ALPHA'S UNITED © [OMEGAVERSE]

XXI

Un saludo para @neira1322 perdón por no dártelo antes ❤

"Caos"

Ciertamente no se creía que se encontraba frente al espejo, revisando por última vez su impecable traje azul rey. Un espejo tripe de cuerpo completo que le permitía observar distintos ángulos de su aspecto.

Se desconoce, le cuesta no hacerlo. Se ve extremadamente guapo y no es que tenga el ego elevado, es que en verdad se ve así. Las pinzas en la espalda de su traje, le hacen ver la espalda ancha, como si en verdad fuese de esa manera.

Su cuerpo se ve estilizado, no hay rastro de curvas, no hay rastros del hombre tembloroso de hace unas horas. Ese que lloró sin consuelo en los brazos de su alfa, temiendo que su plan no saliese como había sido planeado.
Samuel había estado a punto de negarse a la realización de la ceremonia, incluso si había un contrato de por medio, pero logró calmarlo, aun cuando la tranquilidad no lo acompañaba.

Se sentía defraudado, había ido toda esa semana al templo, a orar a los dioses por el cuidado de vida, porque le dieran las fuerzas necesarias como para llegar al final de su encomienda. Pero habían fallado, le habían fallado y todo el coraje se había ido por la borda, igual que marinero asustado de la mar tempestuosa.

Quizás hacía mal al blasfemar tanto con ellos, bien sabía que la voluntad de los divinos no era la misma que la de los hombres, que si su destino estaba escrito con tinta seca nada podía hacer. Así que el resto de las tardes, antes de la boda, se dedicó a pedir por el cachorro que tenía en el vientre. Porque su desarrollo fuese tan bueno como dictaban los médicos.

Samuel solo lo había observado desde las bancas cercanas, durante largas horas hasta que decidía que sus rodillas no daban para más.

Jamás se había sentido tan devoto; tan religioso. Tan cínico.

—Date la vuelta. —le indicó la dama que terminaba de asegurarse que todo estuviese en su lugar. Así lo hizo. —Creo que ya está todo listo. —dijo pasando sus largas manos por la espalda baja del omega, barriendo diminutas arrugas. —Ya puedes bajar. —con movimientos oxidados bajó de la tarima. Mudo, con el aire atascado en los pulmones.

—Gracias. —le susurró y la mujer solo le sonrío antes de tomar su maletín y marcharse por la puerta donde esperaba un ansioso Samuel. —¿Me veo bien?

—Lamentablemente sí. —se acerca y lo rodea con sus brazos. Su pecho vibrando de celos. –—Hermoso. —le besa el cuello.

—Estoy malditamente nervioso. —admite, relajando el cuerpo ante las caricias de su alfa. —¿Los guardias están listos?

—Plan "C" en ejecución, rodean toda la zona donde se realizara la boda. —gruñe bajo, sacándole un bajo gemido al morocho. Porque esos labios calientes le besan la manzana de Adán.

—Por favor no salgas, no quiero que te pase algo en caso de que... ya sabes.

—Lo sé. —ronronea.

Ambos no huelen a nada y tal vez Samuel se arrepienta de tomar las pastillas esa mañana, porque desea marcar a Guillermo con su olor natural y en cambio solo deja el olor de su colonia. Tan artificial y monótono que le enfurece.

—Llamé a Khal está mañana, al parecer todo está en orden en la mansión. Llegó un camión y se ha encargado que se cumplan todos los protocolos. —se separa lentamente de Samuel porque el tiempo se pasa volando y quedan diez minutos para que salga al jardín trasero del castillo, donde todos los esperan. —Eso me deja más tranquilo.

—A mí que lleves tus armas contigo, y el chaleco antibalas, claro. —dice él, tocando su pecho con la mano abierta, hasta llegar al estómago del omega; plano.