que nadie salga herido...

**

Me acerqué con paso firme hasta el lugar donde ellos se encontraban. Scorpius estaba a pocos pasos de mí, arrastrándose suavemente.

– ¿Hasta cuándo? ¿Eh? – Pregunté intentando sonar firme.

Los dos se giraron, asombrados.

Artemisa Slytherin y la Orden del Fénix ➁Where stories live. Discover now