Capítulo 3

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Decidimos ir a mi departamento para poder descansar un rato y para ver películas los dos juntos.

Habíamos estado planeando todo esto desde la otra semana y claramente se me había olvidado que hoy era ese día. A decir verdad no era mi culpa haber bebido tanto en la fiesta y mucho menos, haberme deprimido. Pero ciertamente debí de haber pensado más las cosas y mucho más, si se trataba del alcohol.

Pasamos al supermercado para poder comprar las cosas que necesitamos para esta noche. Mientras Martina va a comprar la comida, me encargo de buscar las golosinas para ver las películas. Llego al pasillo y lo primero que empiezo a vaciar en la canasta es el maíz para las palomitas, luego algunos dulces y por ultimo algo para tomar. Cuando por fin acabo me encuentro con Martina en el cajero.

—Llegaste rápido—ella me sonríe y empieza a colocar las cosas justo en el mostrador.

—Quería llegar lo más pronto posible a tu lado.

No puede evitar sonrojarse y agachar su mirada para ocultar lo colorada que se ha puesto. Sonrió y muevo la cabeza, conteniendo las ganas de reírme. Ella nota lo que estoy haciendo y me fulmina con la mirada. Es en ese momento cuando empiezo a reírme, provocando que ella se ría igual.

El chico quien nos está atendiendo solamente baja su mirada, para ocultar la pequeña sonrisa que le hemos sacado los dos.

Salimos del supermercado y caminamos hacia la izquierda para llegar más rápido al departamento. Ninguno de los dos pronuncia nada, mientras subimos las escaleras para llegar casi al último piso. Al llegar los dos nos metemos al departamento y colocamos las cosas que compramos en la mesa.

Martina va directo a la cocina sin decirme absolutamente nada, asi que la sigo. Me recargo en la puerta y la observo, mientras ella se dedica a sacar algunos sartenes para hacer la comida.

—Estas muy callada.

— ¿Eh? ¿Yo? —se levanta y se dirige ahora a los estantes para sacar algunos condimentos—.No, es solo que estoy cansada.

Me encamino al lugar donde esta ella y pongo mis manos en su hombro, mientras que con una de ellas aparto su cabello hacia un lado y me acerco para plantarle un beso en su hombro.

—Algo te pasa—susurro cerca de su oído—.Te conozco. Sabes que me puedes contar todo.

Deja algunos de las cosas que había sacado y las deja en el mueble, mientras voltea su cuerpo para quedar frente a mí.

—En la tienda...—empezó a hablar—, me encontré con una niña pequeña y...—se detuvo, se notaba triste y parecía que quería llorar. Le acaricio su mano, dándole mí apoyo para que me siga contando—. Parecía que estaba huyendo de alguien. Estaba asustada y me recordó a alguien en especial.

Sabía a quién se refería.

— ¿De quién estaba huyendo?

—Ciertamente, no lo sé. Intente calmarla, pero ella se alejó de mi tan rápido como para poder decirle algo. De hecho, la busque en los últimos pasillos, pero no la encontré.

— ¿Crees que la estaban persiguiendo?

—Sí, se veía tan indefensa y quería protegerla, pero ella no lo quiso asi—pequeñas lagrimas empezaron a aparecer en su rostro—.Tal vez, pensó que le iba a hacer algo y...

La abrace.

—Tranquila, ella no se asustaría de ti.

Empezó a llorar y me abrazo más fuerte.

—Se cómo se sentía esa pequeña. Tener tanto miedo de ser perseguida por alguien y de no saber a dónde huir. Sé cómo se siente el desconfiar de las personas. Yo en realidad quería hacer algo por ella.

—No te preocupes. De seguro otra persona como tú, la quiso ayudar y ahora está en buenas manos—me separo de ella un poco y le doy un beso en la frente.

—Sí, eso también lo pienso—se separa de mí, para poder limpiar algunas lágrimas.

—Gracias por calmarme—dice.

—Siempre voy a estar contigo, para lo que necesites. Estoy a tu lado para protegerte de todo. Solo confía en mí.

No lo olvides「 J o r t i n i 」Место, где живут истории. Откройте их для себя