Extra II: "Sucios tratos"

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Dedicado a:

@DashiJS

"Secretos sobre el agua"

[Extra ubicado temporalmente semanas después del celo de Guillermo]

Las calles bajas de Humus estaban sucias, grades manchas de sangre seca adornaban el asfalto, eso y sustancias desconocidas.
Las pocas farolas con luz, alumbraban pequeños fragmentos de las extensas calle, dando poca visibilidad, también gracias al tóxico humo de las grandes fabricas ubicadas en esos sectores del estado.
Aproximadamente las ocho de la noche y la gente parecía haberse evaporado, dejando sus perturbadas almas rondando por los alrededores.

En determinados callejones, grupos de pandilleros se visualizaban, alrededor de una fogata, fumando hiervas, mientras la tenue melodía de esa vieja radio los acompañaba.

Él, con su cuerpo cubierto de una grande chaqueta, cubría su cabeza y mantenía su vista fija en sus pies.
El cemento húmedo y pegajoso sonando contra sus suelas a cada paso, sus pulmones llenándose del olor mugroso espeso y sus oídos escuchando gritos de vez en cuando.

Llevaba en su bolsillo una pistola, en sus mangas unos cuantos cuchillos, estaba alerta, no era la primera vez que lo atacaban estando desprevenido. Los reptiles negros era una banda que se caracterizaba por todo lo malo, eso claramente no incluía fidelidad. Los bastardos lo habían emboscado dos veces y rezaba por no ser encontrado camino al deteriorado edificio; caminando por las sombras, pegándose a las veredas donde la luz no llegaba.

Unas ratas habían corrido cerca de él, huyendo de un fiero perro, que lo hubiese atacado de no ser porque le llamaba más la atención los grandes roedores. Casi del tamaño de un gato.

Su pelo firmemente atado en una coleta baja, la mitad de su rostro tapado con una banda de género verde musgo.
Odiaba, con todo su ser, tener que ingresar a esas tierras para hacer algunos tratos que solo ayudarían a su padre.

—¿Quién es? —un alfa de voz gruesa le habló desde una pequeña ranura rectangular que había en esa puerta metálica oxidada.

—Yhaz, abre la puerta ya. —su voz rasposa, casi afónica, su olor destilando estado de alerta.

Su alfa alterado esperando que lo dejaran entrar a un lugar, donde definitivamente se sentía menos seguro que en el exterior.

—¿Qué mierda es lo que tu padre quiere ahora? Creo haber dejado muy en claro que no necesito nada más de él. —dice un alfa alto de cabello azul marino. Sobre su regazo se encuentran dos omegas a medio desvestir. —Venga, largense ya putas. —le da un manotazo a una en el trasero, antes de que ambas tomen sus prendas y salgan corriendo hacia la puerta para salir. Posiblemente la nueva mercancía.

—Claro que necesitas más de él, aún le debes favores. —se sienta frente al líder de una de las casas de trafico más grande del mundo, una mafia italiana. —Me ha dicho que te perdonará todo si cumples con su pedido. —se cruza de piernas mientras toma un cigarro de su chaqueta y lo pone en su boca, fingiendo completo desinterés por el fuerte olor a molestia que desprende el alfa. —Vittorio, está vez es algo muy fácil.

—Siempre dices lo mismo, todo es plata, plata, plata y no precisamente de los bolsillos de tu padre. Non capisco, explicame porque yo non ho capito. (No entiendo) —el alfa tiró los brazos al aire en un exagerado gesto de disgusto. Vittorio era la clase de alfa que jamás estaba conforme con algo, a menos que ganara el doble.

ALPHA'S UNITED © [OMEGAVERSE]Where stories live. Discover now