Needless Time |Larry Stylinson|

No parece justo.

Yo no tengo auto. Tampoco carnet de conducir. Voy a todos los sitios andando. No me gusta estar sentado. Mi psiquiatra dice que se debe al accidente de Harry, pero yo creo que mi psiquiatra es un idiota, no se lo digo, pero lo pienso. Cuando Harry estaba vivo también iba caminando a todos lados, y cuando estábamos juntos nunca me soltaba la mano al hacerlo, no importando cuanta gente podía vernos extraño, él siempre lo hacía. Esto mi psiquiatra no lo sabe, pero no me apetece decírselo  porque seguro consigue darle la vuelta para que parezca que el lleva la razón y que yo estoy como una jodida regadera.

Lo que más rabia me da de la muerte de Harry es que lo atropellaron por intentar no llegar tarde a la escuela. A mí nunca me gustó ir a la escuela, a el tampoco, y no era por que no le gustaba estudiar, de hecho el era uno de los más inteligentes de la clase y yo estaba orgulloso por eso, la razón era que siempre lo molestaban. Cuando lo conocí el llevaba una pequeña corona de flores,  y el olor de estas podía sentirse a metros de distancia, y a decir verdad, antes de justo momento en que lo ví por primera vez, nunca había sentido atracción por los hombres, pero justo allí, viendo a un ser tan inocente, con una mata de rizos colgando a su frente y esos jazmines preciosos adornándolos llegué a dudar acerca de mi verdadera orientación.

Lo molestaban por esa misma razón, por ser jodidamente hermoso, al salir de clases lo arrinconaban y le decían un millón de insultos y si tenía suerte no recibía ningún golpe, todo eso fue antes de que yo llegara a su vida, todos esos idiotas nunca volvieron a ponerle un dedo encima, se podría decir que les dí una cucharada de su propia medicina, pero podría llevarme unos cuántos cargos legales por eso.  Él tomó un cierto trauma por todo el acoso que recibió, y lloraba antes de ir a clases, ignorando el hecho de que era una escuela diferente a la anterior. Él odiaba  ir a estudiar, y es por eso que no me parece justo que lo atropellaran mientras intentaba llegar a tiempo a un sitio que odiaba. No puedo entenderlo, y parece que nunca lo haré.

Anne no habla demasiado de él, y mucho menos del día del accidente, pero en el fondo se siente culpables, muchas mañanas ella se sienta en un pequeño taburete de la cocina mirando por la ventana e intenta recordar todas las cosas que hizo en mañana, y se queda allí, quieta, en silencio, hasta que encuentra un motivo por el que sentirse culpable. Algunas veces dice que tardó demasiado tiempo en preparar el desayuno y otras veces dice que despertó demasiado a Harry; da igual el argumento, cualquier excusa le sirve. Lo único que necesita es encontrar el motivo para reprocharse la mala madre que fue, es la única manera con la que consigue llorar. Y aunque yo ya no soy prácticamente nada en la vida de ellas, las sigo visitándolos casi  todos los días, llevándole pequeños obsequios, porque sobre todo lo que pasó, ellos no iban a dejar de ser mi segunda familia, con las que me llevaba tan bien antes del accidente.