Capítulo 7: Amor en cascada y decepción

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  Una noche de luna llena 
Se hace imprescindible 
Para deslizarme en tu silueta 
Y memorizarte 
Para colgar de tus cabellos 
Y mecerte suave 
Para jurarte amor eterno 
En un instante 
Que arte que tienen tus besos 
Para enloquecerme 
Que arte que tiene tu sexo 
Para hacerlo como nadie 
Que arte de saber que quiero y que necesito 
Y para sacarme del abismo 
Y rescatarme...............  

Contenido adulto +18

Sarah: Rocío, has visto a mi muchacho? Ya van más de mediodía y no se ha parado por aquí.

Rocío: Pues no señora, no se ha parado por estos lados, a lo mejor él y esa señorita, la bonita esa, se quedaron haciendo....... usted ya sabe, dijo en tono fresco y con picardía, sin darse cuenta que había metido la pata. Ups, creo que hablé demás (dijo con una sonrisa de preocupación).

Sarah: Lo que si se es que tú estás con un pie fuera de esta casa, cuando dejarás esa manía de estar escuchando conversaciones ajenas, ehh? Dijo esto agarrando una oreja de la muchacha.

Rocío: Ay señora Sarah me lástima!, le juro que yo solo iba pasando..y pues...había mucho polvo en la puerta y usted siempre me dice que limpie bien, y pues, pues... dijo nerviosa, el señor habló muy fuerte cuando dijo que se vería con ella y ....

Sarah: Ya cállate! Y vete hacer tus quehaceres, anda, dijo esto soltando a la empleada. Condenada muchachita, cuando aprenderá, jum. ¿Dónde andarás mi niño, será cierto lo que dice Rocío y estás con Azul?, si es así me daría mucho gusto.

Cascada

Nos estábamos besando, esta vez fue distinto, fue un beso apasionado, tierno, lleno de mucho deseo, Diego me pegó más a el, y yo agarré su nuca para intensificar más aquel beso que deseaba con todas las fuerzas mi ser. Diego empezó a acariciar mi cintura, fue subiendo por mi espalda, yo acariciaba sus fuertes brazos, mientras el besaba mi cuello, su mano llegó a mi blusa y empezó a desatar el amarre que llevaba y a desabrochar los botones dejándome solo en sostén, no me importaba nada, estaba en otro mundo, sus besos, me estaban quemando, solo quería perderme en sus brazos.

Diego: No se qué diablos estoy haciendo, lo único que sé es que me muero por hacerle el amor, acariciarla, besarla completa. Dejé de besarla y en ningún momento quité mis ojos de sus ojos, me quité la camiseta, los pantalones, las botas, me quedé solo en bóxers, me acosté encima de ella y volví a besarla.

Azul: Me besó el cuello, el hombro y quitó mi sostén, bajó a mis pechos y los besó con desesperación, los chupó, los mordió, arquee mi espalda y eché mi cabeza para atrás, Diego fue dejando un reguero de besos por todo mi pecho, pasó su lengua por...

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Azul: Me besó el cuello, el hombro y quitó mi sostén, bajó a mis pechos y los besó con desesperación, los chupó, los mordió, arquee mi espalda y eché mi cabeza para atrás, Diego fue dejando un reguero de besos por todo mi pecho, pasó su lengua por mi abdomen, mi vientre y empezó a quitarme los pantalones hasta que me dejó en bragas. Empezó a besarme desde las puntas de los pies hasta llegar a mi entrepierna y empezó a pasar su lengua por mi intimidad, sentía que me moría, no pude evitar gemir cuando Diego empezó jugar con mi clítoris por encima de las bragas, yo no podía con tanto placer.

Corazón SolitarioWhere stories live. Discover now