37. Lo que es correcto

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Cuando el juez se estabiliza, Coleen ya ha llamado a su médico particular y este no demora en llegar, le revisa en la habitación con todos sus aparatos mientras los tres esperamos sentados en lo que queda de la sala. Jeremy no hace más que caminar de aquí para allá, y capaz que hace un hoyo de tanto hacerlo. Cuando el medico sale de la habitación le llama y él corre más rápido que una bala atendiendo su llamado, ambos entran dejándonos a la muchacha pelirroja y a mí en la sala.

―¡Dios! Eres tan valiente. ―Ella dice un poco excitada―, no sé qué habría pasado si no hubieras estado aquí.

―No es nada, mamá es enfermera y ella me ha enseñado mucho sobre esos casos así. Ella dice que nunca sabes cuándo algo así puede pasar y lo único que debes estar es preparada.

Eso digo, suspiro bajo, la verdadera razón de qué mamá me aleccionara sobre ello, fue por mi propia causa. A veces me avergüenza tener que haber aprendido sobre estas cosas a las malas.

―Sí, ya lo creo ―Coleen suspira hondo y profundo como si descansara con eso.

―Lamento que Jeremy te haya llamado así, yo... sé que no eres nada de eso... ¿cierto?

―No te preocupes es normal que lo piense, soy como una esclava trabajadora para su padre, y no me quejo. Él ha hecho mucho por mí ―expone esbozando una sonrisa.

Sin embargo eso de trabajar como una esclava y estar feliz, no suena tan agradable.

―Ustedes...

―¡No! ―Ella se espanta―. Nada de eso, pronto voy a casarme me señala el anillo en su dedo. Además, nunca le haría eso a la madre de Jeremy. Sí él va a dejarla no es porque tenga una aventura conmigo, es... por otras cosas más complicadas; pero Jeremy no lo sabe, él solo escucha lo que ella le dice. Él la adora por sobre todas las cosas.

―¿Dices que probablemente esté equivocado?

―Sí, totalmente; pero de eso debe enterarse por sí solo; si le decimos algo, él nunca nos creerá como hasta ahora. El juez le tiene una gran sorpresa, y cuando se la diga va a arrepentirse de haberle juzgado tan duro.

―¿Tú crees?

―Te lo aseguro ―afirma Coleen, aflorando en su delicado rostro una hermosa sonrisa.

―Puedo saber que hacen ustedes aquí, solos. ―Tenía curiosidad, en serio.

―Vinimos acá porque es más fácil trabajar, y llevar a cabo lo que el juez tiene planeado; aunque no es lo mismo con ustedes dos picarones, eh ―ella lanza ladina. 

¡Mierda! Tiene razón, nada de esto nos exonera de nuestro mal comportamiento.

―¿Y...desde cuando llegaron?

―En la madrugada, trabajamos en el estudio, y escuchamos muchos gemidos ―dice ladina, yo me pongo toda roja―. Él estaba en lo cierto cuando dijo que Jeremy había traído una chica a la casa de campo; aunque nunca se imaginó que fueras tú. Eso lo sorprendió.

―Seguro aun desea que sean él y Kate.

―No ―refuta mi idea―. Estoy segura que solo espera que sea alguien que lo ame de verdad. ¿Le amas Emily?

Otra pregunta de un millón, y lo cierto es que, es tan pronto para mí. Él me lo dice, y yo aún no puedo sacar la palabra de mi corazón, solo sé que no quiero separarme de él, nunca.

―No está claro para mí; pero me gusta, me gusta mucho, y le quiero.

―Bueno, por algo se empieza.

―Coleen, tú vas a casarte, ¿cómo sabes que es el hombre ideal para ti?

―No lo sé ―responde y una sonrisa le adorna la cara―. Yo solo sé que no puedo vivir sin él. ―Sonreí con su respuesta. Vivir sin él, ahora... creo que tampoco podría.

Antes del fuego✔Where stories live. Discover now