Capítulo 4

685 46 3
                                    


Debo de admitir que no había vuelto a ver a Martina tan frágil desde hace años, cuando apenas estábamos comenzando una relación entre nosotros.

Entiendo por todo lo que paso, pero no puedo dejar de sentirme culpable por ello. Haberla hecho sufrir, mientras ella intentaba seguir cada día de su vida esforzándose y no sentirse culpable por la muerte de su madre; fueron esas mismas cosas que me motivaron a ser alguien mejor para ella. Sin embargo, para todo eso tuve que hacerla pasar por demasiadas cosas que hasta el día de hoy no me puedo perdonar.

Todavía puedo recordar aquella noche en la cual ella me confeso sus sentimientos por mí y en cambio, yo tuve que arruinar todo siendo el completo imbécil que era en ese entonces.




— ¿A dónde vas?

—A casa—se detuvo en plena lluvia. Su cabello mojado y su maquillaje escurrido, se podían notar a simple vista. Me había burlado de ella mucho antes, pero en esta situación no podía hacerlo. No podía burlarme de la persona que he empezado a querer—. ¿Algún problema?

Su reacción no me la había esperado, ella no era así con nadie y ni siquiera conmigo. Pero creo que he llegado a mi limite o mejor dicho a su límite, como para ponerla tan enojada hacia mi persona.

Intento acercarme pero ella me detiene con tan solo levantar su mano. Su mirada está profundamente clavada en la mía y en ciertas ocasiones la aparta. Ese gesto tan familiar y tan lejano se siente muy indiferente en esta ocasión. Sus ojos parecen que están a punto de llorar o simplemente ya lo hicieron, pero con la lluvia es difícil saberlo.

Sin decir nada, ella se voltea y empieza a caminar hacia el lado contrario de mi posición. Sin contenerme, avanzo y la sujeto del brazo para jalarla hacia mí y abrazarla.

Ella no me abraza, solo se limita a recargar su cabeza en mi hombro y empieza a llorar.

—Te quiero—es un bajo susurro, pero lo pude escuchar—, te quiero, te quiero, te quiero y no sé cómo hacer que mi corazón se detenga para que no se siga enamorando más de ti. — En el instante que lo dijo sentí sus pequeñas manos agarrar mi chamara, para después así abrazarme. Sin contenerse, volvió a llorar y a hablar: — Pero es tarde para decirle algo tan absurdo a mi corazón ¿verdad?

Sentí la necesidad de protegerla cada día cuando la veía ser tan frágil ante las personas y ahora ni siquiera la pude proteger.


Eso fue lo que derrumbo todas las llaves que tenía en mi corazón y empezó a darse cuenta de lo estúpido que fui.


Ella se había confesado en estos precisos momentos, después de que me viera en la cama con otra chica y ni siquiera le importo en verse totalmente vulnerable.


Donde ella era un juego todavía para mí, ella me veía como algo más que un simple idiota y se había enamorado, sin haberla conquistado.


Y al final de todo ese sufrimiento que le cause, ella supo perdonarme por todas las cosas que le había hecho a ella en el pasado y se dedicó a estar a mi lado.


No lo olvides「 J o r t i n i 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora