My self

Capítulo 23: la decisión

Perdón por la demora. Estando ya en la recta final de la historia me cuesta mucho darle un final y redondear mis ideas. Si alguien quiere colaborar, estoy abierto a consejos. 

Hasta ese día Stiles no había considerado cuánto de la personalidad de Derek en realidad era la adquirida por su lobo. Luego del incidente en el bosque se comportaba distinto, como un perro herido que perdió la confianza en su dueño. Pudo notarlo fácilmente, ya que uno tiende a percatarse de los detalles cuando dejan de estar ahí.

Por ejemplo antes Derek se paraba muy cerca de él, o delante suyo al caminar juntos. Y él siempre lo había vivido con naturalidad, pero ahora que había dejado de hacerlo simplemente no podía parar de notar la falta que le hacía. Empezó entonces a racionalizar mucho más los gestos de su novio. Entendió de esta manera que su forma de acompañarlo al caminar tenía un porqué: lo escoltaba. Como todo Alfa a un miembro de su manada, teniéndolo cerca para protegerlo. Dedujo que ahora, aunque no lo dijera en palabras, le tenía miedo. Recordaba haber leído en un cómic la frase "un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Otra de las tantas cosas que entendía ahora. 

... 

El cambio de ropa que había llevado en la mochila le fue muy útil cuando volvieron en el Camaro camino a la casa de Derek. Estaba empezando a refrescar como todas las noches de Beacon Hills. Ya recorriendo las calles de Beacon Hills, le llegó un mensaje al celular. Era Scott, y decía tener una buena noticia. 

Cuando entraron al Loft, el Alfa fue a parar directo al sillón. Stiles lo siguió despacio, y se sentó a su lado sin estar pegados. Derek tenía la mirada perdida, se sostenía con una mano por la sien. Sabía, o en realidad se imaginaba por lo que estaba pasando, no era muy distinta a su ansiedad. No quiso mencionar el mensaje que había recibido. 

De a poco se le acercó, y lo atrapó entre sus brazos pero con cuidado. Quizás nunca lo habían abrazado así o estaba muy fuera de sí, pero Derek lo miró con sorpresa. Se dejó abrazar, y pronto también la coraza que siempre lo envolvía en situaciones que lo comprometían emocionalmente. Escondió su rostro en la unión entre el cuello y el hombro del menor. Despacio, con movimientos suaves, Stiles paseó sus palmas por la espalda, nuca y cuello del mayor. 

...

Despertó desorientado, sin saber dónde estaba ni porque tan jodidamente cómodo. Olía bien a su alrededor y estaba acostado sobre una superficie tibia. Que respiraba debajo suyo. Se despabiló rápidamente y sentó en el sillón: se había quedado dormido, al parecer, Derek también. Y por alguna extraña razón, había terminado abajo suyo. 

Afuera ya era totalmente de noche, y se colaba la luz de la luna por el ventanal del loft. Decidió dejar descansar al lobo, que había tenido un día muy duro. También necesitaba un rato de soledad para aclarar sus ideas. Así que, despacio, salió al balcón tratando de no hacer mucho ruido. 

Apoyado sobre el barandal con los codos se sumergió en sus pensamientos. Debía tomar una decisión sobre el ser sobrenatural que habitaba en él de manera urgente. Tenía que elegir si quedárselo o no, cosa que con sólo una charla con Deaton se podía solucionar. Porque era obvio que ya sabía como hacerlo, el mensaje de Scott lo había dejado claro. La buena noticia era eso: habrían encontrado la forma de quitarle a su zorro.

¿Mi zorro?  Pensó. Y si, ya era una realidad. En el transcurso de los últimos días se había convertido en eso, en una parte de él. Una parte que lo hacía fuerte, que había cambiado la forma de Derek de verlo. Para bien y ahora para mal. 

Tenía que agradecer, quizás (seguramente) sin el Kitsune Derek nunca se habría sentido atraído a él. Pero ahora, lamentablemente, por la misma causa le temía. Y eso lo ponía a Stiles en una posición muy ambigua. Si decidía no separarse del Kitsune, podía perder a Derek. Y si se lo quitaba, era perder todo lo que había querido hasta el momento. Tener poder, sentirse sano por una vez en su vida y más que nada: deseado. 

Y es que esa era la cruda realidad. Los últimos días ni había olido su medicación, había dormido mejor que nunca en su vida... Se sentía más fuerte por dentro y por fuera: incluso sus músculos se veían distintos, más formados quizás. Agregando todo lo que había sucedido con Derek... Sabía que el título de "novios" les quedaba grande. No necesitaba experiencia previa para poder unir las ideas. 

Apenas conocía al Alfa de ésa forma. Sabía que era un sourwolf, su forma de pelear, su pasado... Pero nada de lo que lo había una persona: sus gustos, inseguridades, miedos... Bueno, ése último ahora ya era claro: él. 

Quizás para él era importante tener la etiqueta que evidenciaba que algo entre ellos, de índole romántica estaba pasando. Pero en el fondo ninguno de los dos sabía bien el por qué. 

Suspiró sonoramente. Su boca sabía agridulce. Durante el rato que meditó, el zorro no dió señal alguna. Dándole su espacio para pensar con claridad, sin mezclar sus emociones y quizás modificar la decisión de su portador. 

...

Al rato, cuando ya estaba divagando en otras cosas, Derek entró al balcón y lo abrazó por detrás. Escondiendo nuevamente su rostro en ése lugar que tanto le gustaba del cuello del menor. Stiles se sobresaltó un poco por el inesperado gesto, pero pronto se secó las lágrimas que sin querer había dejado caer de sus ojos y luego giró hacia el lobo sin romper el abrazo. 

Lo tomó por las mejillas y lo hizo mirarlo directo a los ojos. Las cejas del morocho dibujaban casi una perfecta "v" invertida, de lo conmocionado que estaba. Stiles amaba eso de él, lo expresivo que podía ser. Nunca se había dado cuenta de eso hasta ese momento. 

- Todo va a estar bien, lo peor ya pasó. - dijo en un susurro, acariciando los pómulos y mequillas manchadas por barba del mayor. Dedicándole la mirada más comprensiva y afectuosa que Derek jamás había recibido. - Te amo Derek, y voy a hacer lo que haga falta para no exponerte a más dolor. Te prometo que nunca más te voy a lastimar. - 

Stiles, al ver esos preciosos ojos verdes, desorientados de la angustia había tomado su decisión.