Capítulo 19: la exploración y el encuentro

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Debido a mi asquerosa demora en actualizar, este capítulo va a ser un poco más largo de lo habitual. 

A la mañana siguiente se despertó acalorado. Durante la noche había tirado  las mantas que ahora en el suelo eran un gran nudo. Afuera apenas estaba saliendo el sol, y considerando que nunca se levantaba a esa hora a no ser por obligación, le pareció extraño estar despierto.

 Tampoco es que quisiera quedarse mucho más tiempo durmiendo sabiendo que tenía habilidades por descubrir y desarrollar. Sin duda era el mejor momento del año ya que estaba en plenas vacaciones del instituto. Porque de no ser así, todos los últimos eventos lo habrían hecho perder el año educativo. 

Y teniendo la mayor parte de sus días libres, era una buena promesa de asuntos sobrenaturales que atender. Así que rápidamente se levantó, desvistió y dirigió la ducha. Abrió el agua fría y se metió de lleno bajo la lluvia. Apenas sentía las gotas tocar su piel y la temperatura bajar. Supuso rápidamente el por qué.

En los segundos que demoró en cerrar el agua, salir de la ducha e ir por la toalla, se había secado completamente. Sólo unas pocas gotas caían de su pelo. Se río para sí con alegría. Eso si es útil. Pensó. 

...

Luego de despedir a su padre, y tratar de disimular el entusiasmo que tenía, preparó la mochila y se subió al Jeep. Tardó poco en llegar al bosque. Había elegido el lugar cuidadosamente, el claro cerca de la antigua mansión Hale. Era una parte llana y con pocos árboles a su alrededor. Osea, no mucho para incendiar en el peor de los casos. 

Bajó con la mochila al hombro. Donde había cargado varias botellas con agua en caso de necesitar apagar un poco de fuego. Sentía dentro suyo ése algo especial. Como si el Kitsune estuviera tan ansioso como él. Pero era algo tan vago y difícil de distinguir: la línea que separaba a uno del otro era intangible. Sabía que Derek, el único hombre lobo nacido del grupo, (aparte del desagradable de Peter) lo tenía muy claro. Derek podía controlar a su lobo, comunicarse con él, sentir lo que él y usar sus sentidos a gusto. 

No lo admitiría en voz alta, pero antes de que Deaton encontrara la forma de separarlos, quería descubrir hasta dónde podría llegar su vínculo. Sabiendo que no había nacido con él, y contaba con muy poco tiempo para hacerlo. Y agregando la necesidad de estar escondidas, porque tenía muy presente que si la manada o Deaton se enteraban, se lo prohibirían y buscarían la forma de vigilarlo 24/7. 

...

Llevaba un buen rato tratando de conectarse con el zorro como la noche anterior, pero no lo lograba. Había perdido la noción del tiempo. Daba vueltas y vueltas por el claro inquieto. 

Comenzó a escuchar a alguien murmurar detrás suyo, y volteó rápido para no encontrar a nadie. La voz no paraba, pero era tan bajo el susurro e imposible de entender. Pronto lo intuyó, venía de adentro suyo. Era el Kitsune. Seguía inquieto y ahora más ansioso tratando de dilucidar lo que le decía, pero se volvía más difícil. 

La ansiedad Stiles. Se dijo a sí mismo. Recordó que a la noche cuando pudo hacer la conexión, había estado más tranquilo que nunca en su vida. Y ahora tenía que lograr lo mismo.

Así que se dejó caer al pasto. Cruzó las piernas, como recordaba que hacían los que practican yoga y esas otras cosas orientales. Colocó las manos en las rodillas y con los ojos cerrados, se llamó a la tranquilidad. Respirando cada vez más despacio, concentrándose sólo en eso. 

Déjame salir. 

Finalmente estaba entendido lo que el zorro quería decirle. Sonrió victorioso. Continuó con la concentración, aunque tenía un poco de ansiedad. ¿Cómo? Pensó. 

Fuego. Imaginalo, imaginanos libres como el fuego. Incontrolables. 

Y lo hizo. Stiles imaginó un enorme fuego, tan grande como nunca había visto. En un espacio infinito como él. Se vió corriendo entre las llamas con el zorro a su lado, riendo y sintiendo el poder. Por momentos en la ilusión, sin imaginarlo podía ver que se unía al zorro y corrían como uno solo. Eso lo hiciste vos. Pensó para el Kitsune. 

Podemos ser eso y mucho más. Sólo dejame salir. 

Y pronto lo supo. Sin preguntar, sin pensar. Ahí estaba la respuesta. Detrás de la puerta que había abierto para salvar a su padre. Por la misma que había entrado el Nogitsune. Ahí estaba el zorro prendido fuego. Le extendió la mano, tanto en su mente como en el bosque.  

Abrió los ojos, ahora brillando en colores rojizos, para ver su mano extendida hacia delante prendida fuego. Se concentró en esas llamas, las dirigió para que se concentraran únicamente en la palma. Ahora era una sola y compacta, no sentía su calor en la piel sino más bien cosquillas por donde pasaba. 

Se paró despacio en el lugar. 

Hacelo, queremos hacerlo. 

Extendió esa pequeña llama a todo su cuerpo, cubriéndolo. Pasando por encima de su ropa, controlando con dificultad que no la quemase. Pronto se empezaron a hacer huecos con bordes negros en la tela quemada. No le importó. 

La ansiedad crecía, sentía enormes ganas de explotar en llamas y dejar salir todo. Pero en el fondo aún era consiente de dónde estaba. Se permitió un poco, inspirando mucho aire y al soltarlo, dejándose llevar un poco. El fuego de su cuerpo creció repentinamente, quemando el pasto y la tierra bajo sus pies. Rió feliz por la sensación. Se sentía sorpresivamente refrescante. 

Pronto sus sentidos se agudizaron de forma progresiva, ahora escuchaba sonidos del bosque que nunca había percibido. Olía a los animales, los diferenciaba de la flora. Sentía sus pies ahora descalzos sobre la tierra, que sabía por el tacto que estaba quemada. 

Y se hechó a correr, para sumergirse en esa vorágine de nuevas experiencias. Corrió a una velocidad sobrehumana, saltó con la agilidad y gracia del zorro esquivando grandes ramas caídas. Disfrutó el momento como nunca antes había disfrutado algo en su vida. Bueno, quizás no tanto como el beso de Derek...

Derek exclamó en su interior. Paró de correr de lleno. Sin darse cuenta había corrido en dirección al Jeep estacionado al borde de la carretera. Donde también estaba el lobo, junto a su rejunte de chatarra azul que tanto amaba. 

- Stiles...- dijo quedando boquiabierto. Los separaban unos pocos metros, y el menor se sostenía al árbol que tenía más cerca. De repente se sentía agotado. Sintió todo el calor y el poder que lo atravesaba desvanecerse. Las piernas perdieron fuerza e inevitablemente, se dejó caer contra el árbol. 

Afortunadamente, Derek llegó a atajarlo en sus brazos. Quedando a pocos centímetros uno del otro. Stiles aprovechó la cercanía y los última pizca del zorro para inhalar profundamente el olor del lobo. Casi al instante dejó salir de su garganta un sonido curiosamente similar al de un ronroneo. Acto seguido, se tapó la boca como si  fuera un niño y hubiera dicho una maldición. 

El lobo alzó una de sus cejas con aire de gracia, y acompañó el gesto con una sonrisa. 

- El hecho de que estés desnudo,  me hagas ese tipo de gruñido y estemos en el bosque podría interpretarse como una insinuación Stilinski. - hizo una pausa para que el menor comprobase lo dicho. Stiles no era consciente de que efectivamente había terminado por quemar todo lo que traía puesto.  Pronto su rostro y orejas acumulaban más sangre que todo el resto de su cuerpo. Y el comentario de Derek no estaba ayudando.Se tapó con una mano la cara y con la otra sus partes nobles - Pero seguramente tenés una muy buena explicación por la cual es válido que desaparezcas, no respondas tu celular ni nadie sepa a donde fuiste. Y que andes corriendo desnudo en el bosque prendido fuego. - Stiles terminó de abrir los ojos como platos y se descubrió la cara. - Oh si, lo ví. Preparate para hablar de camino a tu casa. 

...

Luego de cubrirlo con su campera de cuero, ir por su mochila y cargarlo al Jeep por más resistencia que puso el menor, Derek arrancó el viaje de vuelta cuando se empezó a poner el sol. 

My selfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora