"Veinte"

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Parece que habrían muchas sorpresas para Star.

-Vamos, hay que ver a nuestro hijo. -  dijo el pelirrojo mayor insistente mientras jalaba a la rubia.

-Pero creo que Ricky esta en su habitación, y su habitación queda del otro lado. - contestó ella, mientras señalaba el pasillo indicado.

-¿Quién hablo de Ricky?- cuestionó el demonio con una sonrisa seductora.

Vaya que su "esposo" era muy guapo. Pero aquello no la haría ceder ante él...

-¿Entonces...? Oh no.... ¿¡Tenemos un ganster!?- sus ojos se llenaron de ilusión, por alguna razón la idea de tener uno le entusiasmaba demasiado, aunque no supiera como cuidarlo.

Tom al principio la miro confundido, puesto aquellos animales no existían en su dimensión, sólo en la Tierra.

-Hahahahaha, eres muy divertida. Cada vez te amo más. - aunque supuso que aquello era como un cachorro, la reacción de la rubia le parecía graciosa y tierna.

-¿Qué?- fórmula Star sin entender mucho lo que quería decir Tom.

Todo era tan extraño para ella, no habían pasado más de seis horas desde que despertó y necesitaba acostumbrarse rápido a su entorno.

-Veremos a nuestro otro hijo, la razón por la cuál no te lo mostré antes era por que el estaba muy dormido, que suerte. - comentó el demonio, mientras seguían caminando por aquellos intensos pasillos.

Tom sólo sonreía con algo de burla.

-¿¡Tuvimos otro hijo!?- exclamó muy sorpendida.

-Si. Sólo son dos, la verdad son muy pocos, si por cada vez que hacíamos el amor tuviéramos un hijo, entonces tendríamos unos 149. - aclaró el pelirojo como si fuera lo más importante del universo.

-¿¡Tienes que contarlo!?- se sonrojó, ella sabía cómo es que los bebés nacían y todo eso pero... le parecía algo muy vergonzoso, y además de que ella lo hubiera hecho con su ex novio quien ahora, se suponía era su marido, le parecía algo...

-¿Por qué no hacerlo?-

-Olvídalo. - dijo mientras suspiraba ciertamente irritada.- Hay cosas que todavía no entiendo del todo.

-Sólo es cuestión de tiempo para que te acostumbres.

-Pero todavía no se si tu y yo podremos ser de verdad...

-Prometo que haré que me ames tanto como yo te amo a ti. Ven. - de inmediato abrió una puerta y entraron a la enorme habitación.

Era de color azul claro, acomparacion de otras habitaciones, esta era las más linda y normal que habían visto los ojos de Star.

Había una cuna en el centro. Ambos adultos se acercaron para apreciar la criatura que contenía adentro.

Un tierno y bello bebé de mechones rubios. Como los de su madre. Su piel era pálida, casi del color de Tom. Sus ojos no se podían ver por qué estaba durmiendo. Estaba tan tranquilo. Sus mejillas parecían rojas haciéndolo ver más adorable.

La rubia se enternecio, sintió algo en su corazón y empezó a reflexionar. Aunque no lo quisiera, sabía que aquel bebé y Ricky eran realmente el hijo de ella y Tom.

No podía negarles ser su madre. Y no tenia del todo en claro que era lo mejor para ellos.

-¿Cuántos años tiene?- preguntó mientras tocaba suavemente la mejilla del bebé.

-Pronto cumplirá uno.

-Es muy lindo.

-Al igual que tú. Nuestros hijos son tan hermosos como tú Star... y te prometo que yo los protegere con mi vida... a ellos y a ti. - dijo mientras tomaba sus cálidas manos y la miraba seriamente a los ojos, con ternura.

-¿Cuál es su nombre?

-Comet, así le pusiste tú.  sonrió con dulzura.

Ella ya de había decidido, necesitaba la ayuda de su madre para que le aconsejará.

-Tom. -

-¿Qué pasa amor?-

-Necesito ver a mi madre. - pidió al fin.




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Este es el segundo capítulo que hago así de largo.
Agradezco sus votos y comentarios ya que con ellos me animan mucho para seguir avanzando.

"Efecto"Where stories live. Discover now