Cap16

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  Sirius se había despertado inusualmente temprano, sentía la respiración de Sev en su pecho desnudo, se veía tan tranquilo durmiendo con algunos cabellos cubriendo su cara. Habían pasado la noche más maravillosa de sus vidas o por lo menos lo fue para él, aunque estaba seguro de que también lo había sido para Severus. No le molestaría despertar todos los días así, con su Sev a su lado todos los días de su vida si fuera posible, formar una familia, tener un pequeñín igual a ellos corriendo por la casa despertándolos temprano, emocionado cuando llegue navidad, una sonrisa se posó en sus labios solo de imaginarlo, como amaba a este hombre
- Te quedaras con cara de tonto toda la mañana? – Sev lo miraba con una sonrisa apoyado en su pecho
- Si te quedas conmigo tendré cara de estúpido enamorado para siempre – Severus le sonrió una vez más antes de abrazarlo con fuerza – Estas feliz?
- Si, contigo soy feliz
- Quieres desayunar?
- Más tarde, ahora quedémonos aquí sí?
- Esta bien
- Tengo curiosidad, en que estabas pensando? – las mejillas de Sirius se tiñeron levemente de rojo, estaría bien si le decía lo que pensaba?
- Estaba pensando como seria nuestra vida juntos
- Pero estamos juntos
- Lo sé pero estaba pensando cómo sería tener un pequeño recorriendo la casa...
- Con un pequeño te refieres a...- no siguió su frase viendo la cara de preocupación de su novio – te refieres a tener un hijo?
- Claro que si no quieres tener hijos yo lo respetare, aunque nunca quieras tener yo lo respetare y estaré contigo para siempre – dijo acariciando su cabello. Severus pensó unos segundos como sería tener un hijo con Sirius, un pequeño de cabello rizado o lizo, moreno o blanco, calladito o gritón, él no sabía ser padre pero nadie sabía y él estaba dispuesto a aprender y pasar esa experiencia con Sirius a su lado
- Si, si lo imagino y quiero, quiero tener un pequeño igual a nosotros
- En serio? – dijo Sirius mirándolo alegre
- Si en serio solo si es contigo
- Como deberíamos ponerle?
- Sirius no crees que te estas apresurando demasiado?
- No, solo estoy emocionado, solo imagínalo – Severus le sonrió a su novio con ternura – Debería ser un nombre con S por nuestros nombres
- Tienes alguno en mente?
- Que tal Saverio?
- Pero que nombre más feo! – dijo Severus ahogando una risita
- No lo es!
- Si lo es
- Cual es mejor entonces?
- Podría ser Steve? – dijo mirando atentamente la reacción de su novio
- No por favor – dijo cerrando los ojos
- Estaba bien solo es una broma, estaba pensando en Sebastien te gusta?
- Esta perfecto! Ya te veo gritando su nombre para castigarlo. Sebastien Black Snape – dijo imitando la voz enojada de su novio y riéndose
- Ah sí muy gracioso, pero tu serás el que diga si Sebastien toma la moto quieres volver a las 5 de la mañana? Está bien solo no le digas a tu padre – dijo haciendo una voz muy divertida
- Puede que si haga eso. Y si es niña como le pondremos?
- Tú tienes alguno?
- Podría ser Sky
- Sky Black, me gusta también
- Sera genial
- Si
Entre mimos, arrumacos y planes se les fue la mañana, la tarde y la noche. Todo era tan perfecto. Mañana seria Navidad y de seguro sería otro día esplendido

Lucius había comprado la casa que más le gusto a Remus aquella tarde y se la regalaría para navidad junto con el anillo de compromiso. Que le diría Remus? Se enojaría o algo así? Sinceramente no creía pero la pregunta estaba en si aceptaría.
Remus por su parte estaba calmado y sumamente feliz, alguien lo quería tal y como era, con sus problemas, con su inseguridad, con su maldición y todo, Luicus le había demostrado todo el amor sentía por él y no podía pedir nada más del mundo. Él no necesitaba de lujos ni nada por el estilo, solo a la persona que amaba y a sus amigos.
Lucius se había quedado en la habitación continua a la suya, ya era hora de abrir los regalos y ojala al rubio le gustara su pequeño presente. Bajo las escaleras para encontrarse con Lucius admirando el árbol que ellos habían armado, su casa era nada comparado con la antigua casa de Lucius pero eso ya poco le importaba, si el rubio no fuese feliz con el no habría dejado todo lo que estaba acostumbrado, todas sus riquezas y excentricidades, si no lo quisiera no habría dejado nada por el
- Feliz Navidad - dijo abrazando al rubio por la espalda
- Feliz Navidad – dijo dándose vuelta para abrazarlo también – tengo algo para ti – una pequeña caja color miel estaba entre sus manos y se la entregó a Remus quien la abrió y admiro unos segundos la llave que se encontraba dentro hasta que sus ojos se llenaron de lagrimitas
- Sé que sabes que voy en serio – dijo Lucius hincándose en el suelo sacando otra cajita pequeña de su túnica – pero quiero que de todos modos estar juntos a este nivel – abrió la cajita y ahí habían dos sortijas plateadas – Remus quieres casarte conmigo?
- Claro que si – Lucius puso la sortija en el dedo de Remus y Remus puso la de el – mi regalo no es nada en comparación a esto
- Cada cosa tuya aunque encuentres que sea pequeña es el mejor regalo – dijo dando un corto beso en sus labios. Remus entrego su regalo para ver como Lucius lo abría cuidadosamente
- Gracias es hermoso – en sus manos estaba un reloj de bolsillo con sus nombres grabados en el
- Que bueno que te guste aunque... - Lucius lo corto con un beso suave
- Aunque nada, no sabes cuánto te amo
- Yo también te amo


Había despertado escuchando unos sollozos, miro rápidamente la cama donde se encontraba Regulus para verlo un poco destapado y encogido, se paró y fue hacia el en un segundo, lagrimas caían por las mejillas del chico y tiritaba. James lo despertó despacio viendo la cara de alivio del chico al verlo y tirarse a sus brazos
- Ya calma todo está bien – decía mientras lo aferraba fuerte a él y le acariciaba el cabello – ya paso
- Soñé que te perdía
- Quédate tranquilo Regulus yo estoy aquí contigo – se recostó en la cama con Regulus mientras seguía mimándolo, entendía su preocupación, él había soñado que cosas malas pasaban – siempre estaré contigo – Regulus tranquilizo un poco su respiración quedándose dormido rápidamente en los brazos de James. Regulus había estado todo el día muy raro algo distante y pensativo, le quedaban algunas horas para dormir y se dispuso a hacerlo, cerró los ojos y se acurruco al lado de Regulus durmiéndose con la melodía de su respiración.
Porque justo tenía que soñar cosas tan malas, la navidad era una época hermosa que reunía familias y amigos, independientemente del frio calador de huesos y la nieve, todo era bueno. Todo debería estar en paz pero tenía miedo de que a James o a sus amigos le sucediera algo. Lo que haría sería tratar de relajarse y disfrutar el cálido abrazo que James le estaba dando. Su cabello alborotado lo hacía verse rebelde y un poco estúpido pero le encantaba todo de él, su piel, sus labios, su nariz, sus ojos que lo miraban atentamente
- Te encuentras mejor? – dijo acariciando su cabello
- Si lo siento no quise despertarte
- No lo sientas no es tu culpa, por cierto feliz navidad – dijo pegándolo a su cuerpo sin fijarse en un detalle peculiar
- James estas... - dijo Regulus entre serio, sonrojado y nervioso al sentir algo de james incrustarse en su muslo
- Lo siento! Qué vergüenza! No te espantes si? – dijo todo muy rápido para salir corriendo al baño dejando a Regulus muy sonrojado en la cama, menos mal que no le había pasado eso al rio en sus adentros por haber visto a James tan afligido. Espero un largo rato hasta que James salió del baño con el cabello mojado
- Lo siento Regulus que vergüenza – dijo tapando su cara con sus manos – pero en mi defensa tú estabas demasiado pegado a mi
- Entonces es mi culpa? – dijo incrédulo
- Me parece que sí, también por aparecerte en mis sueños con casi nada de ropa seduciéndome
- Que yo hice qué?
- Lo que oíste – dijo restándole importancia y tomando un regalo del piso – Feliz Navidad - dijo tendiéndoselo
- Gracias, puedo abrirlo ahora?
- Pero claro es tuyo – Vio como un emocionado Regulus abría el paquete y sacaba la escoba más nueva que había salido que tenía su nombre grabada en un costado, la miro y comenzó a reír un poco
- Creo que somos el uno para el otro – dejo con cuidado la escoba sobre la cama y le entrego un paquete a James quien empezó a reír
- No te creo
- Créelo – James abrió el paquete para sacar la misma escoba solo que esta con su nombre – Esto es maravilloso
- Quieres hacer una carrera ahora?
- Porque te enseñe eso – dijo lloriqueando
- Vamos! Seguro no me alcanzas – Se montó en la escoba y salió velozmente por la puerta
- De seguro me gana – dijo siguiéndolo     

Giros InesperadosWhere stories live. Discover now