El cuadro

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ESTE CAPITULO ES UN POCO CORTO A VER SI EN LA NOCHE ESCRIBO OTRO DISCULPEN -_- TENGO MUCHO EN LA MENTE Y NO SE COMO ORDENARLO

Esa mañana Violeta despertó feliz, y su tío la contemplaba desde el umbral de la puerta, la miraba con una sonrisa satisfactoria, ya que era primera vez en meses que Violeta no despertaba gritando y llorando por las pesadillas sobre la muerte de sus padres, al parecer no era tan malo como él creía que ella tuviese amigos imaginarios, pues desde que comenzó a hablar de Evan la veía mucho más feliz; había pensado en comprarle un cachorrito, pero era alérgica a los perros, así que el que tuviese estos “amigos” también resultaba bueno para ella.

-Violeta vino tu amigo Evan anoche

-Sip! –Dijo la niña sonriente entregándole ambos vasos de leche vacíos.

-Muy bien, te tomaste toda la leche incluso, me sorprendes –Le devolvió la sonrisa.

-Hoy iremos al parque verdad, tengo muchas ganas de ver a Evan y quiero conocer mejor a Criss

-Por supuesto, pero una de las empleadas te llevará, yo tengo papeleo que hacer

Después de que violeta le dijera esas palabras a Evan el salió satisfecho y sentía que se había sacado un peso enorme de dentro de él, Violeta era la primera humana que sabía que él era un vampiro, bueno la primera que él no mata por ese secreto, además era la primera después de Criss a la que el contaba la historia completa de su vida.

Camino tranquilamente hacia su casa, mirando cada detalle, viendo como el viento mecía las hojas a su alrededor, ahora todo el paisaje le parecía más bonito, las alegre por alguna razón, y esperaba poder ver hoy también a su pequeña amiguita en el parque, ya en poco tiempo se le había hecho una costumbre, pero una costumbre que le hacía feliz.

Llegando a su casa, al abrir la puerta estaba Criss sentado en el medio de la sala con los codos apoyados en las rodillas, las  manos con los dedos entrecruzados y su barbilla que se apoyaba en sus manos, y con una mirada maliciosa y juguetona en el rostro.

-A ver qué tal, me vas a contar sobre nuestra nueva amiga.

-Te advierto Criss no se te ocurra hacerle daño

-Me ofendes –Lo miraba con una cara de dolor fingido- yo jamás podría hacerle eso, además –poniendo su rostro serio- es la primera vez que te veo sonreír de esta forma.

-imbésil…-Evan no hallaba que otra cosa poder decirle

-Así que está decidido, el día de hoy iremos a jugar con Violeta al parque

-Iremos ¿perdón?

-Hey no es justo Evan, no me digas que quieres que solo sea tu amiga, no..claro que no, toda amiga de Evan es amiga mía, así que vamos

-Está bien, supongo que cuando se te mete una idea en la cabeza no hay quien te la quite.

A Criss le brillaban los ojos al obtener lo que quería, por fin conocer a Violeta, necesitaba saber qué tenía de especial esa pequeña que hacía que su amigo la quisiese proteger, y más importante, sonreía como nunca lo había hecho después de haberse convertido en un vampiro, necesitaba saberlo, necesitaba verlo por sus propios ojos, se encontraba sumido entre sus propios pensamientos cuando escucha un grito de Evan.

-Criss que mierda has hecho!

-Eeee a que te refieres mi querido amigo –Conteniendo la risa.

-Creíste acaso que no lo vería, sobre todo si escogiste la habitación que está antes de la mía, idiota!

Criss se había pasado toda la noche y parte de la mañana renovando su nueva habitación ya que pretendía quedarse a vivir allí y como sabía que a Evan los colores, decoraciones y en realidad todo lo que no fuera la máxima simpleza no le gustaba, era un gusto añadido el que se había dado al redecorar la habitación, pinto las paredes, dejo su atril con una pintura a medio hacer en medio de la habitación, compró un armario nuevo y un montón de ropa, en resumen esa habitación era todo lo que la de Evan no era…puro color.

Criss corrió al lado de su amigo que aun se encontraba parado en el umbral de la puerta.

-No te enojes, en compensación tengo un regalo para ti, así me perdonas y me dejas quedar a vivir aquí, porque te lo advierto, lo haré.

-Que hiciste ahora imbécil –Le decía con tono de resignación

-Te lo mostraré, pero primero tienes que cerrar los ojos.

Evan cerró los ojos y dejó que su amigo lo condujera unos pasos, se detuvo de pronto y Criss le tocó el hombro en señal de que ya podía abrir los ojos, allí frente a él había un cuadro que l mismo Criss había pintado, conocía perfectamente su forma de pintar además era algo que solo había visto él, en frente el cuadro se veía el costado de un hombre, nada más que una mano hacia la espalda y de la mitad del pecho había abajo, pero la imagen central y lo que la mano estaba protegiendo era una niña, con su cabello largo que se asomaba por entre el brazo del hombre, con un vestido celeste cielo permiso, una cinta en el cabello del mismo color del vestido y el cabello suelto.

La mirada de la niña eran dos ojos muy abiertos que miraban hacia arriba, su piel era blanca y sus mejillas coloradas, era una imagen perfecta para él, era Violeta, y ese cuadro era la imagen de la primera vez que Criss la había visto, pero captó cada detalle con atención.

Se quedó mudo sin palabras un minuto contemplando el cuadro y su amigo le miraba a él con cara de satisfacción, la verdad es que también se me había hecho fácil recordar la cara de esa pequeña niña y le había llamado la atención, decidió entonces pintar el cuadro para Evan ya que podía notar cuán importante era para él, después de unos minutos finalmente dijo.

-Es perfecto Criss, te perdono todo el lío de tu habitación y déjalo donde está –El cuadro estaba colgado en la pared en frente de la cama de Evan.

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