Cierro la puerta de golpe, asegurándome que sus sucios labios se alejen de él. Esta se aparta de él y ambos me observan, aunque es, en esta ocasión, ella quien aparta la vista rápidamente. Está avergonzada o lo sabe fingir bien. Sé cómo funciona esta hipocresía feminista.
—Lo lamento—suelto mis palabras con el menor remordimiento en estas.
—No te preocupes, la que debe disculparse soy yo—ríe mientras acomoda su mano atrás de la cabeza de Harry y soba su cabello—. ¿Quién es?—le pregunta.
Harry se queda en silencio, ignorando por completo lo que está pasando a su alrededor.
—No te compete, Kendria.—Bueno. Ya sabes cómo me llamo.
—Alba.
—Un gusto.
—El gusto es todo mío—sonrío.—Mi amor, ¿podríamos ir a tu habitación? No quiero que nadie nos vuelva a interrumpir.
Giro los ojos al girarme del todo y entrar a la cocina. Estaba molesta, molestísima. ¿Cómo se atrevía a hacer eso delante de mí? ¡Zorra!
Dejo el helado en la nevera casi tirándolo.
Hubiera preferido que diga eso cuando mi presencia no se sentía en la atmósfera ¿Quién era y por qué llamaba 'amor' a...Harry? ¿Es acaso su novia? Él nunca menciono eso; bueno, nunca se lo pregunté.Cojo un vaso y me sirvo un poco de jugo de Naranja. Sé que mis mejillas están ardiendo de la cólera que me consume el cuerpo. No puedo tolerar ver a Harry junto a alguien mientras este menciona que soy de él, simplemente no me cabía en la mente que esté jugando conmigo.
Siento que la puerta se abre y me inmuto a girarme a ver. Sé que es él, pero no quiero verle al rostro.
Pasa tan cerca a mí que puedo sentir como es que mastica una manzana. Coge también la jarra y se sirve un poco de jugo. Me observa. Sé que me está observando. ¿Acaso no piensa que su mirada me incomoda?
— ¿Por qué dijiste que era tuya?—me lleno de valor y le veo a la cara.— ¿Cuándo dije eso?—deja el vaso bajoel grifo y ahora es él quien no me ve.
—En casa de tu madre, no te hagas el estúpido.
Suelta una risa burlona.—Tú aclaraste las cosas, es solo por el trabajo, ¿verdad?—apoya sus brazos sobre la alacena del otro extremo y me mira—. Cuida tu boca, Alba. Cuídala mucho conmigo, que yo no soy tu hermano.
Me quedo en silencio por un momento.
—Nunca mencionaste que tenías novia.
—Tampoco tú, ¿te molestas?—da otro mordisco a su manzana.—Me fastidia—confieso—. Me da ganas de estamparla contra la pared y...
—Pues ve acostumbrándote—sonríe y eleva las cejas mientras me señala—. Quítatelo.
— ¿Quieres que te lo dé? Bueno—me quito la maldita playera y se la lanzo en la cara, quedándome solo en corpiño—.Toma.
Toma la playera entre sus manos y le da una inspección. De seguro no pensaba que se la lanzaría en la cara, pero es lo menos que puede recibir. De momento.
Me giro sin la menor intención de quedarme a escuchar lo que tenga que decir, porque sé que está molesto; así que giro en mis talones y salgo de la cocina, pasando la vista a la novia de Harry, la cual me observa con detalle y, aunque le aparto la vista con rapidez, sé que me observa detalladamente todo el cuerpo.Entro a mi habitación y cierro la puerta a mis espaldas. Suelto un suspiro que tenía contenido y abro los ojos con tranquilidad. Estoy furiosa, y por furiosa me refiero a celosa, más bien, celosísima.
Veo mi cama y ruedo los ojos al verla des tendida. Pero, ¿por qué volverla a tender? En unas horas, o minutos, me estaré sumergiendo en el sueño más delicioso y sería insulso el tenderla para volver a usarla. Aunque, pensándolo de ese modo, no debería tenerla nunca, ¿verdad?
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Lovesick
Teen FictionNo pensaba que habría relación alguna entre el dolor y el amor, ni que fuera complemento para la felicidad y mucho menos para poder amar a alguien tanto. ¿Es esto en verdad lo que esperaba de él? ¿Podré soportar no tenerlo junto a mí?