EPÍLOGO

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M  A  R  T  I  N  A

Amarro mi cabello en una coleta larga y lo plancho. Algunos mechones de cabello los dejo sueltos al lado de mi rostro. Reviso mi maquillaje y sonrió. Con mis manos aliso mi vestido antes de salir de mi habitación. Salgo y me encuentro con la enorme sonrisa de mamá. Ella me mira perpleja, intentando contener las lágrimas que están a punto de salir. Me acerco a ella y la abrazo. La calmo para después tomar nuestras cosas e ir a la universidad.

Llegamos media hora antes de que todo empiece. En el camino saludo a varios compañeros y los felicito por graduarse, igualmente ellos lo hacen. Mamá entra para tomar lugar en el auditorio en el cual se llevara a cabo la ceremonia de graduación. Veo a varios alumnos con sus uniformes y otros, en cambio, con sus trajes y algunas chicas con sus bellos y cortos vestidos. Sonrió al verlos tan contentos.

Entro al primer edificio de la universidad solo para subir las escaleras e ir hacia arriba. La vista es increíble desde aquí. Se puede ver claramente los demás edificios, incluyendo, algunas partes de la ciudad. Varias veces había venido aquí, pero no había tenido tiempo para ver la espléndida vista.

Saco mi celular de mi bolso y lo desbloqueo.

Respiro hondo y tecleo en mi celular.

¡Felicidades por tu graduación!

Sonrió en el momento de que envió el mensaje.

Con mi celular en manos me recargo en el barandal para dejar que la suave brisa llegue a mi rostro. Miro hacia la ciudad, sin prestar mucha atención, solo contemplando un punto cualquiera. Pero el sonido de mi celular me hace reaccionar. Lo saco y miro el mensaje:

¡Felicidades!

Sé que es un mensaje demasiado corto o una palabra pequeña pero en estos momentos me tranquiliza que me haya respondido.

No lo he visto desde ese día en el que le confesé la verdad. Ni siquiera le he hablado o mirado, incluso no le había enviado mensaje por temor a que no lo viera o que me ignorara. Pero saber que por lo menos me respondió me tranquiliza un poco.

Fue doloroso para mí, al saber que no quería saber nada de mí. Quería que lo dejara solo y eso hice, lo deje para pudiera pensar bien las cosas. Sin embargo, no todo fue bueno, ya que él no se atrevió a darme una respuesta.

No lo supero... me duele...duele demasiado.

No se cómo voy a poder mirarlo cuando entreguen los reconocimientos. No sabré si el me estará mirando o si el tratara de irse cuando me entreguen mis papeles, porque yo si lo haré. No despegare mi vista de él, hasta que todo acabe y no lo vuelva a haber.

Habíamos planeado tanto este día de cómo iba hacer y como lo íbamos a festejar, pero eso ya quedo en el pasado. No tengo por qué hablar cosas que ya ni siquiera las poder compartir con la persona que más quiero.

Estoy a punto de escribirle de nuevo a Jorge pero la voz del director a través de la bocina de la escuela me interrumpe:

—Se les invita a todos los alumnos de ir hacia el auditorio para dar comienzo a la ceremonia de graduación.

Aguardo mi celular y voy hacia el auditorio.





**



—¡Felicidades, Martina!

Josh llega justo a mi lado y me abraza. Le recibo el abrazo y le doy pequeñas palmaditas en su espalda. Se separa de mí y sonríe. Miro atrás suyo y veo como Lim se acerca para entrelazar su mano con la suya.

No lo olvides「 J o r t i n i 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora